A pesar de que la Ley Silla ha sido aprobada en Nuevo León con el objetivo de garantizar el derecho al descanso de los trabajadores que permanecen de pie durante largas jornadas, el sector empresarial del estado ha manifestado preocupaciones sobre su implementación, señalando una falta de parámetros técnicos claros que podría generar afectaciones operativas y económicas.
Las principales cámaras empresariales —Caintra Nuevo León, Coparmex NL y Canacope Monterrey— han coincidido en que, si bien el espíritu de la reforma es positivo, su redacción ambigua y la ausencia de lineamientos cuantificables han generado incertidumbre entre las empresas, especialmente las micro y pequeñas, que conforman la mayoría del tejido económico local.
A casi cuatro meses de la entrada en vigor de la llamada Ley Silla, especialistas en salud ocupacional y ergonomía advierten que una implementación deficiente podría generar el efecto contrario al que busca la norma, poniendo en riesgo tanto a los trabajadores como a las empresas.
La disposición, vigente desde el 17 de junio, exige a los empleadores ofrecer espacios adecuados de descanso y sillas ergonómicas para trabajadores que desempeñan sus funciones de pie, con el objetivo de promover condiciones laborales más dignas.
Sin embargo, la falta de análisis ergonómicos previos, presupuestos limitados y un bajo entendimiento de la norma están provocando errores en su aplicación.
“Algunas empresas están actuando sin el acompañamiento técnico adecuado, improvisando soluciones que no siempre mejoran el bienestar del trabajador”, alertó la doctora Annel Lozano, subdirectora de Estrategia de Salud Be Well en Lockton México.
Caintra Nuevo León informó que sus empresas afiliadas están realizando evaluaciones internas para identificar los puestos que requieren permanecer de pie por periodos prolongados, así como aquellos que podrían adaptarse para incorporar apoyos ergonómicos.
“Este análisis es clave para asegurar una implementación adecuada, efectiva y alineada con las necesidades reales de cada centro de trabajo”, señaló la cámara.
Por su parte, Coparmex Nuevo León ha insistido en la necesidad de establecer comisiones mixtas —integradas por representantes de trabajadores y empleadores— para definir esquemas de descanso que respondan a las condiciones específicas de cada empresa.
Canacope Monterrey, a través de su presidenta Catalina Domínguez Estrada, expresó su respaldo al objetivo de la reforma, pero advirtió que la falta de directrices claras sobre la duración y frecuencia de las pausas activas obliga a los empleadores a realizar evaluaciones subjetivas de riesgo.
“Esto podría traducirse en reducciones efectivas de entre el 9 y el 12.5 por ciento de la jornada laboral, afectando la planeación de turnos, metas de productividad y costos operativos”, explicó recientemente.
Antes de su implementación el sector empresarial de NL hizo un llamado al diálogo con las autoridades estatales y federales para establecer reglas claras que permitan una implementación justa y eficiente de la Ley Silla, mientras tanto, las empresas continúan adaptándose a la nueva normativa, conscientes de que las multas por incumplimiento pueden superar los 280 mil pesos.
La Ley Silla representa un avance en materia de bienestar laboral, pero su éxito dependerá de la capacidad de los actores involucrados para traducir sus principios en prácticas operativas viables.
La Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) ya contempla la supervisión de esta norma durante sus auditorías, y las sanciones por incumplimiento pueden ir de 250 a 2 mil 500 UMAS —es decir, entre $28,000 y $280,000 pesos— dependiendo del tamaño de la empresa y la gravedad de la falta.
Frente a este panorama, Lockton México recomienda a las organizaciones adoptar un enfoque integral, con asesoría técnica en ergonomía y acompañamiento multidisciplinario en medicina, nutrición y psicología.
Estas acciones no solo previenen lesiones, sino que también mejoran la retención y reducen el ausentismo laboral. En sectores como alimentos y bebidas, la implementación de programas ergonómicos ha logrado disminuir la rotación de personal hasta en 20 por ciento.
“La Ley Silla no debe verse como una carga regulatoria, sino como una oportunidad para impulsar la salud y productividad de los equipos”, concluyó Lozano. “Su cumplimiento promueve una cultura organizacional centrada en la prevención, el bienestar y la retención del talento”.