LONDRES.- La "pura intransigencia" del gobierno británico por el Brexit podría llevar a un segundo referendo sobre la independencia de Escocia, dijo la jefa del gobierno escocés.
La ministra principal Nicola Sturgeon, elegida líder en 2014 tras un referendo no exitoso para separarse de Reino Unido, ha dicho desde hace tiempo que tratará de dar a los escoceses una segunda votación si se ven forzados a un Brexit duro que ponga fin a su acceso preferencial al mercado común europeo y al libre movimiento laboral.
El gobierno de Edimburgo propuso un acuerdo a la medida para que Escocia se quede en el mercado común, mientras que el resto del Reino Unido sale. May ha dicho en reiteradas ocasiones que está determinada a negociar un acuerdo que funcione para todas las partes del país, que quiere mantener unido.
Edimburgo tiene lista desde octubre de 2016 una nueva legislación para un nuevo referendo, que según fuentes podría ser convocado tan pronto como el próximo mes, cuando la primera ministra británica, Theresa May, ponga en acción el proceso del Brexit.
En el diario The Times, Sturgeon afirmó que el voto de Reino Unido para salir de la Unión Europea cambió el panorama desde que Escocia realizó por última vez un referendo sobre su independencia, cuando decidió por un margen de 10 puntos permanecer dentro de Reino Unido en 2014.
"Si surge un referendo por la independencia, no será por mala fe de parte del gobierno escocés, sino por la 'pura intransigencia' de parte del gobierno de Reino Unido", sostuvo Sturgeon.
Sturgeon quiere estar segura de que puede ganar, pero sondeos de opinión muestran una pequeña mayoría en contra de separarse de Reino Unido. El gobierno británico ha reiterado que cree que no debería haber un segundo referendo.
La amenaza de una segunda votación complica aún más la estrategia de May de sacar a Reino Unido del bloque en lo que ya es una de las negociaciones más complicadas desde la Segunda Guerra Mundial.
Si May bloquea una nueva votación, podría arriesgar una crisis constitucional. Si la acepta, podría arriesgar a dividir a Reino Unido.
En el referendo de junio sobre la permanencia o salida de la Unión Europea, los votantes en Inglaterra y Gales respaldaron la salida del bloque, pero los escoceses optaron por la permanencia por una gran mayoría.