Los medios estatales de Corea del Norte informaron, este lunes 26 de mayo, que su nuevo barco destructor, dañado la semana pasada durante un intento de lanzamiento, se encuentra en reparación.
“En el lugar del accidente del lanzamiento del destructor, se están realizando activamente los trabajos para restablecer completamente el equilibrio del buque de guerra bajo la guía técnica de un grupo de expertos, según lo previsto”, informó hoy la agencia estatal norcoreana KCNA.
Corea de Norte detalló este domingo de la detención de varios oficiales por su responsabilidad en el accidente ocurrido durante la botadura de la nueva nave destructora, en el marco de la investigación que están llevando a cabo las autoridades sobre el incidente.
Entre los detenidos se encuentran Kang Jong-chol, el ingeniero jefe del astillero de Cheongjin, donde tuvo lugar el incidente; el jefe del taller de construcción de cascos, Han Kyong-hak, y el subdirector de asuntos administrativos, Kim Yong-hak, a quienes el régimen calificó como “responsables del accidente”, según la KCNA.
El accidente se produjo el pasado miércoles, durante la botadura del destructor que estaba teniendo lugar en presencia del líder del régimen, Kim Jong-un, quien ha responsabilizado directamente a varios organismos, entre ellos el Departamento de la Industria de Municiones del Comité Central del Partido de los Trabajadores.
Este tipo de reconocimiento público de fallos técnicos o administrativos por parte de Corea del Norte es inusual, dado que el régimen suele ocultar incidentes que puedan interpretarse como señales de debilidad o incompetencia, especialmente en sectores estratégicos como el militar.
Pionyang ha minimizado los daños sufridos por el navío, asegurando que “no son graves”; sin embargo, ha prometido depurar responsabilidades por lo que considera un “acto criminal imperdonable” por “la imprudencia, la irresponsabilidad y la actitud empirista poco científica” que han permitido que algo así suceda.
Tras el accidente, Corea del Norte lanzó una investigación “exhaustiva”.
“Un análisis subacuático e interno detallado del buque confirmó que, a diferencia del anuncio inicial, no se observaron agujeros en la parte inferior, el casco a estribor sufrió arañazos y cierta cantidad de agua de mar se filtró a la popa a través del canal de rescate”, según detalles publicados este viernes por la agencia estatal de noticias norcoreana KCNA.
El grupo de investigación, compuesto por un órgano de la fiscalía y expertos pertinentes, estimó que se necesitarían dos o tres días para mantener el equilibrio del buque bombeando el agua de la cámara inundada y haciendo que la proa salga de la grada, y unos diez días para restaurar el costado dañado, añadió el medio.