La Asociación Mexicana de Bebidas (MexBeb) señaló que al igual que al Gobierno Federal, le preocupa el aumento en los índices de sobrepeso, obesidad y la prevalencia de enfermedades no transmisibles en el país, pero considera que el incremento en el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a las bebidas saborizadas no es la solución a este problema.
Agregó que este es un problema complejo y multifactorial cuya prevención y atención requiere de la acción integral, decidida y conjunta de todos los actores y sectores, por lo que reiteran su plena disposición e interés en sumarse a los esfuerzos de las autoridades en esta tarea.
“Sin embargo, manifestamos nuestra sorpresa y profunda preocupación ante la iniciativa de la Ley IEPS que plantea incrementar a 3.0818 pesos la cuota por litro a la enajenación de bebidas saborizadas, como una política de salud y financiamiento”, destacó.
La asociación fundamentó lo anterior señalando que además de la magnitud del incremento del 87 por ciento en la cuota vigente, la iniciativa no solo incrementa el gravamen existente a las bebidas que contengan azúcares añadidos, sino que incorpora uno nuevo para las bebidas que contienen edulcorantes no calóricos.
Lo anterior desincentiva la innovación, la reformulación y la ampliación de la oferta de productos sin azúcar o sin calorías, alternativas ampliamente promovidas y aceptadas a nivel global como opciones seguras que apoyan a la reducción del sobrepeso y obesidad.
Añadió que este impuesto no cumple con un objetivo de salud, pues la experiencia en México y en otros países en los que se ha aplicado demuestra que los impuestos a las bebidas saborizadas no cumplen con el objetivo de reducir los índices de obesidad.
Recordó que la ONU y sus agencias han evaluado y rechazado repetidamente la recomendación de impuestos a las bebidas azucaradas, porque no existe evidencia real de que estos impuestos cambien los patrones de consumo ni mejoran la salud.
Dijo que esta es una medida ineficaz e inequitativa, ya que no atiende a la multifactorialidad del problema de obesidad y de las ENTs, además que concentra injustificadamente la carga fiscal en un producto que aporta menos del cinco por ciento de las calorías que consumen los mexicanos, sin considerar al otro 95 por ciento que provienen de otras fuentes de energía.
Además, datos del INEGI muestran que el consumo per cápita de refrescos se ha mantenido estable en los últimos 30 años, mientras que los índices de sobrepeso y obesidad crecieron notablemente en el mismo periodo, lo cual demuestra que no existe una correlación directa entre ambos factores.
Señaló que derivado del incremento al impuesto vigente y a la incorporación del nuevo gravamen a las bebidas sin azúcar, los precios al consumidor se incrementarían de manera significativa, entre 10 y 15 por ciento de su costo actual, siendo un duro golpe al bolsillo de las personas.
“Se trata de un impuesto altamente regresivo, los hogares de menores ingresos destinan tres veces más recursos proporcionalmente a los refrescos y bebidas saborizadas que los hogares de mayores ingresos”, explicó.
Asimismo, dijo que esta alza reducirá el poder adquisitivo de los hogares al encarecer la canasta básica; desincentiva la inversión y producción con un efecto recesivo que limitará el crecimiento económico del país.
“Estimamos que se podrían perder alrededor de 150 mil empleos directos e indirectos en los próximos cinco años; afectará a los pequeños comercios, a las más de 1.2 millones de tienditas populares, que en miles de casos se verán obligadas a cerrar, ya que los refrescos y bebidas saborizadas representan alrededor del 30% de sus ventas, así mismo tendrá un fuerte impacto en toda la cadena productiva”, añadió.
“El incremento del IEPS a bebidas saborizadas no resolverá ́ los problemas de salud que busca combatir y generará costos sociales, laborales y económicos considerables”, indicó.
Si bien los refrescos y las bebidas saborizadas no son el único factor de esta situación, en la Asociación y las empresas que la integran, siempre han procurado contribuir y ser parte de las soluciones, por ello en los últimos años lograron reducir cerca de 30 por ciento las calorías en promedio de sus bebidas, así como ampliar la oferta de productos y presentaciones sin calorías o reducidos en azúcar que hoy son más del 55 por ciento del portafolio.
“Refrendamos nuestro interés y disposición al diálogo abierto y constructivo con las autoridades y el Congreso, para encontrar alternativas integrales y efectivas, sustentadas en la ciencia y evidencia, que contribuyan a mejorar la salud de la población”, concluyó.