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Salud de Trump supera la prueba: ‘Puede tener una agenda demandante sin restricciones’, dicen médicos

Donald Trump recibió una vacuna contra la influenza, así como un refuerzo actualizado contra el COVID-19 durante su más reciente examen general de salud. 

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“Físicamente, me siento muy bien. Mentalmente, me siento muy bien”, declaró Trump a la prensa el jueves. (Bloomberg).

El presidente Donald Trump se sometió a lo que su médico describió como una “evaluación de seguimiento programada” en el Centro Médico Walter Reed, en medio de nuevas preguntas sobre la salud del líder de 79 años.

Sean Barbabella, capitán de la Marina de los Estados Unidos y médico del presidente, declaró que se encontraba en “excelente estado de salud general”, según un resumen de una página publicado por la Casa Blanca. Trump afirmó que puede “mantener una rutina diaria exigente sin restricciones”.

¿En qué consistió la revisión del estado de salud de Trump?

La visita de Trump incluyó “imágenes avanzadas, pruebas de laboratorio y evaluaciones de salud preventivas”, según el memorando de Barbabella, que por lo demás no decía nada sobre lo que se estaba evaluando.

El presidente recibió una vacuna contra la influenza, así como un refuerzo actualizado contra el COVID-19 durante su examen.

El nombramiento se produjo después de que Trump fuera visto con los tobillos hinchados y un moretón persistente en la mano derecha, que a veces parecía haber estado cubierto con maquillaje.

La Casa Blanca anunció en julio que a Trump se le había diagnosticado insuficiencia venosa crónica, una afección relacionada con la hinchazón en las piernas, pero que, por lo demás, los médicos habían determinado que el presidente gozaba de “excelente salud”.


El momento de la visita había aumentado la creciente preocupación sobre su estado físico en las últimas semanas. A principios de esta semana, la Casa Blanca la describió como un chequeo anual de rutina, a pesar de que Trump había tenido su examen anual seis meses antes.

El hematoma en su mano, visible durante meses, era una “irritación leve de los tejidos blandos por el apretón de manos frecuente” y un efecto secundario de la terapia con aspirina, según informó la Casa Blanca.

“Físicamente, me siento muy bien. Mentalmente, me siento muy bien”, declaró Trump a la prensa el jueves, al tiempo que afirmaba haber obtenido una “puntuación perfecta” en un examen cognitivo.

¿Qué se ha dicho de la salud de Trump?

En enero, Trump se convirtió en el presidente de mayor edad en asumir el cargo. A lo largo de su carrera pública, Trump y varios médicos han elogiado su salud, aunque a menudo han proporcionado pocos detalles.

En abril, el médico de Trump lo declaró apto para ejercer sus funciones, afirmando que no presentaba anomalías en su estado mental, nervios craneales, función motora y sensorial, reflejos, marcha ni equilibrio.

Su peso era de 102 kilogramos y medía 190.5 centímetros. El informe médico indicaba que tomaba rosuvastatina y ezetimiba para controlar el colesterol, aspirina para la prevención cardíaca y crema de mometasona, según fuera necesario, para una afección cutánea.

Por el contrario, el informe del viernes simplemente dice que los “estudios de laboratorio exhaustivos” fueron “excepcionales, incluidos parámetros metabólicos, hematológicos y cardíacos estables”.

¿Donald Trump tiene hábitos saludables?

El presidente es un ferviente golfista, pero no se le conoce por practicar otros tipos de ejercicio con regularidad. También es un conocido consumidor de comida rápida, en particular McDonald’s y Coca-Cola Light.

La salud y el bienestar del presidente han generado un gran interés en los últimos años, intensificándose durante las elecciones de 2024, que inicialmente enfrentaron a Trump contra el expresidente Joe Biden, los dos candidatos de mayor edad de los principales partidos en la historia de Estados Unidos.

Biden finalmente abandonó la contienda debido a las preocupaciones sobre su agudeza mental, que se intensificaron tras un desempeño inestable en el debate.

Trump cuestionó agresivamente la idoneidad de Biden para el cargo y ha continuado atacándolo desde que asumió el cargo. Aun así, en ocasiones ha sido poco transparente sobre su propia salud, sobre todo durante su primer mandato, cuando contrajo COVID-19 en las últimas semanas de la campaña presidencial de 2020 y tuvo que ser trasladado en avión al Hospital Walter Reed para recibir atención médica.

Durante su primer mandato, Trump esperó más de un año tras su investidura para su primer chequeo médico. Otra visita al Walter Reed en noviembre de 2019, apenas unos meses después de un chequeo previo, desató especulaciones sobre su malestar, aunque la Casa Blanca lo presentó como un examen rutinario.

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