En la presentación del paquete económico, que por disposición legal el Poder Ejecutivo debe presentar al Congreso de la Unión, año con año, la práctica tradicional, que data ya de hace muchos años, es la de presentar la Ley de Ingresos de la Federación (LIF) y el Presupuesto de Egresos de la Federación, (PEF) de manera CONSOLIDADA, incluyendo al Gobierno Federal, más los Organismos y Empresas sujetos de control presupuestal, pero que en realidad NO hay tal “control”, ya que tanto el IMSS, como la CFE y PEMEX, tienen personalidad jurídica y patrimonio propios, por lo que mandar a la Secretaría de Hacienda sus presupuestos de Ingresos y Gastos para el próximo año, solo cubre una disposición legal, para que se incorporan a los documentos oficiales (LIF y PEF) lo cual se hace sin revisión ni ajuste alguno, tal y como se reciben.
Si por ejemplo, el IMSS recibe cuotas obrero patronales, conforme lo dispone su propia Ley, esos ingresos NO entran ni se concentran en la Tesorería de la Federación, ya que se depositan directamente en las cuentas bancarias del Instituto, y Hacienda no puede disponer de este dinero, mismo que debe aplicarse, por Ley, a proporcionar los servicios a los que tienen derecho los trabajadores asegurados y sus familias, conforme lo disponen las ramas de seguro que contempla la propia Ley del IMSS.
Entonces, si estamos ante DOS entes INDEPENDIENTES, legal y operativamente, que tienen plena autonomía y pueden disponer de sus ingresos sin intervención alguna, ¿por qué se presentan sus ingresos y gastos de manera consolidada?.
La respuesta es sencilla, porque si el IMSS opera con remanente positivo, es decir, gasta menos de lo que ingresa, reportará un “Superávit” presupuestal, y como el Gobierno Federal SIEMPRE opera con Déficit, porque gasta más de lo que recibe, el Déficit de Gobierno se verá menor al consolidarlo con el superávit del IMSS, y ayuda a reducir la verdadera necesidad de financiamiento.
Como el remanente positivo o Superávit del IMSS, no puede ser tomado por el Gobierno Federal, para pagar su déficit, la única manera de poder hacerlo, sería emitir deuda, como CETES, y cambiárselos al IMSS por su remanente de efectivo, es decir, necesariamente el Gobierno debe emitir deuda, para acceder a los remanentes de los Organismos y Empresas que operan con Superávit.
Lo mismo ocurría con PEMEX y la CFE, que normalmente operaban con remanentes positivos o superávit, y vía la consolidación, se reducía el Déficit del Gobierno Federal, al presentar datos de Déficit “Presupuestal”, para desviar la atención del Déficit del Gobierno Federal.
La sugerencia, entonces, es presentar por separado los Ingresos y los Gastos del Gobierno Federal, para no mezclarlos ni consolidarlos con los de Organismos y Empresas, los que se pueden presentar de manera individual, para que el Congreso apruebe por separado sus ingresos y sus gastos.
Con la reforma energética de Peña Nieto, se separó de la Ley de Ingresos de la Federación, todos los ingresos y los gastos petroleros, los cuales pasaron a ser controlados por el Fondo Mexicano del Petróleo, cuyo Fiduciario es el Banco de México, y de hecho, a partir de la aprobación de esa reforma, que creó la Ley de Ingresos de Hidrocarburos, y Pemex entera el pago de sus Derechos petroleros, ya no al Gobierno Federal, sino al Fondo Mexicano del Petróleo, sin que haya legalidad en este arreglo, ya que el pago de derechos debe ser al Gobierno Federal, no a un fideicomiso, y menos que estos ingresos petroleros, no sean aprobados ni autorizados por el Congreso.
De hecho, en la Ley de Ingresos de la Federación, ya no se encuentran ni los derechos petroleros pagados por PEMEX, ni los ingresos derivados de los Contratos petroleros asignados a particulares, por lo que a excepción del impuesto sobre la renta que se llegare a causar por particulares en la explotación petrolera, todos los demás ingresos petroleros son regulados por la Ley de Ingresos de Hidrocarburos, la cual debe ser de aprobación ANUAL por el Congreso, pero que a la fecha NUNCA se ha presentado al Congreso para su aprobación.
De manera similar, el Fondo Mexicano del Petróleo NO presenta a la Cámara de Diputados ningún proyecto de Presupuesto de Egresos Petroleros de manera anual, por lo que TODO el gasto que realiza el fideicomiso, NO CUENTA CON AUTORIZACIÓN LEGAL, gastando recursos públicos al margen de las disposiciones legales.
La sugerencia, aquí, entonces, es obligar al Fondo Mexicano del Petróleo para que presente ante el Congreso sus proyectos de Ley de Ingresos de Hidrocarburos y su Presupuesto de Egresos Petroleros, para que sean aprobados al igual de la LIF y el PEF.
Adicionalmente, hago una propuesta para modificar la presentación de los datos sobre la deuda pública, y que se elimine por completo de la estadística oficial el concepto de “Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público Federal”, (SHRFSPF) ya que es un término contable que ni es “saldo” ni mucho menos “requerimiento financiero”, pero que le sirve al Gobierno Federal para “asimilarlo” al saldo de la deuda pública, de manera incorrecta y dolosa, ya que debe usar simplemente el saldo de la deuda “bruta” y punto.
Si se revisa como se calcula este concepto de Saldo Histórico, se constata que parte de los pasivos del Gobierno, no solo financieros, y proceden a restarle diversos “activos”, que incluyen no solo las “disponibilidades” en caja, sino hasta por ejemplo los saldos de los créditos otorgados por la Banca de Desarrollo, que por supuesto NADA tienen que ver con lo que DEBE el Gobierno, y dolosamente la autoridad nos dice que mide el saldo de la deuda pública mediante este “concepto” lo cual es más falso que un billete de dieciocho pesos.
Así mismo, se propone dejar de utilizar en concepto de deuda “neta” (de disponibilidades) que presentan en sus informes de finanzas públicas, la cual se calcula restándole a lo que deben, (deuda bruta) las disponibilidades de dinero en caja e inversiones, porque el hecho de tener dinero en la chequera e inversiones financieras, NO implica que debemos menos, y dolosamente reducen el saldo de lo que realmente se debe, el cual se refleja en el saldo de la deuda “bruta”.
Finalmente, se sugiere que la Auditoría Superior de la Federación revise y audite estas famosas “disponibilidades” de dinero que se restan al saldo de la deuda bruta, porque hay veces que llegan al millón de millones de pesos, cantidad obscena de dinero que por supuesto devenga intereses, para constatar que efectivamente existen, y para que el Gobierno justifique por qué se endeuda pata tener el dinero “guardado”.
