SANÁ.- El conflicto en Yemen se agravó con la captura de uno de los principales aeropuertos, un puerto y una terminal petrolera por parte de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQAP), lo que permite a los fundamentalistas suníes consolidar su dominio en la mayor provincia, Hadramaut, mientras continúan los bombardeos de la alianza encabezada por Arabia Saudita contra los rebeldes huthis; en paralelo, el enviado especial de Naciones Unidas, Yamal Benomar, renunció tras las críticas de El Riad y sus socios en la ofensiva.
Fuentes militares y civiles reportaron que milicias de AQAP enfrentaron brevemente a una de las brigadas leales al presidente derrocado Abd Rabbú Hadi Mansur, que los sauditas intentan reinstalar en el poder, en las afueras de Mukalla (sureste), ciudad que atacaron a principios de mes para liberar prisioneros. Luego se adueñaron del aeropuerto de Riyan y avanzaron al puerto, donde opera una terminal petrolera. Los informantes aseguraron que los oficiales al mando de la unidad huyeron sin oponer mayor resistencia; los integristas "están afianzando su dominio en la ciudad y paralizarán toda la costa de Hadramaut", afirmó el activista local Nasser Bakazuz, al tiempo que el político Alí el Kathiri detalló que Al Qaeda y líderes tribales negociaron con la brigada la entrega pacífica de Mukalla.
La coalición dirigida por Arabia Saudí comenzó su campaña contra los huthis chiítas ––que según El Riad reciben apoyo de Irán–– el 26 de marzo, pero no ha atacado a Mukalla y otras áreas bajo control de Al Qaeda, lo que confirmaría el respaldo que los sauditas brindan al grupo terrorista fundado por el extinto Osama ben Laden. De hecho, Jaled Bajá, vicepresidente del gobierno de Hadi Mansur en el exilio, comentó que los efectivos que controlan Mukalla son "hijos" de Hadramaut que abrazaron el radicalismo, aunque expresó su esperanza de que no la transformen en una "provincia islámica". En El Riad,pidió a los huthis y sus aliados, los militares leales al exdictador Alí Abdulá Salé, suspender su asalto sobre Adén ––la estratégica ciudad que domina el Estrecho de Bab el Mandeb (Puerta del Dolor) entre el Mar Rojo y el Golfo de Adén–– antes de que se concrete cualquier iniciativa de paz.
La toma de Hadramaut, donde se asienta la capital, Saná, en manos de los huthis, marca una importante victoria para AQAP, considerada la rama más peligrosa de Al Qaeda tras adjudicarse atentados fallidos contra Estados Unidos y el ataque al semanario Charlie Hebdo en París este año. La organización, que resistió años de ataques norteamericanos con aviones teledirigidos lanzados desde una base que fue desalojada por el avance huthi, ha explotado el caos por la guerra civil y la intervención de Arabia Saudita y sus nueve socios de coalición; los huthis son sus rivales, pero después de ocupar Saná en septiembre se han concentrado en la lucha con los leales a Hadi Mansur.
En tanto, la ONU anunció la renuncia del marroquí Benomar, quien intentaba facilitar la transición a un gobierno estable desde que en 2011 las protestas de la "primavera árabe" derrocaron a Salé. Fuentes del organismo señalaron que su reemplazo sería el diplomático mauritano Ismaíl Uld Cheij Ahmed. En las últimas semanas Benomar fue criticado por Arabia Saudita y otras monarquías del Golfo Pérsico por su fracaso en lograr una solución negociada y también perdió credibilidad entre los huthi y Hadi Mansur.
De acuerdo con el Alto Comisionado para Derechos Humanos de la ONU, más de 540 civiles han perecido por la ofensiva saudí. Hay mil 700 heridos y 121 mil desplazados, al tiempo que las unidades de la CIA y de las fuerzas especiales del Pentágono serían responsables de seleccionar los blancos de la aviación, aseguró Human Rights Watch, al destacar que los bombardeos sobre una fábrica de productos lácteos en Hodeida mataron a decenas de personas.
VIOLAN LEYES
El grupo humanitario exigió a EU y sus aliados, que violarían las leyes de la guerra, investigar los hechos y compensar a las víctimas, aunque Adel el Yubeir, embajador saudí en Washington, recalcó que la campaña "ha sido muy exitosa" y agradeció la ayuda de EU, al destacar que "ningún funcionario estadounidense me ha dicho que las operaciones no marchan bien".