Para que realmente se impacta un sector y la sociedad, producir buenos emprendedores/as es crucial. Para que esto suceda, se ocupa una serie de elementos en su ecosistema y en temas formativos.
En primer lugar, definir y desarrollar nichos específicos es clave para tener éxito. Cada ciudad y región tiene su vocación, donde el liderazgo de la triple hélice se vuelve fundamental en términos de políticas, inversión, infraestructura, academia e investigación de alta calidad y con propósito.
La apertura de un ecosistema para democratizar las oportunidades y darle cabida a la empresa libre son otros dos pilares estratégicos.
Monterrey ha sido la cuna del emprendimiento en México. La identificación de oportunidades, ingenio, visión, resiliencia y superación del miedo al fracaso, para cualquier actividad, no solo para los negocios son las competencias que han desarrollado los y las emprendedores/as locales.
El Tecnológico de Monterrey tiene el programa de emprendimiento internacional mejor posicionado (fuera de EUA) según el ranking de ‘Princeton Review’ y ‘Entrepreneur’.
Su modelo educativo está basado en competencias mediante retos semestrales, un enfoque transversal en el currículum, uso intensivo de tecnología, enseñanza tipo mentoría, experiencias prácticas y un diseño curricular personalizado.
Además, los programas de Emprendimiento e Innovación Corporativa continúan siendo destacándose agregando valor para las empresas y universidades al mismo tiempo.
Los mejores programas de emprendimiento de pregrado en Estados Unidos incluyen la Universidad de Houston, la Universidad de Texas en Austin, Texas A&M, y la Universidad de Baylor. Estos programas se destacan por sus ecosistemas de apoyo, cohortes competitivas y un enfoque en la experiencia práctica.
Algunos de ellos han generado numerosas empresas exitosas y han recaudado fondos importantes. Como estudiante además del programa académico, debes tener en la mira abrir y operar un negocio en Texas, con su plan de negocios, licencias y permisos, y registrar la empresa ante el Estado.
Pero en el fondo es preparar líderes con valores y principios para la vida, la empresa y la economía. Universidades públicas y privadas fuertes con sus facultades, institutos y centros son la columna vertebral de la formación académica y práctica. Luego, los egresados con su involucramiento en la sociedad y economía harán la diferencia.
El desarrollo del espíritu emprendedor de transformar su ambiente es importante para cualquier carrera de pregrado, posgrado y para las escuelas técnicas también. Sabemos también que la carrera de un(a) emprendedor(a) o empresario/a puede tener distintas vías.
La experiencia en la práctica, la enjundia y las conexiones con personas influyentes son igual de esencial que encontrar y definir el propósito de un emprendimiento.
Los centros de investigación e innovación especializados fomentan la colaboración entre estudiantes, profesores, industria y la comunidad para llevar nuevas ideas al mercado.
Un ‘benchmark’ es el ‘Baylor Research and Innovation Collaborative’ (BRIC), que es la piedra angular de un parque de investigación y tecnología diseñado para acelerar la traducción de la investigación en nuevos productos.
El BRIC ofrece más de 300 mil pies cuadrados de espacio de laboratorio, creación de prototipos, pruebas y colaboración.
El ‘Hub for Spectrum Management with Adaptive and Reconfigurable Technology’ (SMART Hub) es un grupo de investigación multidisciplinario en el BRIC que desarrolla tecnologías inalámbricas de próxima generación para un uso más ágil del espectro.
Central Texas Cyber Range (CTCR) es una empresa conjunta con McLennan Community College para la educación e innovación en ciberseguridad, proporcionando capacitación, investigación aplicada y participación comunitaria en ciberseguridad.
A nivel de inversión entre los países con las ratios más altas de I+D respecto del PIB se encuentran Corea del Sur (4.9 por ciento), Israel, Japón, Suecia y Alemania (3.1 por ciento). La inversión en investigación y desarrollo (I+D) tangible e intangible impulsa la innovación, mejora la competitividad y estimula el crecimiento económico tanto a nivel empresarial como nacional.
Además, la inversión crea empleos, nuevos productos y procesos, así como a la mejora continua. Según datos del Banco Mundial, el gasto en I+D de México fue 0.3 por ciento de su PIB.
Esta cifra es significativamente inferior al promedio de la OCDE y otras economías líderes, ubicando a México en el lugar 81 a nivel mundial por su gasto bruto en I+D como porcentaje del PIB.
El ecosistema de innovación y emprendimiento necesita más actores, enfoque y certidumbre para la inversión. Solo así podemos crear ecosistemas y modelos de negocio que trascienden.