Elon Musk llegó a Washington como funcionario gubernamental especial a principios de este año. Con un acceso sin precedentes a los pasillos del poder y la información, el multimillonario sembró una sensación de caos en el gobierno estadounidense. Participó en las reuniones del presidente Donald Trump con líderes extranjeros y secretarios de gabinete, intervino en políticas de defensa y aranceles, y, sobre todo, desmanteló docenas de agencias como la imagen pública de DOGE.
Durante la tumultuosa carrera de Musk, sus empresas privadas (SpaceX, la empresa de implantes cerebrales Neuralink y la startup de inteligencia artificial XAI) se beneficiaron de nueva financiación, mientras que el valor de la deuda asumida cuando convirtió Twitter en X, de propiedad privada, se disparó.
Pero fue Tesla, la única empresa de Musk que cotiza en bolsa y una importante fuente de su riqueza, la que cargó con el peso de la indignación pública contra él y sus políticas. Las acciones de Tesla cayeron un 33 por ciento desde su investidura. Las ventas del fabricante de vehículos eléctricos se desplomaron.
En términos de la riqueza personal de Musk, la alianza con Trump le ha costado hasta ahora 113 mil millones de dólares, y su fortuna ha caído un 25 por ciento desde el 17 de enero, según el Índice de multimillonarios de Bloomberg.
“Estos son 100 días de destrucción”, dijo Elaine Kamarck, directora del Centro para la Gestión Pública Efectiva de la Brookings Institution en Washington. “DOGE está reduciendo músculo, no grasa. Elon Musk está recibiendo muchas críticas por las decisiones de Trump, y la gente ha decidido odiar a Musk más que a Trump”.
Desde el primer día, Musk comenzó a sembrar alianzas entre agencias estadounidenses y aliados de Silicon Valley. DOGE obtuvo un acceso sin precedentes a bases de datos gubernamentales, lo que le permitió comprender el funcionamiento interno de las agencias que regulan y financian muchos de sus negocios.
Aunque Musk prometió inicialmente recortar 2 billones de dólares en gastos gubernamentales innecesarios, según las propias cuentas de DOGE, la iniciativa solo ha ahorrado 160 mil millones de dólares hasta la fecha. La opinión pública sobre el proyecto es baja: el 57 por ciento de los estadounidenses desaprueba la labor de Musk en Washington, frente a menos de la mitad en febrero, según una encuesta de Washington Post, ABC News e Ipsos publicada el lunes.
Mientras tanto, Musk ha causado tanto revuelo en la administración Trump y en el Congreso que ahora se reúne varias veces a la semana con la jefa de gabinete de la Casa Blanca, Susie Wiles, para mantenerla informada de sus movimientos, según una persona familiarizada con las discusiones.
Un funcionario de la Casa Blanca afirmó que no ha habido cambios en la condición de Musk como empleado especial del gobierno. Musk, Tesla y SpaceX no respondieron a las preguntas.
Tesla sufre perdidas durante mandato de Musk en DOGE
Ninguna de las empresas de Musk ha sufrido un impacto mayor que Tesla, lo que ha llevado a inversores y analistas a pedir públicamente su regreso. La compañía ha perdido 448 mil 300 millones de dólares en valor de mercado desde el 17 de enero, más del doble de lo que DOGE afirma haber ahorrado hasta la fecha.
Los autos, las salas de exhibición y las estaciones de Supercargadores de Tesla sufrieron una ola de protestas y actos esporádicos de incendios y vandalismo. El Cybertruck, el vehículo de acero inoxidable más estrechamente asociado con el propio Musk, ha sido un blanco particular.
Después del peor trimestre de Tesla en años, Musk finalmente reconoció el dolor al comienzo de la presentación de ganancias de Tesla la semana pasada.
“El tiempo que he pasado en el gobierno ha sido un poco contraproducente”, dijo. A partir de mayo, su tiempo dedicado a DOGE se reducirá significativamente.
¿Qué empresa de Musk se beneficio durante su mandato en DOGE?
A diferencia de Tesla, SpaceX se ha beneficiado principalmente del tiempo de Musk en Washington. Aunque muchos piensan en Musk como el director ejecutivo de Tesla, la mejor manera de entenderlo es como un contratista gubernamental de larga trayectoria. La influencia se hizo evidente de inmediato en el discurso de investidura del presidente, cuando Trump se hizo eco del entusiasmo de Musk por ir a Marte.
Trump eligió entonces a Jared Isaacman para dirigir la NASA, nominando a un multimillonario que ha pagado dos veces para volar en cápsulas de SpaceX. En febrero, el Departamento de Justicia retiró una demanda contra SpaceX por discriminación laboral.
Durante los últimos meses, SpaceX se ha beneficiado de un apoyo gubernamental aún mayor. El Departamento de Defensa le otorgó 5 mil 900 millones de dólares para poner en órbita satélites de inteligencia, una cifra superior a la obtenida por la competencia. Consiguió el respaldo republicano para un mayor papel en una iniciativa federal de 42 mil millones de dólares para llevar banda ancha a las zonas rurales de Estados Unidos, lo que generó quejas de los demócratas.
En la Administración Federal de Aviación (FAA), Musk ha estado asignando ingenieros de SpaceX para desplegar terminales Starlink en todo el sistema aéreo estadounidense. Se advirtió a los empleados que si obstaculizaban el progreso, serían reportados a Musk y se arriesgaban a perder sus empleos, según informó Bloomberg News.
Musk también ha pasado tiempo en el Pentágono, un importante cliente de SpaceX. Musk, quien desde hace tiempo cuenta con una autorización de seguridad estadounidense, incluso visitó las instalaciones de aeronaves militares de su rival espacial Boeing en Texas para inspeccionar la próxima generación de aviones presidenciales Air Force One, una prioridad de Trump con años de retraso. Su visita en diciembre, antes de la investidura, puso de manifiesto la presión excepcional que Boeing y otros han soportado con el regreso de Trump al poder y Musk a su lado.
Influencia de Musk cierra demanda con Trump tras veto de Twitter
La influencia de Musk en la Casa Blanca le ayudó a resolver rápidamente una demanda con Trump por la decisión de X —entonces conocida como Twitter— de vetar al presidente en 2021 tras la insurrección del Capitolio del 6 de enero.
Y animó a los anunciantes a volver a X tras años de dificultades, ya que las empresas buscaban evitar la ira de dos de los hombres más poderosos del planeta.
“Estás comprando un seguro, no estás comprando publicidad”, dijo a Bloomberg Lou Paskalis, un veterano de la industria publicitaria y director ejecutivo de la consultora AJL Advisory .
De repente, X se prepara para su primer año de crecimiento de ingresos desde 2021. Los bancos que tienen miles de millones de dólares en deuda por la adquisición de X por parte de Musk (considerada recientemente la peor compra desde la crisis financiera de 2008) finalmente pueden deshacerse de ella sin sufrir pérdidas.
Otros inversores recompraron X a una valoración cercana a la que Musk pagó por la empresa a finales de 2022. Se vieron recompensados unas semanas después cuando Musk adquirió X a través de su startup de inteligencia artificial, XAI, con una valoración similar. Los inversores de X ahora tienen acciones en una empresa de IA que, según se informa, está recaudando fondos con una valoración de 120 mil millones de dólares.
Musk pierde 20 millones en la Corte Suprema de Wisconsin
Sin embargo, en las últimas semanas, la aparentemente omnipresente presencia de Musk en Washington se ha vuelto más compleja. La contienda por la Corte Suprema de Wisconsin se convirtió en un referéndum sobre DOGE y Musk, quien gastó 20 millones de dólares para apoyar a un candidato republicano que perdió por un margen de 10 puntos.
Wisconsin fue una “llamada de atención”, dijo el exestratega de Trump, Steve Bannon. “Claramente, se ha convertido en un punto de apoyo para la oposición”.
Musk luego discrepó sobre la política arancelaria de Trump —un elemento central de la administración— con el asesor comercial presidencial, Peter Navarro, a quien Musk llamó “más tonto que un saco de ladrillos”. También señaló el impacto negativo de los aranceles de Trump en la presentación de resultados de Tesla y afirmó que, a pesar de intentar convencer a Trump de lo contrario, el presidente está “en su derecho de hacer lo que quiera”.
Tras anunciar su salida gradual del gobierno, Musk dejó abierta la posibilidad de asesorar a Trump hasta el final de su mandato. “Tendré que seguir haciéndolo durante, creo, probablemente lo que resta del mandato presidencial, solo para asegurarme de que el despilfarro y el fraude que detuvimos no vuelvan con fuerza”, declaró en la presentación de resultados de Tesla.
Para Trump, hablando con los periodistas la semana pasada, el papel de Musk en la administración ya parecía cosa del pasado.
“Fue de gran ayuda, tanto en la campaña como en lo que ha hecho con DOGE”, dijo Trump.
