La avaricia y el desorden gubernamental en sus finanzas públicas, siempre lleva a nuestras autoridades hacendarias a implementar políticas impositivas y de precios que afectan a gran parte de la población, reduciendo sus ingresos, sin que tengamos, como sociedad, ningún interlocutor que nos defienda ante tales atropellos.
Si bien algunas de estas medidas pasan a través del Congreso de la Unión, ya que tanto la Cámara de Diputados como la Cámara de Senadores deben aprobar las modificaciones a los impuestos, como fue el caso del IEPS a las gasolinas, la verdad es que en muchas ocasiones los señores legisladores no conocen el verdadero alcance de lo que aprueban, pues los cabilderos de la SHCP los engañan con información imprecisa, e incluso falsa, para "convencerlos" y conseguir así sus votos a favor de la reforma.
El mismo centro de estudios de las finanzas públicas, al servicio de los diputados federales, y que en teoría es el que debería analizar el alcance de las propuestas de reformas impositivas, tradicionalmente ha estado controlado por la misma SHCP, y ha operado más como "comparsa" que como verdadero "contrapeso" de la autoridad fiscal.
Para muestra un botón. Después de OCHO años de que el IEPS a las gasolinas reportara tasas NEGATIVAS, lo que implicaba para el fisco un costo, más que una recaudación, ya que PEMEX reducía su pago de contribuciones cuando el IEPS era negativo, tenemos que la caída en los precios del petróleo (y por ende de las gasolinas) que se registró durante 2015, "revivió" el IEPS a las gasolinas y pasó a aportarle a la SHCP 196 mil millones de pesos, que obviamente no estaban contemplados, y que fueron un verdadero tanque de oxígeno ante la caída en el pago de Derechos petroleros producto de los menores precios.
Es entonces que "deciden" adelantar DOS años la apertura de las gasolinas y la "liberalización" de sus precios, y cambian la fórmula para determinar el IEPS, poniendo ahora una CUOTA FIJA de pesos por litro, lo que ELIMINA toda posibilidad de que vuelva a haber tasas negativas del IEPS y se garantizan un ingreso tributario independientemente del precio internacional de las gasolinas. Ciertamente una movida MUY astuta, pero en extremo ABUSIVA.
El asunto es que, considerando los niveles de ventas de gasolinas y de diesel, que se tenían en esos momentos, con un IEPS de sólo 2.70 pesos por litro, se hubiera alcanzado una recaudación similar a la obtenida en 2015, de 196 mil millones de pesos, sin embargo, de manera por demás abusiva, proponen al Congreso un IEPS de 4.16 pesos por litro para la gasolina magna, es decir, una cuota 54 por ciento superior a la que se requería para "garantizar" la misma recaudación.
La cosa es que el centro de estudios de las finanzas públicas, no dijo ni pío y con su silencio avaló este atraco, con la complacencia y complicidad de los señores diputados.
Cómo puede haber libre competencia y libre determinación de los precios de las gasolinas si los ductos son propiedad de Pemex? Si un particular no tiene acceso a transportar su gasolina importada por ducto, y traerla por pipa implica un costo por litro CATORCE veces superior?
Además el particular tampoco tiene donde almacenarla, ya que la capacidad actual de almacenamiento es de solo 2.5 días de consumo, y también es propiedad de Pemex?
No señores, ni estaban dadas las condiciones para "liberalizar" el mercado de las gasolinas, ni se justificaba imponer un gravamen permanente, que de paso sea dicho, muy superior al gravamen internacional.
Si el gobierno federal pudo vivir ocho años sin percibir un solo peso del IEPS a las gasolinas, debemos EXIGIR a nuestros legisladores que se reforme la Ley del IEPS y se ELIMINE dicho gravamen federal.
El autor es especialista en estudios económicos y de finanzas públicas. Actualmente ocupa el cargo de Socio Economía en Pérez Góngora y Asociados.
Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.