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¿Quién es Genevieve Jeanningros? Monja, amiga del Papa Francisco, llora frente al ataúd del pontífice

La monja conmovió al mundo al acercarse al féretro del Papa Francisco en la basílica de San Pedro, para llorar y rezar por el fallecimiento del Sumo Pontífice.

Desde hace 56 años, Geneviève Jeanningros se dedica a asistir a mujeres transexuales y feriantes de Ostia, en la costa de la región del Lacio. [Fotografía. El Vaticano]

Mientras los cardenales y obispos despedían al Papa Francisco, una pequeña religiosa burló el protocolo de seguridad y se situó a un costado para orar en silencio durante varios minutos. Nadie se atrevió a interrumpirla: era sor Geneviève Jeanningros, amiga del pontífice y quien lo acompañó en su labor pastoral con los más marginados de Roma, incluidos feriantes y mujeres transexuales.

La monja, de 81 años, perteneciente a la orden de las Hermanitas de Jesús y con una mochila sobre los hombros, se acercó discretamente a la zona donde se encontraba el féretro del Papa Francisco, fallecido este lunes a los 88 años, para rezar y llorar en silencio.

Aunque no formaba parte del riguroso protocolo que establecía que los cardenales, obispos y personal del Vaticano serían los primeros en despedir al pontífice, nadie se atrevió a indicarle que ese no era su lugar. Permaneció allí durante varios minutos.

¿Cuál era la relación de Geneviève Jeanningros con el Papa Francisco?

“La enfant terrible” llamaba el Papa Francisco a esta religiosa, quien desde hace 56 años se dedica a asistir a mujeres transexuales y feriantes de Ostia, en la costa de la región del Lacio.


Cada miércoles, sor Geneviève llevaba a las audiencias generales a grupos de personas homosexuales y transexuales, muchas de ellas dedicadas a la prostitución en esta zona marginal de Roma.

Durante la pandemia de coronavirus, junto con el párroco de la iglesia Santísima Virgen Inmaculada en Torvaianica, don Andrea Conocchia, solicitó ayuda al cardenal limosnero Konrad Krajewski para asistir a trabajadores de ferias y a la comunidad trans: unas cuarenta o cincuenta personas, muchas de ellas sudamericanas, que se habían quedado sin sustento.

En una ocasión, acompañó a Claudia, Marcella y muchas otras mujeres transexuales para que conocieran al papa. “Incluso una fue asesinada poco después. Se habían tomado una foto con el papa, se la llevé y él rezó por ella”, relató a medios vaticanos.

Y la monja consiguió incluso el 31 de julio de 2024, que un papa visitará el parque de atracciones de Ostia para encontrarse con los feriantes.

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