Más de un centenar de anfitriones de alojamiento temporal acudieron este fin de semana al Zócalo de la Ciudad de México para participar en el “Zócalo Ciudadano”, espacio de diálogo organizado por el Gobierno capitalino. Su objetivo: entregar un pliego de propuestas al gabinete de la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, y solicitar una regulación “justa y basada en evidencia” para la actividad de hospedaje temporal en la capital.
El punto central de su petición es la eliminación del límite del 50% de noches impuesto a los alojamientos temporales desde octubre de 2024, una medida que, según los anfitriones, ha afectado la rentabilidad de miles de familias que dependen de esta actividad y ha reducido la oferta turística en la ciudad.
“Queremos trabajar de la mano con las autoridades, pero pedimos que se nos escuche y se reconozca nuestra aportación al desarrollo económico local”, señalaron representantes de la comunidad, quienes recalcaron que su objetivo no es evitar la regulación, sino promover un marco normativo equilibrado y sostenible.
De acuerdo con estudios recientes citados por los anfitriones, el alojamiento temporal representa apenas el 0.57% del parque habitacional de la Ciudad de México, pero genera un impacto económico significativo: más de 22 mil millones de pesos en derrama anual y alrededor de 65 mil empleos directos e indirectos, incluyendo servicios de limpieza, administración, mantenimiento, comercio local y gastronomía.
Durante la jornada, los participantes presentaron una instalación denominada “Puerta de la Hospitalidad” en el Centro Histórico, un símbolo que —según explicaron— representa la apertura de la ciudad al turismo, al intercambio cultural y al fortalecimiento de la economía local. A través de pantallas e infografías, el proyecto mostró en tiempo real diversos indicadores sobre el impacto económico del sector en la capital.
“Queremos mostrar que abrir las puertas de nuestros hogares a visitantes es una forma legítima y positiva de impulsar el desarrollo de la Ciudad de México. Detrás de cada anfitrión hay familias, pequeños negocios y comunidades que se benefician de esta actividad”, afirmaron los organizadores del evento.
El encuentro se da en un momento clave para la industria turística de la capital, que busca fortalecer su infraestructura de cara al próximo Mundial de Futbol 2026, cuando se espera un incremento sustancial de visitantes nacionales y extranjeros. Para los anfitriones, la coyuntura representa una oportunidad para diseñar una regulación moderna que fomente la competitividad y promueva la inclusión económica.
La comunidad de anfitriones enfatizó que su intención es abrir un diálogo constructivo con las autoridades para revisar las disposiciones actuales y garantizar la continuidad de su actividad. “Una regulación justa permitirá aprovechar el potencial del turismo sin afectar el acceso a la vivienda, y contribuirá a una ciudad más abierta, próspera e incluyente”, concluyeron.


