A seis meses del inicio del deshielo entre Cuba y Estados Unidos, mucho se ha avanzado en contactos bilaterales públicos y privados, aunque las consecuencias prácticas de esos intercambios aún no repercuten en el día a día de los cubanos.
Cuatro rondas de conversaciones sobre el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y numerosas reuniones técnicas, incluida una sobre el espinoso tema de los derechos humanos, han tenido lugar en este período, que registró también el primer encuentro cara a cara, en la Cumbre de las Américas de Panamá, entre los presidentes Raúl Castro y Barack Obama.
Casi ininterrumpidas son desde entonces las visitas a la isla de políticos, empresarios, deportistas, artistas y científicos estadounidenses, a pesar de que esos viajes aún no están abiertos a los turistas y solo pueden hacerlo los ciudadanos incluidos en 12 categorías autorizadas. No obstante, en los primeros cinco meses de este año los visitantes de ese país crecieron 35 por ciento, en comparación con igual período del año anterior.
Para esta fecha muchos pensaban que ya estarían reinstaladas las embajadas en Washington y La Habana. Ahora se dice que la apertura "es inminente" y podría ocurrir en las dos primeras semanas de julio. La salida de Cuba de la lista que emite cada año el Departamento de Estado sobre los países supuestamente patrocinadores del terrorismo internacional allanó el camino en esa dirección, pese a la oposición que mantienen en el Congreso el lobby anticastrista y una parte de la oposición republicana.
En el plano práctico, sin embargo, otro es el panorama. Las medidas anunciadas en enero por el presidente Obama para flexibilizar algunos aspectos del embargo –que aún se mantiene- están pendientes de aplicación y solo se han realizado intercambios oficiales entre las partes. Los empresarios estadounidenses entran y salen de la isla sin poder firmar acuerdos porque el embargo lo impide y las estructuras estatales cubanas todavía no lo contemplan.
En la esfera de las telecomunicaciones y la informática, donde Washington parece tener un marcado interés, no ha trascendido convenio alguno, aunque son varios los ejecutivos de ese sector, incluido un alto directivo de Google, que han visitado la isla con propuestas, según medios en Estados Unidos.
Los más favorecidos hasta ahora son los cubanos que rentan habitaciones, pues la infraestructura nacional de hoteles no parece tener capacidad para asumir el aumento de los visitantes estadounidenses, aunque sea aún limitado.