Dicen que entre Halloween y Día de Muertos, los fantasmas aparecen y se manifiestan entre los vivos. Un fantasma es un ente sobrenatural que, sin que nosotros lo llamemos, se hace presente en nuestra vida, distorsionando la realidad e impactando la forma en que nos relacionamos con otros.
Y no me refiero a las apariciones, almas en pena o manifestaciones de los espíritus de los muertos. Los fantasmas de los que hablo viven en nuestro inconsciente: Son dinámicas psicológicas que representan emociones reprimidas, traumas no resueltos y patrones de comunicación heredados que influyen en nuestra personalidad, pensamiento y comportamiento.
Son fantasmas porque, si bien no los vemos, sí los sentimos y los padecemos en la dinámica familiar-empresarial-patrimonial. Y, a menos que se expongan y asimilen en la realidad consciente, pueden proyectarse y transmitirse a la siguiente generación de forma negativa.
Tres (3) fantasmas que perturban a las familias empresarias y que, muchas veces, persiguen a las siguientes generaciones son: 1) Las Muertes Inesperadas, 2) El Intercambio de Roles y 3) Los Secretos Inconfesables.
1.- Las Muertes Inesperadas
Este fantasma encarna el dolor que produce, en el sistema familiar-empresarial, una muerte abrupta —por ejemplo, el fallecimiento en un accidente de aquel hij@ perfilado para dirigir la empresa. En estos casos, la familia vive, con frecuencia, un duelo silenciado o inhibido, donde, para seguir con las responsabilidades del día a día y del negocio, y no afectar más la dinámica familiar, se posponen emociones y se perpetúa la pérdida.
No abordar este fantasma puede conllevar a una sobrecarga o sobreprotección de otros miembros de la familia, i.e., otros hijos, y causar desajustes como depresión, alcoholismo, aislamiento social o adicción al trabajo.
Y es que, al final, no se trata de “saltarse” el duelo, sino de asimilarlo y aceptarlo. No se trata de olvidar al fallecido, sino de encontrarle un lugar apropiado en la dinámica psicológica y familiar que le permita a la familia empresaria agradecer lo que fue, seguir adelante y potenciar las habilidades de los miembros cuyo horizonte de vida se sigue visualizando.
2.- El Intercambio de Roles
Este fantasma se manifiesta cuando los límites y funciones que deberían tener los miembros de la familia acaban mezclándose o invirtiéndose. Por ejemplo, ante un divorcio conflictivo, la hija mayor puede asumir el rol de “mamá de sus hermanos” y sostén emocional de su padre, ejerciendo funciones de pareja que no le competen como hija.
En la misma línea, y ante la enfermedad del padre empresario (fundador), un hijo adolescente puede responsabilizarse del negocio y asumir obligaciones de cabeza de familia. Esta dinámica se trasladará a la empresa, donde el hijo podría tomar decisiones patrimoniales que no le corresponden, nutriendo una equívoca propiedad psicológica —con consecuencias a futuro, e.g., rivalidad con el padre; conflicto con los herman@s.
Abordar estas dinámicas es esencial para mantener el equilibrio y bienestar de la familia y evitar problemas, a mediano y largo plazo, en la empresa y/o con el patrimonio conjunto.
3.- Los Secretos Inconfesables
Este fantasma afecta de manera aguda no solo la forma en que los miembros de la familia se comunican entre sí; sino, y sobre todo, la confianza y unidad que existe entre ellos—a nivel familiar y empresarial.
Muchas familias tienen secretos—drogadicción, abortos, suicidios, preferencias sexuales, affaires, hijos no reconocidos, etc. Algunas veces, son secretos a voces, porque todos los miembros de la familia los conocen, pero NO los comparten con miembros ajenos a la familia. Otras veces, solo unos cuantos los saben y los ocultan vehementemente al resto de la familia.
Pregúntate: ¿Qué temas o personas son tabú en nuestra familia? ¿Quién en la familia conoce nuestros secretos? ¿Cómo afectan estos secretos la capacidad de desarrollo y liderazgo de la siguiente generación en la empresa familiar?
En Resumen: Los fantasmas en la familia empresaria son influencias invisibles que afectan nuestras relaciones y comportamientos sin que nos demos cuenta. Hay que estar atentos a ellos, reconocerlos y gestionarlos. Y tú… ¿Tienes algún fantasma rondando en tu familia?
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