El aguaes el compuesto más abundante en el planeta Tierra. Por sus características, es capaz de encontrarse en estado líquido en océanos, mares, ríos, lagos y en acuíferos como aguas subterráneas, en estado sólido como hielo y nieve y en estado gaseoso como vapor de agua en la atmósfera.
Se le considera como disolvente universal porque es capaz de disolver una gran cantidad de sustancias, por lo que: 1) es el componente principal de todo ser vivo representando en promedio el 70% de la masa total y 2) es capaz de transportar, disueltas en ella, gran cantidad de sustancias. Además, puede absorber o liberar energía sin cambiar de temperatura, lo que regula el clima y la temperatura del cuerpo humano.
Otro aspecto importante es que, aunque la cantidad de agua en la Tierra se aproxima al 70% de la superficie, solo el 2.5% es agua dulce, y de ésta sólo el 30% se encuentra en estado líquido.
Ahora bien, aunque la cantidad total de agua en el planeta no cambia, lo que nos hace suponer que dispondremos de ella a perpetuidad, la que está en riesgo de agotarse es el agua dulce disponible para el consumo humano, debido a las siguientes razones: 1) El deterioro en la calidad del agua por contaminación impide su uso inmediato, ya que, dependiendo de su destino, tendría que someterse previamente a un proceso de tratamiento; 2) El ciclo hidrológico se ve trastornado cuando las condiciones naturales de la cuenca son modificadas por el desarrollo y crecimiento humano, lo que altera la disponibilidad, accesibilidad y asequibilidad del agua.
Dado lo anterior, es necesario mencionar que la unidad territorial, hidrológicamente hablando, es la cuenca hidrológica. Región delimitada por montañas, colinas u otras elevaciones en la cual toda el agua de lluvia, ríos o deshielos fluye hacia un mismo punto de salida, como un río principal, un lago o el mar. Las cuencas son esenciales para la vida, ya que regulan el ciclo del agua manteniendo la biodiversidad de los ecosistemas.
En México existen 1,471 cuencas hidrológicas, distribuidas en 37 regiones hidrológicas. El agua disponible en las cuencas puede ser superficial o subterránea. La superficial se encuentra de manera natural en ríos, arroyos, lagunas y lagos o de manera artificial en presas y represas. La subterránea se encuentra en los acuíferos.
En una cuenca sana, cuando sus condiciones naturales se mantienen, el ciclo hidrológico permite abastecer de agua a todos los usuarios. En una cuenca sobre explotada, cuando se modifica el uso de suelo alejándola de su condición natural, se modifica la capacidad de mantener el ciclo de abastecimiento de agua a los usuarios de la cuenca.
El uso de las aguas subterráneas y superficiales es asignado por la Conagua y por los gobiernos municipales, con el objetivo de servir a diferentes propósitos como la agricultura, la ganadería, el abastecimiento de agua para uso doméstico de la población, y para el uso industrial y comercial. La Conagua reporta que México cuenta con 653 acuíferos de los cuales 157 están sobre explotados, lo que significa que la extracción supera la recarga.
Lo anterior se potencia ante el cambio climático, debido al incremento promedio de la temperatura, lo que afecta a las regiones de la siguiente manera: 1) los períodos de sequía han sido más prolongados con la consecuente pérdida de las aguas superficiales por efecto de la evaporación y 2) El incremento en el volumen de precipitación, sumado a la reducción de la permeabilidad del suelo causada por la deforestación y el crecimiento urbano, limita la infiltración hacia el subsuelo y con ello se pierde la capacidad de retener y almacenar agua.
Los esfuerzos para la mitigación y adaptación al cambio climático se orientan al control de las emisiones de gases efecto invernadero a través de la producción de energías limpias, entre otras acciones.
Paralelamente, se trabaja en la economía circular para integrar los desechos a la cadena productiva reduciendo la presión sobre el medio ambiente. Ahora bien, ¿cuál es la estrategia respecto al agua? Para actuar, ¿a quién le toca?, ¿a los gobiernos, ¿a las empresas?, ¿a los ciudadanos? La realidad es que concierne a todos, el tema es que si no existe la participación de todos los sectores el problema difícilmente será resuelto.
Se estima que Monterrey y su área metropolitana demandarán un 40% más de agua en 2030. Como alternativas de solución se ha propuesto 1) utilizar agua reciclada, incluso a nivel doméstico, propuesta de mucho valor ambiental, aunque con limitaciones de aceptación por temas culturales, 2) el trasvase del agua de la cuenca del Pánuco a Nuevo León, lo que extenderá los problemas de desabasto a dicha cuenca, 3) la desalinización del agua del mar, lo que conlleva el problema de la acumulación salina.
En fin, los autores de este artículo creemos que, cual sea la decisión, el entendimiento de los procesos naturales que producen el equilibrio hídrico y la disminución del consumo deberán ir a la cabeza en la toma de decisiones.
Participaron en la elaboración de este artículo: Carlos Arias, Andrés Cavazos, Federico Kern, José Tamez, Vicente Guerrero y Emiliano Morán, estudiantes de la Concentración Analítica para negocios: De los datos a las decisiones, que ofrece la Escuela de Negocios del Tecnológico de Monterrey. La autora es profesora de la concentración.
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