Monterrey

Jorge O. Moreno: Inflación global a la baja, pero la subyacente es tema aparte

En medio de las turbulencias generadas por los conflictos internacionales y las contingencias internas que no ceden surge una buena nueva: la inflación en México presentó una reducción que le ubica más cerca del objetivo. Sin embargo, es necesario abrir el análisis para comprender un poco más los fundamentos y riesgos detrás de esta buena noticia.

De acuerdo con el informe de INEGI en días pasados, la inflación general anual en México se ubicó en 3.63% en la primera quincena de octubre de 2025; la variación quincenal fue de 0.28%.

Sin embargo, la inflación subyacente (la que elimina componentes más volátiles en las variaciones de precios) muestra una presión mayor: 4.24% anual y +0.18% quincenal, lo que sugiere una inflación más persistente en bienes y servicios no transitorios.

Por otra parte, el componente no subyacente de la inflación registró 1.58% anual, con movimientos quincenales marcados por energéticos y por la reversión de subsidios estacionales. En particular, la electricidad subió 17.65% quincenal (incidencia 0.204 pp), por el fin del programa de tarifas eléctricas de temporada.

El hecho de que la inflación subyacente esté en 4.24% anual —por encima del 3.63% general— es la señal de análisis más relevante.

La inflación “no subyacente” (volátil) ha cedido, pero la subyacente permanece elevada, lo que indica que hay fuerzas internas (demanda de servicios, costos salariales, precios administrados o rigideces de mercado) que sostienen la dinámica de precios y no son simplemente choques temporales.

En términos prácticos, esto implica que la inflación no está únicamente manejada por factores transitorios y requiere vigilancia cercana por parte de Banco de México.

Por otra parte, el fin del programa de tarifas eléctricas de temporada produjo un salto quincenal muy grande en la variación de la electricidad (17.65%), con impacto directo sobre la inflación quincenal y la percepción de precios por los hogares.

Aunque parte de este efecto es transitorio, dado el ajuste por término de subsidio, este impacto tiene gran incidencia en el corto plazo y efectos distributivos claros: agentes con alta exposición a tarifas eléctricas (por ejemplo, hogares en zonas calientes, o las pequeñas empresas) verán un fuerte deterioro de su ingreso real.

Así también, la inflación de servicios continúa siendo la parte más resistente por reducirse, con rubros como restaurantes y servicios de alojamiento mostrando incrementos importantes (7.51% anual).

Dado que los servicios son menos sensibles a choques estacionales y suelen reflejar los costos asociados a salarios y rentas, esto complica la tarea del Banco de México en anclar expectativas de inflación.

El reporte además se destaca por que existen disparidades notables por entidad con Tabasco, Yucatán y Nuevo León registrando alzas quincenales muy por encima del promedio. Lo anterior sugiere que las políticas nacionales de control de precios y subsidios tienen efectos diferenciados localmente.

Un hecho destacable es que el índice de precios de la canasta mínima (IPCCCM) crece a ritmo ligeramente mayor que la inflación general (3.70% vs. 3.63%), lo que indica que los hogares más pobres podrían ver su poder adquisitivo más erosionado en términos relativos.

¿Qué implicaciones tiene lo anterior para la política monetaria en este cierre de año? En general, el Banco de México debe focalizar su atención en la evolución de la inflación subyacente y en la formación de expectativas

La reversión de subsidios tiene sentido como política fiscal; sin embargo, su costo social exige contrapesos focalizados, como regresar a transferencias condicionadas o temporales a hogares vulnerables, para así evitar que el ajuste tarifario se traduzca en pérdida de bienestar evitables.

En conclusión, los datos publicados muestran una inflación general moderada pero con una señal de advertencia: la inflación subyacente permanece alta e indica presiones internas importantes y persistentes.

La razón de la inflación descendente hoy combina además choques transitorios (ajuste de tarifas eléctricas) con dinámicas más persistentes en servicios y ciertos bienes.

Desde la óptica de política pública, la respuesta prudente y socialmente responsable combina vigilancia monetaria para anclar expectativas y medidas fiscales focalizadas para proteger a los hogares más vulnerables, evitando que ajustes eficientes en precios relativos se traduzcan en costos sociales innecesarios.

Controlar la inflación real y el diseño de políticas públicas para preservar la equidad social son objetivos complementarios en este momento. Sin embargo, la reducción de la inflación siempre será una noticia buena que compartir, con la prudencia y recomendaciones que el análisis de sus fundamentos conlleva.

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