Monterrey

Javier Cendejas: Aduanas inteligentes: el cuello de botella que sí podemos resolver

La región Texas–Nuevo León–Coahuila–Tamaulipas concentra hoy el mayor dinamismo comercial de Norteamérica. El siguiente salto de competitividad no depende de nuevos tratados ni de campañas de promoción, sino de algo mucho más concreto: operar con datos, gestión de riesgo y coordinación binacional en los cruces fronterizos.

Quien observa el World Trade Bridge y Colombia Solidarity entiende la nueva realidad. Port Laredo fue el puerto internacional número uno de Estados Unidos en 2023 y en 2024 movió alrededor de USD 339,030 millones en comercio total.

El auge del nearshoring que esta en pausa crecera al traducir ese volumen en productividad cotidiana.

El contexto macro lo confirma. En 2024, el intercambio Texas–México sumó USD 281,200 millones, con México consolidado como principal socio comercial de Texas. Solo Port Laredo cerró 2024 con USD 128,260 millones de exportaciones y USD 210,770 millones de importaciones, subrayando el peso del corredor para la manufactura del Noreste.

En paralelo, la Aduana de Nuevo Laredo reafirmó su papel estratégico: representó del total de recaudación nacional en aduanas 20.41 % en 2023 y 19.96 % en 2024. En términos absolutos, pasó de $5,641,565 millones de pesos en 2023 a $6,101,231 millones de pesos en 2024 (Fuente: ANAM). Ningún otro punto concentra tanto valor fiscal y operativo.

La Organización Mundial de Aduanas propone en su marco SAFE el uso de Operadores Económicos Autorizados (OEA), perfiles de riesgo y esquemas de reconocimiento mutuo para separar tráfico confiable del que amerita revisión exhaustiva. México y Estados Unidos cuentan con OEA y C-TPAT, y firmaron un acuerdo para reconocer beneficios cruzados a empresas certificadas. Llevar ese andamiaje a escala en el Noreste es la vía más rápida para ganar minutos en cada cruce.

En lo digital, México dispone de la Ventanilla Única de Comercio Exterior Mexicano (VUCEM), que concentra expedientes y autorizaciones.

Sin embargo, en 2025 un mantenimiento mayor expuso su fragilidad operativa. Es momento de diseñar una VUCEM 2.0 con alta disponibilidad, tableros públicos por aduana y API abiertas que permitan la interoperabilidad entre sistemas públicos y privados.

También existen mecanismos binacionales como el Reimbursable Services Program (RSP) de U.S. Customs and Border Protection, que permite a gobiernos locales y empresas financiar horas extra y personal temporal en temporadas altas.

Usarlo con datos de demanda por hora evita filas sin esperar presupuesto federal. Otro instrumento es Unified Cargo Processing (UCP), que reúne a oficiales de México y Estados Unidos en una sola inspección para ciertos flujos. Laredo ya lo aplica en el cruce ferroviario y puede ampliarse en forma selectiva al transporte carretero.

La seguridad no es obstáculo, sino aliada. En estos puentes se han realizado decomisos relevantes gracias a rayos X, binomios caninos y análisis de riesgo. La misma inteligencia que detecta narcóticos debe servir para agilizar al confiable mediante prevalidación electrónica, citas con ventanas cortas y carriles dedicados a OEA y C-TPAT.

En la operación diaria, una aduana inteligente significa:

Tres acuerdos prácticos: Primero, los gobiernos federal y estatales de México junto con autoridades locales de Texas deben publicar indicadores por aduana: tiempos de revisión, porcentaje de aforos, disponibilidad de carriles. Segundo, las empresas ancla deben impulsar la certificación OEA en sus proveedores para extender la seguridad y la eficiencia a toda la cadena. Tercero, el frente académico y técnico tiene que formar analistas de datos aduaneros e inspectores digitales que operen perfiles de riesgo y auditorías en línea.

México avanza hacia la presentación obligatoria del Formato electrónico E2 (manifestación de valor), previsto en el artículo 59, fracción III de la Ley Aduanera y en las Reglas Generales de Comercio Exterior, con inicio en diciembre de 2025. Integrar desde ahora este requisito a sistemas inteligentes evitará rechazos por doble captura o errores de digitación.

  1. Despacho anticipado con pre-clearing binacional para cargas recurrentes de sectores automotriz, electrodoméstico y aeroespacial.
  2. Turnos elásticos, combinando RSP con tableros públicos de tiempo de cruce para aplanar la demanda mediante citas fuera de pico.
  3. Cadenas certificadas, donde proveedores tier 2 y tier 3 se integran a OEA y C-TPAT, recibiendo beneficios claros como menos inspecciones físicas y trámites interoperables.

¿Por qué urge? Porque la manufactura se mueve hacia la certidumbre operativa. Si Port Laredo ya encabeza el valor del comercio estadounidense y la región vivió un 2024 récord, cada minuto ahorrado en los cruces se multiplica por miles de operaciones diarias y por empleos en ambos lados de la frontera.

Un plan de Aduanas Inteligentes, con VUCEM 2.0, RSP y UCP a escala, vale más que cualquier eslogan. El cuello de botella está claro y las herramientas existen. Lo que falta es ejecutarlas con disciplina, métricas públicas y cooperación real. La competitividad del nearshoring no se mide en discursos, sino en minutos de cruce. Y cada minuto cuenta.

El autor es Presidente en COMCE Noreste, CMO RI en DICEX , Consejero en COMCE Nacional, Caintra, Canaco, Cintermex e Invest Monterrey. Doctor en Logística; 20+ años en comercio exterior. Conferencista y académico e investgador.

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