Mundo

Bergoglio, un pontífice empático y sensible al sufrimiento humano

El Papa Francisco alzó constantemente la voz contra la crisis de inseguridad, violencia y corrupción que afecta a México.

Una constante que marcó el pontificado de Francisco fue su airado reclamo ante la crueldad humana, ya sea manifestada en los horrores de la guerra en Ucrania o las masacres en Gaza. [Fotografía. AP]

La lluvia caía fuerte sobre la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, cuando minutos después de las 19 horas del miércoles 13 de marzo de 2013 la chimenea empezó a exhalar por tercera ocasión.

Los primeros suspiros de la fumarola se veían negros, con lo que la esperanza de muchos se vio apagada por unos segundos hasta que el color de la nube dio paso a un blanco denso que anunció el acuerdo entre cardenales. Habemus Papam.

Fue así que Jorge Mario Bergoglio, hijo de migrantes italianos en Argentina, quien se graduó como técnico químico antes de entrar al noviciado de la Sociedad de Jesús y quien fue ordenado sacerdote en 1969, llegó a convertirse en el papa Francisco.

El camino de Bergoglio a la cima del Vaticano fue posible tras la salida de su predecesor, Benedicto XVI, quien renunció por motivos de salud, y entre acusaciones de presunta corrupción y pasó a ser papa emérito. Bergoglio se convirtió así en el papa número 266, el primer sumo pontífice latinoamericano y el primer jesuita de la historia.


El nombre de Francisco lo escogió en honor a San Francisco de Asís, conocido por su humildad, rasgo al que el sumo pontífice se apegó en su mandato.

Joseph Ratzinger, quien adoptó en 2005 el nombre de Benedicto XVI, murió en el Vaticano el 31 de diciembre de 2022. Días después, el 5 de enero, Francisco fue el encargado de oficiar su misa fúnebre en la Plaza de San Pedro. Fue la primera vez en más de 200 años que un papa celebraba la homilía del funeral de su predecesor.

Una voz contra el horror

Una constante que marcó el pontificado de Francisco fue su airado reclamo ante la crueldad humana, ya sea manifestada en los horrores de la guerra en Ucrania o las masacres en Gaza, o en el azote de la violencia criminal ejercida por la delincuencia organizada en México.

Externó su pesar por el sufrimiento de los migrantes, lo mismo africanos que centroamericanos, víctimas de trata, vejaciones y violencia.


A los pocos meses de haber sido nombrado como la cabeza de la Iglesia católica, en julio de 2013, el papa Francisco salió por primera vez del Vaticano para ir a la isla italiana de Lampedusa, donde se vivía una crisis migratoria intensa. “Inmigrantes muertos en el mar, por esas barcas que, en lugar de haber sido una vía de esperanza, han sido una vía de muerte”. Para iniciar la homilía, el papa retomó los encabezados de los periódicos que lo llevaron hasta ahí, a visibilizar lo que estaba sucediendo.

Su primera visita al continente americano la hizo en septiembre de 2015, cuando viajó a Cuba y a Estados Unidos, donde dio discursos ante el Congreso, Naciones Unidas y visitó el memorial del 9/11 en Nueva York.

Del 12 al 17 de febrero de 2016, el papa Francisco llegó a México por primera vez, donde visitó el hospital pediátrico Federico Gómez, en la capital, y también acudió al Centro de Readaptación Social (Cereso) número 3. Ahí, sostuvo que “el México de la violencia, el México de la corrupción, el México del tráfico de drogas, el México de los cárteles, no es el México que quiere nuestra Madre”.

En su mensaje, pidió que no se escondan estos males, sino que se hable de estos temas para poder acabar con ellos. “Por supuesto yo no quiero tapar nada de eso, al contrario, exhortarlos a la lucha de todos los días contra la corrupción, contra el tráfico, contra la guerra, contra la desunión, contra el crimen organizado, contra la trata”, puntualizó.

Durante su estancia en el país, el papa también dio misa en la Basílica de Guadalupe, ante comunidades indígenas en Chiapas, y en Ciudad Juárez, Chihuahua. Fue en esta ciudad fronteriza que el papa pidió por los migrantes centroamericanos y mexicanos que buscan pasar “al otro lado”.

“Un paso, un camino, cargado de terribles injusticias: esclavizados, secuestrados, extorsionados, muchos hermanos nuestros son fruto del negocio del tráfico humano, de la trata de personas”, lamentó.

Fue en mayo de 2019 cuando, en entrevista con Televisa, el jerarca católico retomó su preocupación por lo que sucede en el país, y aseveró que es “como si el diablo le tuviera bronca a México, porque si no, no se explica tanta cosa”.

Este mismo dolor que le generó la violencia en el país lo hizo público en junio de 2022 por el asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín César Mora Salazar, en Cerocahui, Chihuahua, al igual que de Pedro Eliodoro Palma Gutiérrez, un guía de turistas en ese estado.

En su momento, el papa reclamó: “¡Cuántos asesinatos en México! Estoy cerca con afecto y oración a la comunidad católica afectada por esta tragedia. Una vez más, repito que la violencia no resuelve los problemas, sino que aumenta el sufrimiento innecesario”. El último mensaje que dirigió a México lo dio el 27 de octubre de 2024, cuando se unió a los lamentos por el asesinato del padre Marcelo, en Chiapas. Después del rezo del Ángelus, Francisco hizo público su dolor por este hecho. “Me uno a la amada Iglesia de San Cristóbal de las Casas, en Chiapas, que llora el asesinato del sacerdote Marcelo Pérez Pérez el pasado domingo”, declaró desde la ventana del Palacio Apostólico.

De agenda progresista

Además de ser el primer papa latino, Francisco también fue el primero, en abril de 2018, en nombrar a tres mujeres para ser consultoras de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

El avance de las mujeres dentro de la estructura de poder de la Iglesia católica fue constante durante el papado de Francisco. Apenas en febrero de 2025, el sumo pontífice nombró a Raffaella Petrini como presidenta de la Gobernación del Vaticano, siendo la primera vez en la historia que una mujer asume el control de la administración civil de este Estado.

Un mes antes, Francisco nombró a Simona Brambilla como la primera mujer en el cargo de prefecta del departamento responsable de todas las órdenes religiosas de la Iglesia católica.

Así como abrió brecha a las mujeres en el clero, el papa otorgó concesiones que en otros tiempos habrían sido impensables hacia la comunidad de la diversidad sexual. En octubre de 2020, Francisco sorprendió al mundo –y sobre todo al ala conservadora del clero– al asegurar, en el documental Francesco, que se estrenó en Roma ese mes, que “los homosexuales tienen derecho a estar en una familia porque son hijos de Dios”. Era una declaración premonitoria de lo que vendría más tarde, en diciembre de 2023, cuando autorizó a los sacerdotes católicos bendecir a parejas del mismo sexo, siempre que no sea en el marco de la liturgia.

Un año después, en mayo de 2024, Francisco caería nuevamente en polémica, pero esta vez por presuntos comentarios ofensivos contra la comunidad LGBTIQ+. En un encuentro con obispos italianos, en el que se abordó la prohibición del Vaticano de ordenar sacerdotes homosexuales –una decisión ratificada en 2016, durante su papado– Francisco habría bromeado con que en algunos de los seminarios “ya hay demasiada ‘mariconería’”.

El Vaticano tuvo que salir a decir que “el papa nunca tuvo la intención de ofender o expresarse en términos homofóbicos, y hace llegar sus disculpas a quienes se sintieron ofendidos”.

En otros temas considerados dentro de la agenda progresista, en agosto de 2018, el papa ordenó la revisión del catecismo de la Iglesia católica para describir la pena de muerte como moralmente inadmisible y afirmar que la Iglesia “trabaja con determinación por su abolición en todo el mundo”.

El ocaso

La salud de Francisco comenzó a deteriorarse en 2022, cuando empeoró su padecimiento en una rodilla. Desde enero de ese año anunció que sufría de una “gonalgia aguda”, un intenso dolor en la rodilla provocado por un deterioro en el cartílago y la artrosis que sufría desde años atrás. Mayo de ese año fue la primera ocasión que apareció en público en silla de ruedas.

En febrero de 2025, Francisco, de 88 años, sufrió un ataque por una bronquitis con infección polimicrobiana a la que se sumó una neumonía bilateral, razón por la que tuvo que ser ingresado en el hospital Gemelli, en Roma, donde estuvo internado 38 días y fue dado de alta el 23 de marzo.

Ayer, un día después de que deseara de viva voz a los feligreses felices pascuas en la plaza de San Pedro, el Vaticano anunció que falleció el papa 266 de la Iglesia católica. Este 21 de abril murió Jorge Mario Bergoglio, hijo de inmigrantes italianos que se convirtió en Francisco I el 13 de marzo de 2013.

El papa Francisco mientras saludó a los asistentes durante la bendición Urbi et Orbi tras la misa del Domingo de Resurrección en la Plaza de San Pedro Vaticano.

También lee: