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Myanmar, recuerdo del genocidio en 2016-2017

La red social Facebook fue clave para la propagación de mensajes de odio contra la minoría musulmana rohinyá.

La manipulación de imágenes en la Torre Pacheco recuerda al genocidio que se gestó en la minoría musulmana rohinyá en Myanmar.
La manipulación de imágenes en la Torre Pacheco recuerda al genocidio que se gestó en la minoría musulmana rohinyá en Myanmar.

Con la manipulación de imágenes en redes sociales, como ocurre ahora en Torre Pacheco, España, se gestó el genocidio contra la minoría musulmana rohinyá en Myanmar, ocurrido principalmente entre 2016 y 2017.

Cerca de 10 mil personas fueron asesinadas y más de 700 mil huyeron hacia Bangladesh, en uno de los peores episodios recientes de limpieza étnica.

Las redes sociales, y en particular Facebook, jugaron un papel clave en la preparación del terreno para este crimen. Durante años, el Ejército birmano y grupos ultranacionalistas usaron la plataforma para propagar odio y desinformación contra los rohinyá, presentándolos como terroristas y enemigos del país.

Entre las noticias falsas que circularon destaca la denuncia inventada de una supuesta violación y asesinato de una mujer budista por los rohinyá en Maungdaw, en 2016.

El caso, sin pruebas y acompañado de fotos falsas, se viralizó y desató una oleada de violencia en la región.

También se difundieron imágenes de soldados mutilados atribuidas falsamente a ataques rohinyá, cuando en realidad provenían de otros conflictos.

Los rumores sobre supuestas invasiones islámicas desde Bangladesh y videos manipulados de destrucción de templos alimentaron aún más el odio y la paranoia.

El algoritmo de Facebook amplificó estos contenidos sin control, mientras la empresa no contaba con personal suficiente para moderar publicaciones en idioma birmano.

Aunque la red social reconoció su responsabilidad en 2018, la violencia ya había provocado miles de muertos y una crisis humanitaria.

El caso de Myanmar expuso cómo la desinformación viral y el discurso de odio en redes sociales pueden facilitar crímenes masivos.

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