La líder opositora venezolana, María Corina Machado, apareció en público por primera vez en 11 meses, cuando saludó a sus simpatizantes desde el balcón de un hotel en la capital de Noruega en las primeras horas del jueves 11 de diciembre, horas después de que su hija aceptó el Premio Nobel de la Paz en su nombre.
Posteriormente, Machado y sus simpatizantes en Oslo cantaron el himno nacional de Venezuela antes de que ella saliera del hotel para estrecharles la mano. La gente estalló en júbilo y comenzó a corear: “¡Libertad! Libertad! Gracias! Gracias!”.
Vestida con jeans y una chaqueta acolchada, Machado pasó varios minutos fuera del hotel, donde se unió a algunos miembros de su familia y varios de sus colaboradores más cercanos. Abrazó a muchas de las personas en la multitud en medio de cánticos de “¡Presidenta! ¡Presidenta!”.
“Los quiero a todos de vuelta en Venezuela”, dijo Machado mientras la gente levantaba sus teléfonos celulares para tomar fotos.
Machado había permanecido en la clandestinidad desde el 9 de enero, cuando fue brevemente detenida después de sumarse a sus simpatizantes en una protesta en Caracas. Se tenía previsto que asistiera a la ceremonia de premiación del miércoles en Oslo, donde jefes de Estado y sus familiares se encontraban entre los que tenían la esperanza de verla.
Su hija, Ana Corina Sosa, aceptó el premio Nobel en su lugar.
“Ella quiere vivir en una Venezuela libre, y nunca renunciará a ese propósito”, declaró Sosa. “Por eso todos sabemos, y yo sé, que ella volverá a Venezuela muy pronto”.
Jørgen Watne Frydnes, presidente del comité noruego del Nobel, declaró en la ceremonia de entrega que “María Corina Machado ha hecho todo lo posible para poder asistir a la de este día, una travesía en una situación de extremo peligro”.
“Aunque no podrá llegar a esta ceremonia y a los eventos de este día, estamos profundamente felices de confirmar que está a salvo y que estará con nosotros aquí en Oslo”, expresó ante aplausos.
Machado dijo en una grabación de audio de una llamada telefónica publicada en el sitio web del Nobel que no iba a poder llegar a tiempo a la ceremonia, pero que muchas personas habían “arriesgado sus vidas” para que ella llegara a Oslo.
“Estoy muy agradecida con ellos, y esto es una medida de lo que este reconocimiento significa para el pueblo venezolano”, manifestó antes de indicar que estaba a punto de abordar un avión.
Machado dijo que “dado que este es un premio para todos los venezolanos, creo que será recibido por ellos. Y tan pronto como llegue, podré abrazar a toda mi familia y a mis hijos que no he visto en dos años y a tantos venezolanos, noruegos que sé que comparten nuestra lucha y nuestra pelea”.
Muestras de solidaridad
Figuras de América Latina asistieron el miércoles en señal de solidaridad con Machado, incluyendo al presidente argentino Javier Milei, el presidente de Ecuador Daniel Noboa, el presidente de Panamá José Raúl Mulino y el presidente de Paraguay Santiago Peña.
El premio a la mujer de 58 años por su lucha para lograr una transición democrática en su nación sudamericana fue anunciado el 10 de octubre. Watne Frydnes, presidente del comité noruego del Nobel, indicó que “Venezuela se ha convertido en un estado autoritario brutal”, y describió a Machado como “uno de los ejemplos más extraordinarios de coraje civil en la historia reciente de América Latina”.
Machado ganó una elección primaria de la oposición y tenía la intención de desafiar al presidente Nicolás Maduro en las elecciones presidenciales del año pasado, pero el gobierno le prohibió postularse para el cargo. El diplomático retirado Edmundo González ocupó su lugar.
El período previo a las elecciones del 28 de julio del año pasado vio una represión generalizada, incluyendo descalificaciones, arrestos y violaciones de derechos humanos. Eso aumentó después de que el Consejo Nacional Electoral del país, que está lleno de leales a Maduro, declarara al titular como ganador.
González, quien buscó asilo en España el año pasado después de que un tribunal venezolano emitiera una orden de arresto en su contra, asistió a la ceremonia del miércoles.
Funcionarios de derechos humanos de la ONU y muchos grupos de derechos independientes han expresado preocupaciones sobre la situación en Venezuela y han pedido que Maduro sea responsabilizado por la represión de la disidencia.
‘Lucha por la libertad’, pide oposición a Maduro
“Más que nada, lo que los venezolanos podemos ofrecer al mundo es la lección forjada a través de este largo y difícil camino: que para tener democracia, debemos estar dispuestos a luchar por la libertad”, expresó Sosa al pronunciar el discurso escrito para la ocasión por su madre.
El discurso no se refirió a las tensiones actuales entre Washington y Caracas mientras el presidente estadounidense Donald Trump continúa una operación militar en el Caribe que ha matado a venezolanos en aguas internacionales y amenaza con atacar a Venezuela. Machado ha respaldado consistentemente la estrategia de Trump hacia Venezuela.
Entre muchos “héroes de este viaje” honrados en la conferencia, Sosa mencionó “a los líderes de todo el mundo que se unieron a nosotros y defendieron nuestra causa”, pero no elaboró.
Watne Frydnes señaló de los líderes autoritarios como Maduro que “su poder no es permanente. Su violencia no prevalecerá sobre las personas que se levantan y resisten”.
“Señor Maduro, acepte el resultado electoral y renuncie”, dijo.
Algunos ganadores anteriores no han podido asistir
Cinco laureados del Premio Nobel de la Paz en el pasado fueron detenidos o encarcelados en el momento del premio, según el sitio web oficial del premio, más recientemente la activista iraní Narges Mohammadi en 2023 y el defensor de los derechos humanos bielorruso Ales Bialiatski en 2022.
Los otros fueron Liu Xiaobo de China en 2010, Aung San Suu Kyi de Myanmar en 1991 y Carl von Ossietzky de Alemania en 1935.
Gustavo Tovar-Arroyo, un activista venezolano de derechos humanos que se vio obligado a exiliarse en 2012, dijo que los partidarios de Machado “hicieron todo lo que pudieron para que ella estuviera aquí como se merece. Pero conocíamos el riesgo”.
Agregó que están “decepcionados de que ella no pueda estar en la ceremonia, pero esto es parte de lo que hacemos cuando luchamos contra una dictadura, una tiranía o un régimen criminal. Así que estamos acostumbrados a ello”.







