BUDAPEST. Hungría declaró el estado de emergencia en dos condados del sur del país que hacen frontera con Serbia por la crisis migratoria, un movimiento que abre camino para desplegar al ejército en la frontera con Serbia para detener el flujo de inmigrantes que llegan al país.
En tanto, el ministro de Asuntos Sociales serbio, a cargo de los migrantes, dijo que un cruce fronterizo crucial con Hungría debe permanecer abierto en medio de la crisis de migración en Europa.
Aleksandar Vulin dijo a la Associated Press durante un recorrido de la frontera serbio-húngara que "los húngaros no nos dijeron que cerrarían la frontera".
Vulin, que se encontraba del lado serbio del retén fronterizo Roszke-Horgos, dijo que "éste no es un problema exclusivamente serbio y húngaro. Es un problema para toda Europa. Europa debe encontrar una solución rápidamente antes de que la situación se agrave aún más. Este cruce fronterizo, uno de los principales de Europa, debe permanecer abierto".
El estado de emergencia da poderes especiales a la policía y otras autoridades para gestionar la crisis, les permite cortar carreteras y limitar el trabajo de instituciones públicas. También acelera los procesos judiciales para solicitantes de asilo.
Técnicamente, el Parlamento todavía debe aprobar el despliegue del ejército. Sin embargo, periodistas de Associated Press en la frontera ya avistaron en los últimos días a personal militar fuertemente armado, con vehículos y perros, en la línea de frontera.
La noticia se produjo mientras entraban en vigor leyes más duras dirigidas a impedir que los solicitantes de asilo entren en el país. Las normas convierten en un delito romper la cerca de alambre de cuchillas en la frontera con Serbia, y amplía las penas de prisión para los traficantes de personas condenados.
Las autoridades húngaras cerraron dos pasos de frontera con Serbia. La noche antes, las autoridades colocaron un vagón cubierto de alambre de cuchillas para cerrar un paso clave por el que pasan vías de tren, y que ha sido el principal punto de entrada para los inmigrantes.
El martes se veían escenas caóticas en el principal paso fronterizo cerca de Roszke, Hungría, donde las autoridades abrieron una pequeña oficina temporal para procesar a la gente al borde de la tierra de nadie, y la muchedumbre trataba de abrirse paso. Un primer grupo de unas veinte 20 personas logró pasar, pero miles se quedaron fuera.
Además, varios migrantes bloquearon la principal autopista que conecta Serbia y Hungría y anunciaron que rechazarían la comida y el agua hasta que se les permita llegar a Hungría. La sentada se producía en la tierra de nadie entre Roszke y Horgos, Serbia, que es el paso de frontera más importante entre los dos países.
Mientras, los que tuvieron la suerte de llegar a Hungría un día antes subían a varios autobuses. Los vehículos irían directamente a Austria, indicó un policía húngaro.
Mucha gente se apresuró a llegar al país en los últimos días, con la esperanza de llegar a la Europa occidental antes de que fuera demasiado tarde. El lunes entraron en Hungría 9 mil 380 migrantes, batiendo el récord anterior de 5 mil 809 personas alcanzado el día anterior.
Unos 200 mil inmigrantes han entrado en el país en lo que va de año, casi todos tras cruzar a pie la frontera sur con Serbia. Sin embargo, la mayoría cruza simplemente Hungría en su camino a Alemania o a otros países de la Europa occidental.
Según las nuevas leyes, la mayoría de estas personas llegadas desde Serbia pueden ser rechazadas porque ese país se considera seguro, y en teoría podría prestarles asilo.
La nueva ley también ilegaliza causar daños en la cerca de 4 metros construida en los 175 kilómetros con Serbia, dando a la policía el poder de detener a cualquiera que intente cruzarla.
Además, la policía puede entrar en viviendas y registrarlas si creen que puede haber inmigrantes escondidos que cruzaran la frontera de manera ilegal.