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Sudáfrica reimpone medidas de encierro ante una 'tercera ola' de COVID-19

A medida de que el invierno se acerca, los expertos creen que esta tercer ola puede ser más mortal que las anteriores

El presidente de Sudáfrica manifestó que algunas ciudades ya viven una tercera ola. (AP)

El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, anunció este domingo que el país volverá a aplicar medidas de confinamiento más estrictas ante el fuerte aumento de los casos de COVID-19, gracias a un nuevo repunte en la nación más afectada por la pandemia en el continente africano.

El número de casos positivos detectados en Sudáfrica en los últimos siete días fue 31 por ciento más alto que la semana anterior, y un 66 por ciento más que hace dos semanas, dijo Ramaphosa en un discurso en directo por televisión. Señaló que algunas partes del país, incluyendo Johannesburgo y la capital Pretoria, enfrentan “una tercera ola.”

“Todavía no sabemos cuán grave será esta ola ni cuánto durará”, manifestó el presidente sudafricano.

El mandatario informó que, a partir del lunes, el toque de queda nocturno se ampliaría en una hora para comenzar a las 11 de la noche y concluirá hasta las 4 de la mañana.


De igual manera, se permitirá un máximo de 100 personas en las reuniones sociales en espacios cerrados y no más de 250 en una reunión al aire libre.

El número de asistentes a los funerales se limitará a 100 personas, y las reuniones posteriores a los funerales se prohibirán por completo. Los negocios no esenciales deberán cerrar a las 10 de la noche.

“Hemos tendido a volvernos complacientes”, estableció el mandatario, advirtiendo que los contagios por el virus estaban aumentando de nuevo mientras se aproxima el invierno, cuando es más probable que la gente se reúna en interiores, lo que podría aumentar las infecciones.

La decisión de Sudáfrica de volver a un encierro más estricto es un recordatorio de que la pandemia está lejos de haber terminado, como lo ha sido también la crisis en India.

“Hemos visto en otros países las trágicas consecuencias de dejar que el virus se propague sin control. No podemos bajar la guardia”, indicó.

Sudáfrica tiene más de 1.6 millones de casos confirmados de COVID-19 y más de 56 mil muertes por la enfermedad, lo que representa más del 30 por ciento de los casos y el 40 por ciento de las muertes registradas en los 54 países del continente, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de África.

Sudáfrica registró 4 mil 515 nuevos casos en las últimas 24 horas, y Ramaphosa abundó que la “tasa de positividad” entre las pruebas realizadas era ahora “motivo de preocupación”.

Sudáfrica había estado en el nivel 1 de cierre, el más bajo de sus cinco niveles, pero ahora volverá a un “nivel 2 ajustado”, detalló el presidente.

Las autoridades no reimpondrán las estrictas medidas que estuvieron vigentes en algunos momentos del año pasado, como la limitación de los movimientos de la gente durante el día y la prohibición de la venta de alcohol y productos de tabaco.

Sudáfrica ha tenido dos oleadas de infecciones: la primera a mediados del año pasado y una segunda mucho peor en diciembre y enero, cuando la aparición de una variante hizo que las infecciones y las muertes alcanzaran niveles más altos que el primer repunte.

Los expertos han advertido que esta oleada, que llega con el invierno del hemisferio sur, podría ser incluso peor.

El aumento de los casos también ha hecho que se preste más atención al retraso en la aplicación de la vacuna en Sudáfrica. Sólo alrededor del 1.5 por ciento de los 60 millones de habitantes del país han recibido la vacuna. Los trabajadores de salud eran la prioridad número uno, pero menos de 500 mil de los 1.2 millones de trabajadores de salud han sido inoculados con el fármaco de una dosis de Johnson & Johnson.

Sudáfrica empezó a vacunar a sus ciudadanos mayores apenas hace dos semanas. En total, 963 mil sudafricanos han recibido la vacuna hasta este domingo, según el gobierno, aunque la mitad de ellos sólo han recibido la primera de las dos dosis necesarias de la vacuna de Pfizer-BioNTech.

De acuerdo con el mandatario, el país tiene un contrato por más de 50 millones de vacunas, pero actualmente solo tiene más de 1.3 millones de dosis que están listas para ser desplegadas.

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