El canciller mexicano, Juan Ramón de la Fuente, resaltó este miércoles en Pekín la larga y fructífera relación entre México y China y destacó que ambas naciones han compartido una “historia de relaciones comerciales” que se remonta a siglos atrás.
Durante una reunión en la capital del gigante asiático junto a su homólogo chino, Wang Yi, de la Fuente recordó que las bases de esta relación se posaron “con la primera red global de comercio mundial que se estableció con la Nao de China”.
De la Fuente subrayó que “las relaciones entre México y China tienen ya muchos años”, y reafirmó el compromiso de su país con el principio de ‘una sola China‘, asegurando que esta es una política exterior “fundamental” de México, que ha sido consistentemente apoyada a lo largo de los años.
El canciller mexicano destacó que “un sistema basado en reglas nos permitirá hacer más eficiente la cooperación y avanzar en los temas de interés común”, y subrayó la importancia de la cooperación multilateral para fortalecer los lazos entre México y China.
El ministro recalcó, en el marco del IV Foro Ministerial China-CELAC celebrado en Pekín, el interés de México por seguir profundizando el diálogo político y la cooperación estratégica con China.
Por su parte, Wang enfatizó que “China está dispuesta a trabajar con México para fortalecer aún más las relaciones bilaterales”, resaltando la importancia de la cooperación en diversas áreas, tanto económicas como políticas, y subrayó que ambos países “comparten un compromiso común por un mundo más equilibrado y pacífico”.
La relación entre México y China se ha ido consolidando a lo largo de más de un siglo, marcada por la cooperación en diversas áreas, como el comercio, la educación, la cultura y la política.
¿Qué se espera de la agenda de los líderes en la CELAC?
La IV Reunión Ministerial China-CELAC reunió el martes en Pekín a cancilleres y representantes de la mayoría de los países de Latinoamérica y el Caribe para discutir el rumbo de sus relaciones con la potencia asiática y con la presencia de los presidentes de Brasil, Chile, Colombia y China.
El mandatario chino, Xi Jinping, abrirá la cita con un discurso tras el cual ofrecerá un almuerzo a los asistentes, al que seguirá la sesión plenaria de la reunión, que se celebrará a puerta cerrada y finalizará con la adopción de una declaración conjunta.
Los temas principales de la reunión serán ‘Interconexión eléctrica y energías renovables’ e ‘Integración comercial’, dos epígrafes que se alinean con dos objetivos clave de China en América Latina: promover su iniciativa de las Nuevas Rutas de la Seda (BRI, por sus siglas en inglés) y asegurarse el acceso a valiosos recursos naturales de la región como el litio, las tierras raras, el petróleo o el cobre.
Se espera que el foro aborde además temas como la cooperación en minerales estratégicos para la transición energética, el comercio agrícola y la industrialización verde.
El gigante asiático busca en este foro cimentar unas relaciones en expansión pero amenazadas por Estados Unidos: Latinoamérica se ha vuelto un terreno crucial de competencia entre Washington y Pekín, que en los últimos años pero especialmente ahora tras el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca se ofrece como un contrapeso global amable y de no injerencia frente al renovado tono agresivo de EU.
Dos días antes de la cita, Pekín se posicionó con claridad al defender que Latinoamérica y el Caribe “no son el patio trasero de nadie”, sino “una parte importante del sur global, con un gran potencial y perspectivas de desarrollo y también una fuerza importante para la paz y el desarrollo mundiales”, en palabras del viceministro chino de Exteriores Miao Deyu.
Consolidar y seguir ampliando su peso inversor y comercial en la región es una de las principales metas de China de cara al encuentro, en el que también aspira a asegurarse de que el comercio con Latinoamérica no sufra los vaivenes de la guerra comercial iniciada por Trump.
Otro tema relevante serán las Nuevas Rutas de la Seda, una iniciativa con la que el gigante asiático pretende generar una red comercial internacional y extender su influencia a nivel global a través de la construcción de infraestructuras, y a la que se han sumado ya más de veinte países de Latinoamérica y el Caribe.
En 2015, China se planteó como meta alcanzar un comercio bilateral anual de 500 mil millones de dólares y una inversión acumulada de 250 mil millones en la región de América Latina y el Caribe diez años más adelante.
Según datos oficiales, entre enero y septiembre de 2024, el comercio bilateral alcanzó 427 mil 400 millones de dólares, con un aumento interanual del 7.7 por ciento.
El Foro China-CELAC, establecido en 2014, ha celebrado previamente tres reuniones ministeriales: en enero de 2015 en Pekín, enero de 2018 en Santiago de Chile y diciembre de 2021 en México.