Los misiles Patriot, cuyo envío a Ucrania fue anunciado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, son uno de los principales sistemas de defensa antibalísticos del Ejército de Estados Unidos y sirven para interceptar ataques lanzados por los adversarios por tierra y aire.
El misil Patriot, diseñado a fines de los años setenta por la empresa Raytheon, originalmente como un arma de defensa antiaérea, fue modificado a finales de los años ochenta para contrarrestar los misiles balísticos de corto alcance.
No fueron probados en combate hasta 1991, durante la guerra del Golfo, cuando alcanzaron fama al convertirse en un arma casi infalible a la ahora de interceptar y destruir los misiles Scud que empleaba Irak, de fabricación soviética y mucho más lentos.
Su primera operación, el 18 de febrero de 1991, fue el derribo de un misil Scud, a unos 5 mil metros de altura, lanzado desde Irak contra la base saudí de Dahran.
El sistema Patriot es un misil de 2.25 metros de longitud, propulsado por un cohete de etapa única, que pesa casi una tonelada y opera a tres veces la velocidad del sonido (Mach 3) con un alcance de 70 kilómetros.
El Patriot que se usó en la guerra del Golfo era portador de una carga explosiva de 90 kilogramos que estallaba por un detonador de proximidad con fuerza tal que la explosión y las esquirlas destruyen el misil contra el cual se disparó.
¿Qué modificaciones han hecho a los misiles patriot?
Desde entonces, el sistema ha experimentado modificaciones que le han dotado de mayor precisión y aumentaron su eficacia no solo contra los misiles balísticos, sino también contra los llamados “crucero”, que tienen sus propios medios de navegación y cambian de curso durante el vuelo.
Actualmente, el sistema de armas guiadas tierra-aire Patriot puede “eliminar aviones, helicópteros y misiles balísticos y de crucero de alta velocidad”, lo que es posible hasta “una altura de 20 kilómetros y una distancia de 60 kilómetros”.
Un misil Patriot cuesta alrededor de 3 millones de dólares, tres veces más que un misisl NASAMS (acrónimo en inglés del Sistema Nacional Avanzado de Misiles Tierra-Aire), otro de los sistemas que Ucrania ha utilizado.
El sistema Patriot comprende una estación de radar, un sistema de control y los lanzadores de misiles.
¿Para qué utilizan los misiles Patriot en Ucrania?
En diciembre de 2022, el Gobierno de Estados Unidos, bajo la presidencia de Joe Biden, autorizó el envío a Ucrania del sistema de misiles Patriot.
El suministro solo contempló una batería antiaérea, que incluye un radar que detecta y sigue el objetivo, ordenadores, generadores y una estación de control, además de ocho minilanzaderas con cuatro misiles listos para disparar.
Al envío norteamericano se unieron otros dos sistemas Patriot de Alemania y Países Bajos, que llegaron a Ucrania en abril de 2023.
Un mes después, Rusia afirmó haber destruido una batería antiaérea Patriot en Kiev que; sin embargo, volvió a operar días después, según informó el Pentágono.
Solo en su primer mes de actividad, los sistemas Patriot enviados a Ucrania derribaron más de 80 objetivos, entre ellos siete misiles supersónicos Kinzhal rusos, según la Fuerza Aérea ucraniana.
A los primeros envíos de Patriots han seguido otros a lo largo de la guerra, entre ellos los suministrados por España y Rumanía a Ucrania.
Con la llegada de Donald Trump a la presidencia de EU, la ayuda militar de Estados Unidos quedó en suspenso, y aunque el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, mostró interés en comprar diez sistemas Patriot, Trump desdeñó la posiblidad.
A finales de junio, Trump cambió de idea y se abrió a la posibilidad de suministrar estos misiles a Ucrania, y finalmente este pasado domingo ha anunciado que los enviará, pero que sus aliados europeos “pagarán por ello”.