Tras la muerte del Papa Francisco se reunieron 133 cardenales para elegir a la nueva máxima autoridad en la Iglesia Católica.
Sólo les tomó 2 días para decidir quién sería el nuevo Papa: el estadounidense Robert Francis Prevost, que llevará como nombre León XIV.
El humo blanco salió de la Capilla Sixtina y las campañas de la Basílica de San Pedro repicaron, tras poco más de un día de pláticas entre cardenales.
Pero y a todo esto, ¿por qué ahora el Papa León XIV eligió llamarse así? En una publicación de la red social X, el perfil del Vaticano lo explicó.
“Elegí el nombre de León XIV. Hay diversas razones para ello, pero principalmente porque el Papa León XIII, en su histórica Encíclica Rerum Novarum, abordó la cuestión social en el contexto de la primera gran revolución industrial.
En nuestros días, la Iglesia ofrece a todos el tesoro de su doctrina social en respuesta a otra revolución industrial y a los avances en el campo de la inteligencia artificial que plantean nuevos desafíos para la defensa de la dignidad humana, la justicia y el trabajo”, se lee en la publicación.
¿Qué significa el escudo y el lema que eligió el Papa León XIV?
Además, el escudo de armas del nuevo Papa también tiene un importante significa, asociado son sus raíces en la Orden de los Agustinos y los valores que propugna durante su pontificado, en particular la unidad y la comunión en la Iglesia.
El Vaticano detalló que el escudo está dividido diagonalmente en dos secciones:
La mitad superior presenta un fondo azul con un lirio blanco y la otra mitad inferior, con un fondo claro, muestra una imagen que evoca la Orden de San Agustín:
Un libro cerrado con un corazón atravesado por una flecha. Esta referencia directa a la experiencia de conversión del propio San Agustín, quien describió su encuentro personal con la Palabra de Dios con la frase: “Vulnerasti cor meum verbo tuo” (“Has traspasado mi corazón con tu Palabra”).
El Papa León XIV también eligió un lema que refleja esta tradición agustiniana: In Illo uno unum, que significa “En Uno, somos uno”.
La frase está tomada de la Exposición de San Agustín sobre el Salmo 127, donde explica que “aunque los cristianos somos muchos, en un solo Cristo somos uno”.