Monterrey

Marlene Rocha: Agotamiento laboral: el verdadero rostro del burnout

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Marlene Rocha

Durante mucho tiempo, el agotamiento laboral fue confundido con falta de compromiso, apatía o incluso flojera. Sin embargo, hoy sabemos que se trata de un fenómeno mucho más complejo y profundo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció oficialmente al burnout como un síndrome ocupacional, caracterizado por tres dimensiones: agotamiento extremo, cinismo o desapego hacia el trabajo y una disminución significativa en la eficacia profesional.

No estamos frente a un problema de actitud, sino frente a un desafío serio de salud laboral que afecta tanto a las personas como a las organizaciones. En México, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social estima que más del 75% de los trabajadores han experimentado niveles altos de estrés laboral, colocándonos entre los países con mayor incidencia de burnout en el mundo.

Las consecuencias no son menores: ausentismo, rotación, bajo compromiso, errores frecuentes y un clima laboral deteriorado.

A nivel económico, diversos estudios calculan que el estrés laboral puede representar hasta el 10% del PIB en pérdidas por baja productividad y gastos médicos asociados. En otras palabras, el burnout no solo afecta a las personas, también erosiona la competitividad de las empresas y del país.

Frente a esta realidad, es fundamental cambiar la narrativa. El burnout no es debilidad ni flojera, sino una respuesta natural a ambientes laborales que exigen demasiado y cuidan poco. Jornadas extensas, presión constante por resultados, falta de reconocimiento y culturas que glorifican estar “siempre disponibles” son la receta perfecta para que el agotamiento se convierta en la norma.

Aquí el liderazgo empresarial juega un papel determinante. Un líder consciente es capaz de reconocer las señales de alerta: colaboradores exhaustos, baja motivación, incremento en errores y ausencias frecuentes. Más allá de detectarlo, tiene la responsabilidad de crear entornos donde el bienestar sea prioridad estratégica.

¿Cómo lograrlo? Algunas prácticas que ya se están implementando en empresas pioneras en México incluyen políticas de desconexión digital, que aseguran que los colaboradores no estén disponibles 24/7; programas de apoyo psicológico y acompañamiento emocional, muchas veces dentro de la misma organización; flexibilidad laboral que permita equilibrar vida personal y profesional; capacitación en habilidades socioemocionales para líderes, fomentando empatía, comunicación efectiva y manejo del cambio; y reconocimiento auténtico, que recuerda a las personas que su trabajo tiene valor y propósito.

Estas medidas no deben entenderse como beneficios accesorios, sino como parte integral de una estrategia de Capital Humano que busca sostenibilidad y competitividad en el largo plazo. De hecho, los equipos que se sienten cuidados y apoyados son también los más creativos, productivos y comprometidos.

El burnout es una señal de alarma que no podemos ignorar. Tratarlo como un asunto individual sería un error: es un fenómeno organizacional que requiere cambios culturales, estructurales y de liderazgo. Apostar por el bienestar laboral no es una moda ni una tendencia pasajera; es una condición indispensable para competir en un entorno cada vez más exigente y globalizado.

El reto es grande, pero también lo es la oportunidad. México tiene un capital humano extraordinario, y las empresas que decidan invertir en cuidar su energía, motivación y salud serán las que marquen la diferencia en los próximos años.

El liderazgo empresarial debe dar un paso al frente, porque la productividad del futuro no se construirá sobre el agotamiento, sino sobre el bienestar.

La autora es miembro del comité de Capital Humano de Index Nuevo León.

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