El Gobierno de Donald Trump ya se había comprometido a ‘pedir cuentas’ a Boeing por la calidad de sus aviones, esto antes del choque de un avión de Air India con 242 pasajeros a bordo.
Donald Trump eligió a Bryan Bedford para ser el nuevo director de la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés). De ser ratificado, será el encargado de tomar decisiones sobre cómo proceder con Boeing.
Bedford declaró ante los senadores estadounidenses durante una audiencia en Washington que quiere exigir responsabilidades a Boeing para que entregue aviones de alta calidad.
Afirmó que su objetivo es garantizar que el fabricante de aviones escuche a su personal y respaldó el uso de datos, como las tasas de defectos, para determinar si se han abordado los problemas de calidad y de la cadena de suministro en Boeing.
En las últimas semanas, el fabricante de aviones ha comenzado a producir aviones 737 Max cerca del límite de 38 unidades mensuales impuesto por la FAA tras el incidente del año pasado, en el que se desprendió un panel del tamaño de una puerta de un avión Max poco después del despegue.
Boeing ha indicado que tiene la intención de solicitar la aprobación para acelerar la producción, aunque el administrador interino de la FAA, Chris Rocheleau, declaró a la prensa tras una audiencia en el Congreso la semana pasada que actualmente no considera aumentar el ritmo.
El fabricante de aviones comparte regularmente con la FAA datos clave sobre el estado de sus operaciones de fábrica y su cadena de suministro, uno de los cambios que implementó después de que el regulador comenzara a tomar medidas enérgicas tras la casi catástrofe en Alaska, ocurrida en enero de 2024.
Trump nombró a Bedford —un veterano de la aviación que ha sido director ejecutivo de Republic Airways Holdings durante más de 25 años— para el puesto en la FAA en marzo. Republic es una de las aerolíneas regionales más grandes, que transporta viajeros desde ciudades pequeñas a los principales aeropuertos de American Airlines, Delta, y United Airlines.
Bedford se incorporaría a la FAA en un momento crítico, ya que esta se prepara para llevar a cabo una revisión a fondo de su obsoleto sistema de control de tráfico aéreo.
Estos son todos los problemas e irregularidades de Boeing
El siniestro es el primer accidente fatal de un 787 Dreamliner, un bimotor de fuselaje ancho que inició sus vuelos en 2009 y del que Boeing ha construido cerca de 900 unidades.
Pero este accidente se produce cuando la compañía intenta recuperarse de los graves problemas de imagen que sufre desde los incidentes del modelo 737 Max, otro bimotor aunque más pequeño y de fuselaje estrecho.
En 2018 y 2019, dos aviones de este tipo se estrellaron en Indonesia y Etiopía, provocando la muerte a 346 personas. Las investigaciones iniciadas tras esos dos accidentes detectaron que Boeing había cometido irregularidades, como el uso de titanio defectuoso y deficiencias de diseño, para lograr la certificación de los aviones.
En 2024, un 737 Max de la compañía Air Alaska realizó un aterrizaje de emergencia al sufrir en pleno vuelo el desprendimiento de un panel que cubría el espacio para una de las puertas de emergencia del avión.
El incidente agravó los problemas de imagen a la compañía y provocó una fuerte caída de sus ingresos en los seis primeros meses de 2024. Ese mismo año, un ingeniero de Boeing denunció a las autoridades graves deficiencias de seguridad en el proceso de fabricación del 787 Dreamliner.
