La estimación oportuna del INEGI sobre el crecimiento del Producto Interno Bruto de México, para el tercer trimestre del 2025, respecto al mismo trimestre del 2024, fue negativa en 0.30 por ciento.
Esto quiere decir que, evidentemente, la actividad económica del país empieza a resentir el impacto de la inestabilidad creada por la amenaza de los aranceles de los Estados Unidos.
A pesar de que las exportaciones mexicanas hacia ese país siguen creciendo, la actividad productiva empieza a desacelerarse.
La estimación del crecimiento para los primeros 9 meses de este 2025 es a penas del 0.50 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior, esto quiere decir que será realmente difícil que lleguemos a un crecimiento anual del 1 por ciento, faltando ya solo 3 meses por sumar a la contabilización nacional.
Yo no tengo duda de que México se ha beneficiado por la relación comercial con los Estados Unidos desde que iniciamos el Tratado de Libre Comercio, y aunque ahora estamos en una situación de vulnerabilidad, creo que se encontrará la manera para seguir aprovechando la cercanía y conexión industrial con la economía de nuestro vecino del norte.
Sin embargo, es claro que necesitamos encontrar estrategias que reduzcan dicha vulnerabilidad y una manera de hacerlo es fortaleciendo el mercado interno.
Por mercado interno, quiero decir, lo que se compra y vende en el mercado nacional y la estructura del mercado laboral que no depende del sector exportador en nuestro país. Recordemos que tenemos en México un poco más de 59.44 millones de personas ocupadas en el país, pero solo el 38 por ciento son empleos formales, el resto están en la informalidad.
En el portal del IMSS se registran 22.6 millones de puestos de trabajo formales, que si tienen contrato, que si pagan beneficios, entre ellos seguridad social y ahorro para el INFONAVIT, entre otras prestaciones variables que cada empresa otorga. Esto quiere decir que 36.87 millones no tienen prestaciones o seguridad social, y por supuesto no pagan impuestos.
El CONEVAL estima que, en el 2024, el ingreso mensual promedio en el sector informal era de $5,146 pesos, mientras que el ingreso mensual promedio de quienes se encuentran en la formalidad era de $10,349 pesos, es decir, el salario mensual es 2 veces más alto en el sector formal que en el informal.
El reto entonces es, ¿cómo le hacemos para mover a las personas que se encuentran en la informalidad hacia la formalidad? Si lo hacemos, esto ayudaría a fortalecer el mercado interno, y principalmente a mejorar las condiciones económicas de todas esas personas que trabajan por cuenta propia, que tienen sus propios micronegocios o que se encuentran laborando para alguna empresa, pero de manera informal.
Aunque no tengo datos científicamente comprobados, creo que hay dos grandes razones por las cuales muchas de esas personas que se encuentran en la informalidad no se mueven a la formalidad.
Una es el desconocimiento de cómo y por qué hacerlo, y otra es la deliberada decisión de mantenerse en la informalidad para no pagar impuestos; a pesar de los riesgos y costos de oportunidad que ello implica.
En el 2022 el SAT implementó un régimen tributario interesante que precisamente buscaba facilitar el proceso de inscripción en la formalidad y de pagar impuestos. Una vez en la formalidad, las personas podrían tener acceso a otros servicios financieros que los informales no tienen, y podrían además tener los beneficios de la seguridad social, siempre y cuando se cubrieran las cuotas correspondientes. Este régimen tributario se conoce como Régimen Simplificado de Confianza, o RESICO.
Con este régimen, los pequeños contribuyentes – personas físicas o morales – se podrían incentivar de moverse a la formalidad, pues el pago de impuestos es significativamente bajo proporcionalmente, y no es necesario llevar un sistema contable y fiscal sofisticado. El principal impuesto que se paga es el Impuestos Sobre la Renta (ISR) y este impuesto va de 1 hasta el 2.5 por ciento sobre los ingresos.
Por ejemplo, pensemos en una persona física que por sus actividades económicas gana 50 mil pesos mensuales en promedio, pero no pasa de los $600,000 pesos anuales; esta persona pagaría solo el 1.10 por ciento de ISR.
El tope para una persona física para estar en RESICO es tener ingresos hasta por $3.5 millones de pesos anuales, y de ser así se pagaría un ISR del 2.5 por ciento.
De acuerdo con los datos del IMSS, el 75 por ciento de los asalariados en el país ganan hasta 6 salarios mínimos al mes, esto es precisamente $50,800 mil pesos aproximadamente. Es decir, el salario mínimo diario ($278.8) por 6 veces, por 365 días entre 12 meses.
Si es cierto, como lo vimos en líneas arriba, que una persona en sector informal gana la mitad de lo que gana una persona en el sector formal, entonces podríamos suponer que si las 36.87 millones de personas empleadas en la informalidad tuvieran un ingreso promedio de $25 mil pesos mensuales, esto es 300 mil pesos anuales; de acuerdo con la tabla de pagos del SAT para el régimen simplificado, todas estas personas estarían pagando el 1 por ciento de ISR.
Esto sería cerca de $110 mil 600 millones de pesos que estarían entrando al SAT al año, por haber eliminado la informalidad.
Ahora bien, hay que tomar en cuenta dos cosas importantes: una, que no es realista pensar que el 100 por ciento de quienes están en la informalidad se muevan a la formalidad; y dos, que el RESICO solo es para personas independientes, ya sea personas físicas con actividad empresarial o presten servicios profesionales (entre otras), o para personas morales que no tengan ingresos superiores a los $35 millones de pesos. Es decir, no es para asalariados.
Pero imaginemos por un momento que, solo el 15 por ciento de esos 36.87 millones de personas en la informalidad podrían registrarse en el RESICO, y que tuvieran un ingreso promedio anual de $300,000 pesos; el ISR anual sería del 1 por ciento solamente.
De ser así, el SAT tendría ingresos por $16.6 mil millones de pesos al año. Esto es casi 5 veces el presupuesto de la Secretaría de Economía del país, para el 2026.
Creo que de lograr mover a un buen porcentaje de las personas que están en la informalidad hacia el sector formal, ayudaría a que el gobierno federal obtenga más ingresos tributarios, sin tener que incrementar sus tasas de impuestos a quienes ya pagamos, y además ayudaría a estas personas a tener acceso a beneficios financieros por estar en la formalidad, y con todo esto, se ayudaría a fortalecer el mercado interno del país.
