Monterrey

Francisco Suárez: Prácticas Sostenibles en la Industria Vitivinícola del Valle de Guadalupe

Tuve el gusto de regresar recientemente a mi querida Ensenada y visitar el Valle de Guadalupe. Reconocido como la joya vinícola de México, ha adoptado un enfoque proactivo hacia las prácticas sostenibles en la viticultura, buscando la producción de vinos de alta calidad, la preservación del entorno natural y el bienestar de la comunidad local.

La vitivinicultura, tanto en México como a nivel internacional, enfrenta el desafío de mitigar los efectos erráticos e impredecibles de la variabilidad climática.

Es muy cierto que los recursos naturales como agua, suelo y bosques, deben manejarse de una forma racional para dar oportunidad a la propia naturaleza de conservarse y regenerarse.

Destacadas prácticas sostenibles en esta región:

1. Energía Renovable: Varias bodegas están invirtiendo en fuentes de energía renovable, como paneles solares, para disminuir su dependencia de los combustibles fósiles. Esto reduce las emisiones de carbono y ayuda a estabilizar los costos de energía.

2. Gestión de Residuos: Estrategias para reducir y reciclar los residuos generados, como el compostaje de residuos de uva y el reciclaje de botellas. Así, se minimiza el impacto ambiental y se fomenta una cultura de sostenibilidad.

Durante la visita tuve el gusto y honor de ser recibido por Antonio “Toño” Escalante, propietario y director general de Vinos Roganto.

He tenido la oportunidad de ver su evolución, crecimiento y consolidación durante las últimas décadas. Me compartió algunas prácticas sostenibles que ya implementó y que también están en sus planes de crecimiento e inversiones para el futuro cercano.

(Antonio Escalante y Francisco Suárez en Cava de Vinos Roganto)

Notas y comentarios de prácticas sostenibles en su extraordinario viñedo:

I…El establecimiento de coberturas vegetales en surcos / hileras de vid, ayuda a conservar los suelos, evitando la erosión de estos y creando un ambiente de regeneración en el subsuelo inmediato a través de la acción de las raíces y las micorrizas. La cubierta capta el agua de lluvia, haciendo que esta permee al suelo y sea accesible tanto para el propio viñedo, como para la cobertura vegetal.

El uso de tecnologías como sensores de humedad en el suelo (tensiómetros), indica realmente cuándo aplicar agua de riego a las plantas, haciendo más eficiente su uso y manejo.

Si la cobertura vegetal se realiza con una planta de la familia de las leguminosas, fijan el nitrógeno atmosférico en el suelo, uno de los elementos más importantes para la nutrición y la formación de aminoácidos precursores de las proteínas que formarán los tejidos vegetales.

A esta cubierta, rica de proteína vegetal, se introducen rebaños de ganado ovino (borregos), los cuales consumirán esta cubierta una vez que pase la temporada de lluvia.

Como se aprecia, se tiene un ciclo donde existe: eficiente uso del agua, conservación-regeneración de suelos y alimentación del rebaño borreguero.

II…Donde la orografía y las condiciones de superficies lo permitan, se puede cosechar agua de lluvia. En una zona semidesértica donde la demanda de agua por hectárea de viñedo está en el orden de los 2,500 M3 anuales y la precipitación está en promedio en los 250 mm. Lo cual, deja un déficit relevante de agua vs lo requerido, si se establecen áreas de captación con impermeabilización del suelo, por cada hectárea impermeabilizada se podrían cosechar 2,500 M3 por año.

El agua se deposita en un tanque construido exprofeso para almacenar la captación y se dosificará para el riego cuando las vides así lo requieran. La bondad de este sistema es que protege los mantos freáticos ayudando a regenerarse, ahorra combustibles fósiles y / o energía eléctrica y por consiguiente la disminución de la huella de carbono.

III…En las bodegas productoras de vino, es común utilizar barricas de roble para hacer “crianza”, añejar los vinos y desarrollar lo que se conoce como aromas y sabores terciarios, que dan características organolépticas a los vinos.

Una novedosa técnica es utilizar barricas de acero inoxidable con estructura circular, con espacios donde se colocan duelas de roble en 6 posiciones radiales y 3 duelas cada una. Estas duelas tienen efecto doble, debido a que los dos lados de la duela ejercen influencia sobre el vino. En una barrica convencional, solo se utiliza un lado de la duela (la interior), para ejercer este traspaso de elementos tánicos y empireumáticos al vino.

(Antonio Escalante en recorrido de la cava explicando la diferencia entre la cava metálica y la barrica convencional de madera)

Estas acciones hacen que se utilice mucha menos madera, logrando resultados similares, reduciendo costos y ayudando a la preservación de bosques, donde se obtienen dichas maderas.

Estas acciones ayudan a tener un impacto ambiental positivo que ayuda a la propia naturaleza para conservarse y regenerarse.

Estas prácticas reflejan el compromiso del Valle de Guadalupe y Viñedos Roganto con el medio ambiente y la comunidad, asegurando que su rica herencia vitivinícola siga floreciendo en armonía con la naturaleza.

(Francisco Suárez y Antonio Escalante en la sala de exhibición principal y catas de Vinos Roganto)

La integración de la sostenibilidad en la viticultura beneficia a la región, establece un modelo para otras regiones vinícolas en el mundo y también invita:

¡A cientos de zonas vitivinícolas del planeta a emprender muchas más acciones sostenibles!

El autor es Director de Asuntos Públicos y Relaciones Estratégicas FEMSA. Ex Presidente del Consejo del World Environment Center.

Correo electrónico:francisco.suarezh@gmail.com

COLUMNAS ANTERIORES

Nancy Moya: Felicidad Laboral ¿es posible? Parte 2
Lanzan iniciativa en apoyo a economía familiar y comercio de barrio

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.