A pesar de su desaceleración en la tasa de crecimiento, la población hispana continúa expandiéndose como el segundo grupo racial o étnico más grande de los Estados Unidos, alcanzando un récord de 58.6 millones en 2017, según las últimas estimaciones de la Oficina del Censo de este país.
En general, la población de los Estados Unidos aumentó en más de 2.2 millones de personas entre 2016 y 2017, representando los hispanos 1.1 millones, o cerca de la mitad (51 por ciento) de este crecimiento. Sin embargo, este grupo no representa a ninguna fuerza política, ya que persiste una profunda división entre las etnias hispanas, es más aun entre los propios mexicanos y la segunda y tercera generación marcando una profunda diferencia en la política y el mercado de trabajo y la búsqueda de asimilación cultural.
La diferencia de seguidores hacia los dos partidos oficiales de América entre hispanos solo tiene un diferencial de unos cuantos puntos, por lo que los propios legisladores y senadores hablan mucho en favor de la cultura hispana, pero hacen poco para presionar a una más receptiva reforma migratoria. La reforma migratoria se centra más en el tratamiento a grupos de estancia no autorizada que a proyectar esta ley en tendencias laborales. Mr Trump, está tomado "ventaja" de esta situación, que perjudicará al comercio internacional y a la economía estadounidense.
La ley migratoria contempla entre trabajadores "capacitados, profesionales y no capacitados", y los grupos de empleadores así se dividen: Entre los que quieren que se otorguen visas temporales a trabajadores manuales que no requieren estudios profesionales y capacitación y aquellos que desean que se les brinde oportunidad a profesionistas de otros países, que les permitirá o abatir la escasez de trabajadores capacitados – enfermeras por ejemplo-, o simplemente paga menos.
El presidente Donald Trump incluyó subrepticiamente la semana pasada un plan del Senado Republicano que reduciría radicalmente la inmigración legal durante 10 años. Es un esfuerzo que perjudicará a las empresas, alimentará el aislacionismo, frenará el crecimiento económico y no protegerá los empleos y los salarios de los Estados Unidos según lo ha prometido.
"Desatinadamente, el presidente parece haber convertido la migración legal en un pretexto fantasioso para unir a la migración legal y a la no legal como una razón de la pérdida de empleos y causante de baja de salarios estadounidenses. Está equivocado y no sólo afectará a los tratados comerciales, sino al final a la economía de su país. La mayoría de los economistas y las empresas están de acuerdo en que la inmigración legal ha proporcionado un beneficio neto para la nación y un reflejo de los valores y la diversidad del país. Pero Trump - junto con los patrocinadores del proyecto de Ley Sens. Tom Cotton, R-Ark., Y David Perdue, R-Ga. - quiere reducir el número de personas que anualmente obtienen residencia legal permanente", declaró el Dallas News esta semana.
He aquí por qué esta política está equivocada. Hoy en día, más de un millón de solicitantes reciben la residencia legal cada año, aproximadamente dos tercios de ellos debido a los lazos familiares. Bajo el plan de Trump, el número de posibilidades caería alrededor de 41 por ciento en el primer año a 50 por ciento después de 10 años, lo que dificultara a familias a reunirse legalmente. ¿La consecuencia natural?
Más intentos de entrar al país sin la debida autorización.
Sin embargo, bajo el plan de Trump, sólo alrededor de 140 mil trabajadores altamente calificados se les permitirá residencia legal, prácticamente sin cambios desde los niveles actuales.
El problema es que la economía de los Estados Unidos necesita más trabajadores de todos los niveles - trabajadores altamente calificados para las industrias emergentes y trabajadores menos calificados que harán trabajos que muchos estadounidenses no harán y es evidente que los procesos coherentes que permiten una mayor inmigración legal son necesarios para sostener el crecimiento económico.
Además, los inmigrantes tienen una mayor tasa de iniciativa empresarial nata.
Es por eso que los economistas recientemente encuestados por The Washington Post expresaron su preocupación de que el plan de inmigración de Trump podría retrasar el crecimiento económico y tal vez incluso hundir a la nación hacia la recesión.
El autor es analista político en Texas, y experto en temas de la frontera México-EstadosUnidos.
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