Es muy común escuchar en las empresas que la seguridad de los trabajadores es primero y que se busca tener una cultura de seguridad y protección al medio ambiente, esto muchas veces dicho por los líderes de las diferentes organizaciones. Pero, ¿cómo podrían ellos involucrarse con acciones para asegurar una cultura de seguridad y medio ambiente?
Por definición: “La cultura de seguridad es el conjunto de valores, creencias, actitudes y comportamientos compartidos por los miembros de una organización que priorizan la seguridad, influyendo en la forma en que se toman decisiones y se ejecutan las tareas para controlar los riesgos de manera eficaz”.
Lo mismo podemos decir para la cultura de medio ambiente, pero en comportamientos enfocados en la protección al medio ambiente.
Entonces, partiendo de la definición de la cultura de seguridad y medio ambiente en las empresas, los comportamientos esperados se definen principalmente por las políticas, estándares, procedimientos y reglas que se tengan en cada una de las organizaciones.
Aquí es donde, para el éxito de la implementación de una Cultura de Seguridad y Medio Ambiente, el involucramiento del liderazgo, alta dirección y/o gerencias es clave. Deben asignar recursos financieros, humanos y de tiempo, además de demostrar un compromiso genuino, visible y constante. Cuando los líderes actúan de acuerdo con los procedimientos de seguridad y medio ambiente, se genera confianza y se refuerza la importancia de priorizar la integridad por encima de otros intereses operativos.
¿Cuáles serían las actividades principales —por mencionar algunas— donde el involucramiento del Liderazgo es clave?
Tener un gobernance definido de juntas y/o revisiones de temas de seguridad y medio ambiente, ya sea que se tenga dentro de la agenda de juntas de staff o juntas específicas donde se dé seguimiento a temas de seguridad y medio ambiente. Es muy importante también que, en las juntas de comunicación con los empleados en general, el tema de EHS venga desde los líderes y de las diferentes funciones. Así, los empleados no identifican al área de EHS como el único responsable, sino que realmente es una responsabilidad compartida.
Durante la planeación de presupuestos y/o inversiones del próximo periodo, deberán tener una sección específica para temas de seguridad y medio ambiente, comenzando con los requisitos legales, priorizando de acuerdo con los riesgos altos y asignando recursos para la ejecución de los proyectos.
Tener bien definidos los objetivos y metas de EHS en todos los líderes de la organización. El objetivo de reducción de accidentes no es exclusivo del área de EHS: este objetivo debe tenerse en todas las funciones, comenzando por los líderes, así como los supervisores de cada área.
Participar en las auditorías de seguridad y medio ambiente en piso de manera frecuente. Aquí se debe tomar en cuenta las áreas donde recientemente han tenido más eventos de accidentes e incidentes para priorizar y que en esas áreas sean donde participen los gerentes.
Es importante enfocar estas auditorías en realizar observaciones positivas y, sobre todo, fomentar la comunicación directa con los trabajadores, para que ellos vean la apertura en caso de querer recomendar y/o reportar algo en temas de riesgos, accidentes y/o contaminación.
Participación de los líderes en las campañas de seguridad y medio ambiente. Utilizar el vocabulario técnico de acuerdo con los procedimientos y programas implementados, y tener conocimiento de las reglas de aquellos programas de alto riesgo.
Dentro de los procesos de gestión del cambio para modificaciones o nuevos procesos, el liderazgo debe asegurar que se tenga una sección clara y exclusiva para temas de EHS.
Cuando los trabajadores observan esto en las empresas por parte de los líderes, realmente ven a la cultura de seguridad y medio ambiente como algo genuino, con acciones objetivas.
Por otro lado, es clave que el área y/o departamento encargado de liderar las actividades de EHS también tenga un rol de socio estratégico para las áreas operativas de la empresa.
Si bien se deben cumplir todas las reglas y procedimientos de EHS, este departamento debe ser parte de la solución y dar seguimiento cuando una tarea y/o actividad tenga que ser detenida por temas de seguridad y/o permisos de medio ambiente.
En resumen, aunque el entorno de las empresas de manufactura es dinámico y exigente, la seguridad debe mantenerse como un valor no negociable.
Una verdadera cultura de seguridad y medio ambiente no se ve comprometida ante la presión de la productividad o la rapidez en la entrega; por el contrario, se convierte en la base que permite alcanzar los objetivos de forma sostenible, protegiendo lo más importante: la vida y la salud de las personas, así como preservar el medio ambiente.
La autora es Miembro del Comité de EHS de Index Nuevo León.