La semana pasada la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) reportó las cifras de las finanzas públicas al segundo semestre del año.
De enero a junio el gasto público se contrajo en 0.2 por ciento en su comparación real anual, destacando la caída de 2.3 por ciento en el gasto programable y la fuerte contracción de 16.6 por ciento en la inversión física. Recordemos que el gobierno federal anunció un recorte adicional en el gasto público en este año por 31.1 mil millones de pesos, siguiendo la inercia de los ajustes anunciados el año pasado.
Por otro lado, el gasto no programable creció 8.4 por ciento destacando el aumento en el costo financiero en 10.1 por ciento real anual. El aumento en las tasas de interés y la depreciación adicional del tipo de cambio han perjudicado el costo de financiamiento del gobierno federal. En lo que se refiere a las entidades federativas, las participaciones aumentaron en un 8.1 por ciento real anual.
Por otro lado, los ingresos del sector público reportan un crecimiento de 11.4 por ciento real anual. Ello como reflejo del mayor dinamismo de los ingresos no petroleros, aumentando 18.5 por ciento, destacando el crecimiento sostenido de los impuestos tributarios: ISR de 12.6 por ciento, IVA de 5.3 por ciento y del IEPS en 14.9 por ciento. Este último impuesto continúa siendo una parte importante de los ingresos tributarios totales (15.3 por ciento del total), en particular los relacionados con el diésel y las gasolinas, que aumentaron 22.3 por ciento en el primer semestre del año. Sin embargo, es importante reflejar la fuerte caída en los ingresos petroleros en 19.6 por ciento real anual en un contexto de una plataforma de producción de crudo que continúa cayendo y los persistentes bajos precios del petróleo.
En el análisis de la estructura de los ingresos tributarios se observa todavía una dependencia de 13.6 por ciento de los ingresos petroleros, una disminución relevante de cerca del 20 por ciento del año anterior e inferior a la media histórica. Sin embargo, es importante reflejar que el IEPS relacionado a las gasolinas y diésel (cuyos precios se mantienen por encima de los precios internacionales) están compensando esta menor dependencia.
Analizando el Fondo Mexicano del Petróleo (que se dedica a recaudar los recursos relacionados a la reforma energética excluyendo los impuestos), se observa una salida de 9.6 mil millones de pesos para mitigar riesgos financieros. Ello probablemente se refiere a las coberturas petroleras que el gobierno federal realiza cada año. El reciente repunte de los precios del crudo pueden ser un indicador de que la SHCP esté comenzando dicha cobertura para obtener mejores términos en su negociación.
Así, las finanzas públicas reflejan un menor gasto en inversión resultado de los recortes al gasto que se han venido anunciando, que probablemente afectarán a obras importantes de infraestructura y a Pemex. Recordemos que los recursos transferidos a Pemex al inicio del año por parte del gobierno federal se han utilizado para sanear sus finanzas, en particular las obligaciones que se tienen con proveedores. Por otro lado, los ingresos públicos reportan un avance importante donde la recaudación impositiva continúa compensando menores ingresos petroleros. En ese sentido, el IEPS de gasolinas y diésel seguirá siendo relevante para las finanzas públicas por lo que se requerirán mayores esfuerzos en el futuro para lograr su plena liberalización.
*El autor es consultor económico y académico, tiene un doctorado en Finanzas y maestría en Economía Financiera por la Universidad de Essex en el Reino Unido, y una Licenciatura en Economía por el ITESM (campus Monterrey).
Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.