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Impulso energético, desde el Estado y la IP

Aunque el gobierno chino fija los objetivos, son las empresas privadas las que concretan el despliegue.

En China la transición energética se diseña desde el Estado y se ejecuta con la fuerza de un sector privado hípercompetitivo
En China la transición energética se diseña desde el Estado y se ejecuta con la fuerza de un sector privado hípercompetitivo

MADRID.- En China la transición energética se diseña desde el Estado y se ejecuta con la fuerza de un sector privado hípercompetitivo.

Las empresas como CATL, BYD, JinkoSolar o Nio lideran la revolución verde no desde la política, sino desde la fábrica, la innovación y la exportación.

Aunque el gobierno central fija los objetivos, son las empresas privadas las que concretan el despliegue.

CATL controla 38% del mercado mundial de baterías para autos eléctricos. BYD ya es el mayor productor global de vehículos eléctricos. Y ambas compiten por desarrollar baterías que se carguen en cinco minutos.

Empresas como XPeng, Li Auto o Leapmotor, todas privadas, han crecido con el respaldo logístico y financiero de gobiernos locales, pero impulsadas por la lógica del mercado. La presión es feroz: muchas quiebran o son absorbidas.

Un ejemplo es Nio, rescatada de la quiebra en 2020 con cerca de 900 millones de dólares, que fueron aportados por el gobierno de Anhui.

Hoy produce autos eléctricos con robots alemanes en una planta automatizada, sin haber alcanzado aún la rentabilidad, pero va en esa dirección.

Lo que empezó como planificación pública, se transformó en ofensiva industrial. Y el músculo privado, con todo su caos y velocidad, es el que empuja el liderazgo global de China en energías limpias.

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