Al tiempo que la variante ómicron del COVID-19 causa temor en todo el mundo por rebrotes, las preocupaciones de los estadounidenses sobre el contagio aumentan de nuevo, pero son menos las personas que afirman que usan mascarillas con regularidad o se aíslan en comparación con el inicio del año.
Un nuevo sondeo realizado por The Associated Press y NORC Center for Public Affairs Research muestra que 36 por ciento de los estadounidenses señalan que se encuentran muy o extremadamente preocupados de que ellos o algún miembro de su familia se vaya a contagiar con el virus, un aumento en comparación con el 25 por ciento que dijo lo mismo a finales de octubre.
El porcentaje que indica estar altamente preocupado es ligeramente menor ahora que en agosto, cuando la variante delta tomaba fuerza, y sigue debajo del nivel de preocupación que los estadounidenses manifestaron durante gran parte de 2020 cuando los conteos de muertes y contagios variaron en diferentes regiones y temporadas.
Hugh Gordon contó que él y su esposa Lillian continúan evitando a las personas lo más posible y usan cubrebocas cada vez que salen a consultas médicas o recoger los abarrotes que compraron en internet. Pero el jubilado de 81 años de Dalton, Georgia, dijo que el haberse vacunado lo hizo sentirse cómodo de ver a sus hijos y 10 nietos —e incluso acudir a la boda de la nieta mayor en otoño.
Los Gordon esperan recibir entre 10 y 12 miembros de su familia para Navidad en su hogar este mes, muy diferente a la Navidad del año pasado cuando simplemente se comunicaron por teléfono, señaló.
Si bien la mayoría de quienes se encuentran vacunados aún dice sentirse al menos un tanto preocupado por los contagios, 55 por ciento de quienes no se han vacunado dicen sentirse poco o nada preocupados. Cerca de ocho de cada 10 demócratas afirman que están al menos un tanto preocupados, en comparación con alrededor de la mitad de los republicanos.