En el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el Circuito Exterior Mexiquense (CEM) reforzó su estrategia de vinculación social para impulsar entornos más seguros para mujeres y niñas en el Estado de México, uno de los territorios del país con mayores índices de violencia de género.
Como parte de su visión empresarial de responsabilidad social y bajo el concepto de Gran Vecino, el CEM ha apostado por un modelo comunitario de sensibilización que busca fortalecer capacidades, detonar conversaciones colectivas y promover prácticas de convivencia pacífica. La iniciativa, vigente desde 2024, ha permitido la realización de 26 talleres abiertos al público en seis municipios mexiquenses: Ecatepec, Texcoco, Chimalhuacán, Tecámac, Jaltenco y Coacalco.

Los talleres, impartidos en alianza con el Instituto para la Investigación de los Derechos Humanos y los Estudios de Género y la organización Lentes Púrpura A.C., están diseñados para que personas de cualquier edad identifiquen conductas normalizadas que constituyen violencia psicológica, física, sexual o económica. Además, buscan que cada participante reconozca su propio rol en la prevención de las violencias dentro de la comunidad.
“Cuando una organización reconoce su papel como agente social, cada acción se convierte en una oportunidad para transformar los entornos y construir comunidades más seguras y respetuosas. Ese es el compromiso que asumimos con las comunidades donde operamos”, afirmó Ricardo Cuéllar, director general del CEM.
La estrategia también responde a un contexto nacional que exige intervenciones urgentes. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH), siete de cada diez mujeres mayores de 15 años en México han experimentado algún tipo de violencia, siendo la psicológica la de mayor prevalencia. A nivel estatal, la incidencia es aún más alarmante: ocho de cada diez mujeres en el Estado de México reportan haber sufrido agresiones, cifra que coloca a la entidad entre las más críticas del país.

Frente a este panorama, el CEM ha alineado su programa de intervención comunitaria con el Plan Estratégico de Sostenibilidad Social y la Política de Derechos Humanos de Aleatica, su empresa matriz. Ambos documentos priorizan la debida diligencia, la participación social y la construcción de entornos seguros como principios fundamentales de operación.
De cara a 2025 —año que marca el 26º aniversario del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer— la empresa prevé ampliar el alcance de sus actividades con nuevos contenidos formativos y mayor presencia territorial. El objetivo, señala la compañía, es consolidar una red comunitaria capaz de prevenir violencias desde una perspectiva de igualdad, empatía y respeto.
Con este enfoque, el CEM busca posicionarse como un actor responsable en la región, demostrando que la infraestructura vial y la movilidad pueden coexistir con iniciativas sólidas de impacto social, particularmente en materia de seguridad y derechos humanos.




