Monterrey

Rosa Nelly Trevinyo: El 50-30-20 de las Familias Empresarias

Más allá de su uso personal, este modelo puede adaptarse para fortalecer la gobernanza patrimonial y educar financieramente a las nuevas generaciones.

Hace unos días, en una conferencia privada que impartí, un empresario me preguntó abiertamente: “¿Cómo le hago para que mi hijo no gaste tanto? Es increíble su nivel de gasto comparado con el de sus hermanos… y a sus 19 años, todo lo pago yo”. La respuesta que le di fue: Estableciendo límites y educando financieramente… Ypara hacerlo, la regla del 50-30-20 puede serle de gran utilidad.

La regla del 50-30-20 es una herramienta que utilizo cuando ayudo a las familias empresarias a desarrollar su filosofía patrimonial. Y es que, aunque la regla está diseñada para simplificar la gestión financiera personal; bien aplicada, es una herramienta que alinea comportamientos y provee un fuerte sentido de misión y propósito patrimonial a nivel colectivo.

En su concepción original, la regla del 50-30-20 es un modelo de gestión financiera que propone destinar el 50% de los ingresos para gastos básicos, por ejemplo: vivienda, alimentación, transporte, servicios públicos, atención médica, educación; el 30% para “deseos” o gastos relacionados con el estilo de vida, como salidas con amigos, viajes, ropa, calzado y joyas de lujo; y el 20% restante para ahorrar, invertir o crear un fondo de emergencias.

Si bien la regla es útil para cualquier persona que desea construir un patrimonio, su principio fundamental—que es la asignación intencional—resulta esencial para las familias empresarias multi-generacionales.

Y es que, ajustada a los ingresos y las necesidades de la familia empresaria, e implementada como un acuerdo familiar-patrimonial, puede promover una alineación de los miembros de la familia en torno a practicar un estilo de vida SIMILAR.

Además, provee una manera de educar a los miembros de siguiente generación en temas financieros y de inversión, de forma que aprendan a cuidar, nutrir y potenciar la riqueza que tanto costó construir y fácilmente pueden malgastar.

Seamos realistas: si el ingreso mensual de un miembro de siguiente generación que está estudiando es de $100,000 pesos (aprox. US$ 5,400 dólares) —excluyendo colegiatura y alquiler de vivienda universitaria—, los porcentajes originales de esta regla no aplican. Las “necesidades” de este miembro de la familia seguramente representan mucho menos del 50% de sus ingresos… y los deseos o gastos discrecionales pueden fácilmente dispararse.

Por tal motivo, nuestra labor como asesores de confianza es ayudar a la familia empresaria a definir sus prioridades de inversión y a recalibrar la regla. Alinear el gasto, el ahorro y los comportamientos de los diferentes miembros de la familia no es tarea fácil, requiere definir, como familia empresaria, en qué queremos invertir y con qué propósito, valores y actitudes.

Por ejemplo, si nuestra intención como familia empresaria es: 1) perpetuar, nutrir y blindar el patrimonio que poseemos, 2) fomentar la independencia financiera de los miembros de la familia y 3) promover la laboriosidad, austeridad y emprendimiento de los miembros de siguiente generación, la regla del 50-30-20 podría recalibrarse—para transformarla en una estrategia de gestión familiar-patrimonial—de la siguiente manera:

50% para INVERSIONES. En particular, inversiones financieras con riesgo moderado, inversiones en bienes raíces e inversiones en venture capital. Creación de fideicomisos. Desarrollo de fondos para nuevos negocios y para la educación de los miembros de siguiente generación.

30% para DESEOS o Gastos Discrecionales. Tal como: entretenimiento, coches, membresías en clubes, fitness y spa, artículos de moda, etc. El gasto discrecional sin control erosiona a mediano y largo plazo cualquier patrimonio, por grande que sea. La asignación del 30% establece un límite saludable entre el uso y disfrute y el exceso. Y es que, al final, no se trata de cuánto PUEDO gastar, sino de cuánto DEBO gastar de acuerdo a lo que hemos acordado como familia (filosofía patrimonial).

20% para NECESIDADES Básicas. Conforme más ingreso y certeza patrimonial se tiene, los gastos básicos suelen representar una porción menor. Aun así, esta categoría sigue siendo crucial para mantener la estabilidad financiera, la paz emocional y la visión a largo plazo.

En Resumen: La regla 50-30-20 ofrece algo que toda familia empresaria necesita: claridad, límites para guiar el gasto y el ahorro, y una estructura que robustece la gobernanza familiar-patrimonial a largo plazo. Cuando esto se alinea con una buena formación como futuros dueños responsables, se construye un legado duradero y sostenible.

¿Así o más claro?

Escríbeme: rosanelly@trevinyorodriguez.com o contáctame vía LinkedIn, Twitter o Facebook.

Dra. Rosa Nelly  Trevinyo

Dra. Rosa Nelly Trevinyo-Rodríguez

Socia de Trevinyo-Rodríguez & Asociados, Fundadora del Centro de Empresas Familiares del TEC de Monterrey y Miembro del Consejo de Empresas Familiares en el sector Médico, Turismo, Agroalimentario y de Retail.

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