La aprobación en el Congreso de EUA del “Big, Beautiful Bill” (BBB), la nueva iniciativa fiscal impulsada por Donald Trump, ha generado un intenso debate sobre sus implicaciones económicas y sociales para la población estadounidense. En términos generales, el paquete legislativo combina recortes tributarios, aumentos en el gasto en defensa y seguridad (particularmente en la frontera con México), así como recortes significativos a programas sociales como Medicaid.
Aunque sus partidarios lo presentan como una herramienta para estimular la economía y mejorar la competitividad de las empresas estadounidenses, el BBB conlleva importantes riesgos fiscales, especialmente considerando que la deuda federal de EUA supera el 121.0% del PIB. En ese sentido, su aprobación ha generado preocupación en los mercados sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas, lo que, en un entorno de persistente incertidumbre comercial, ha incrementado la aversión al riesgo y contribuido al debilitamiento del dólar en las últimas semanas.
Recortes de impuestos
Uno de los ejes centrales de la iniciativa es la permanencia de los recortes impositivos aprobados en 2017, durante la primera administración de Trump. El nuevo paquete extiende indefinidamente las tasas reducidas para personas físicas, con un tope máximo de 37.0% para los ingresos más altos. Además, contempla nuevas deducciones para ingresos provenientes de propinas, horas extra y préstamos automotrices, e incorpora una deducción estándar más generosa para personas mayores —un compromiso asumido por Trump durante su campaña, en busca de aliviar la carga tributaria sobre este grupo poblacional.
En el ámbito corporativo, se reintroducen importantes beneficios fiscales, como la depreciación acelerada de activos, deducciones por inversiones de capital y en I+D, así como la deducción permanente del 20% sobre ingresos transferidos. Asimismo, el nuevo límite de deducción por impuestos estatales y locales (SALT) se eleva de $10,000 a $40,000 dólares anuales.
Si bien este entorno fiscal más laxo podría incentivar la inversión y elevar las utilidades corporativas, los principales beneficiarios de estos recortes serían los estratos de mayores ingresos, lo que ha suscitado fuertes críticas desde el Partido Demócrata al considerar que profundiza la desigualdad tributaria, alejándose de una reforma fiscal progresiva. Adicionalmente, la reducción en los ingresos fiscales agravaría el déficit federal.
Gasto en seguridad fronteriza y defensa
Otro componente clave del paquete fiscal es el incremento sustancial del gasto en seguridad nacional y fronteriza. Se prevé una asignación cercana a los $350 mil millones de dólares (mmdd), que incluye $46 mmdd para avanzar en la construcción del muro fronterizo con México y otros $45 mmdd destinados a financiar hasta 100,000 camas en centros de detención migratoria. Asimismo, se contemplan recursos para contratar a 10,000 nuevos agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) hacia 2029, como parte del plan de Trump para ejecutar una campaña masiva de deportaciones. Estas partidas también incluyen aumentos al presupuesto de defensa, especialmente en áreas de manufactura militar y tecnología táctica.
Aumento del techo de la deuda
El componente más polémico del BBB es el aumento al techo de endeudamiento, que pasaría de $4 a $5 billones de dólares. Esta medida ha encontrado fuerte resistencia incluso dentro del Partido Republicano, particularmente entre legisladores con posturas fiscales más ortodoxas. Si bien elevar el techo no implica nuevos gastos, sí permite al gobierno cubrir compromisos previamente autorizados. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, advirtió al Congreso que el gobierno federal podría enfrentar un escenario de impago hacia agosto si no se ajusta dicho límite.
Sin embargo, la magnitud del incremento y la ausencia de una estrategia clara para estabilizar la trayectoria de la deuda han intensificado las preocupaciones sobre la sostenibilidad fiscal de EUA. Actualmente, la deuda nacional supera el 121.0% del PIB, y de mantenerse esta tendencia sin reformas estructurales, existe el riesgo de nuevas rebajas por parte de las agencias calificadoras. De hecho, en mayo de 2025, Moody’s degradó la calificación soberana de EUA de Aaa a Aa1, argumentando que el deterioro de los indicadores fiscales y el aumento sostenido del endeudamiento —que ya supera los $36 billones de dólares— representan un riesgo creciente para la solvencia del país.
Por Janneth Quiroz Zamora, directora de Análisis Económico, Cambiario y Bursátil de Grupo Financiero Monex