Parece que por fin el INEGI ya escuchó los cuestionamientos que se emitieron a nivel nacional, con motivo de sus increíbles declaraciones en el sentido de que la pobreza en México se había reducido drásticamente durante el sexenio anterior, a pesar de que la economía por habitante se redujo, la generación de nuevos empleos fue raquítica y el empleo informal lidereó el aumento en los puestos de trabajo, y se alista para pretender justificar estos resultados, bien por ellos, y esperemos que pongan a disposición de los analistas todos los elementos necesarios para el análisis.
Además, el INEGI debe entrar al tema de la representatividad que tiene su reducido tamaño de muestra, de solo 105,718 hogares (0.0072% del total de viviendas en México), y que además NO es comparable con la ENIGH de 2018, porque se entrevistaron 87,826 hogares (17% menos), por lo que tan solo este hecho, las hace NO COMPARABLES, y nos debe proporcionar el margen estadístico de error que tiene los valores encontrados en su encuesta, pero con relación a los verdaderos valores del universo.
No hay que confundir lo anterior, con el “porcentaje de confianza” que se asocia a los resultados de la encuesta, normalmente de 95%, y que mucha gente cree o interpreta que los valores muestrales encontrados tienen un margen de error del 5%, y NO ES ASÍ, ya que este porcentaje de confianza lo que nos dice, es que si SE REPITE la encuesta, los valores que se van a encontrar, van a ser como los encontrados en la primera encuesta, con ese porcentaje de confianza.
Adicionalmente, la repetición de la encuesta debe ser lo más apegada a las condiciones de la primera, para que esto sea válido. Por ejemplo, si se encuesta a 100 aficionados en el estadio BBVA, preguntando cual es su equipo favorito, casi el 100% contestarán que Rayados, pero si repiten la encuesta en el estadio universitario, el resultado será diametralmente opuesto, es así como se debe entender este famoso “porcentaje de confianza”, válido solo si se repite la encuesta en condiciones similares.
Esto también aplica a las encuestas políticas, que más que encuestas, son “sondeos de opinión” y generalmente favorecen a quien las paga.
El error muestral, puede ser expresado como un rango, de más menos algo, y nos dice qué tan alejados o “errados” están los datos que nos está arrojando la encuesta, con relación al verdadero valor del universo.
Un ejemplo o una manera de tener una buena idea de que tan precisas son las estimaciones que proporciona la ENIGH, es comparando datos duros de variables que se conocen, y se dan por ciertos, por ejemplo, el monto de los ingresos que perciben las familias mexicanas provenientes de las Remesas.
Analizando esta variable, el Banco de México nos proporciona información puntual y confiable, en el sentido de que en 2024, año de la última ENIGH, entraron al País unos $65 mil millones de dólares, sin embargo, la encuesta encuentra que el valor de las remesas (extrapolado a nivel nacional) no llega ni a $5 mil millones de dólares.
Ante un error de la encuesta tan ABISMAL y tan CONTUNDENTE, queda más que claro que la confiabilidad de los resultados de la ENIGH 2024 es prácticamente nula, y será muy interesante conocer los argumentos del INEGI a este respecto.
Una conclusión adelantada, es que si Usted cree que la pobreza bajó, porque así lo determinó la ENIGH 2024, Usted también debe creer que el verdadero monto de las remesas fue de $5 mil y no de $65 mil millones de dólares.
Ahora bien, si el tamaño de la muestra es de 100%, es decir, se levanta un Censo, NO HABRÁ ERROR MUESTRAL, ya que los valores encontrados, sin lugar a dudas, corresponderán a los valores reales del universo.
Lógicamente, entonces, entre más pequeño sea el tamaño de la muestra, el margen de error que tendrá la “encuesta” será más grande, y más aún cuando los integrantes del universo son heterogéneos y muy diferentes, como es el caso del ingreso de los hogares en México.
No obstante lo anterior, los académicos argumentan que si el muestreo es “probabilístico” y la selección de la muestra es al azar, los resultados son confiables, pero esto es debatible.
Otro tema crucial son las líneas de pobreza, las cuales representan el ingreso mínimo necesario para adquirir una canasta de bienes considerados indispensables y otra canasta, solo de alimentos.
Esto define la pobreza por ingresos, o pobreza “moderada” en el primer caso, y la pobreza “extrema” en el segundo, cuando el ingreso monetario no es suficiente para comer, PERO, según la metodología, para comer una dieta saludable, balanceada, con ingesta variada de proteínas, incluyendo hasta pescado, y con calorías suficientes. (no se ría).
Si bien solo se publica la canasta alimenticia, con valor a Julio de este año de $2,453.34 pesos mensuales por persona en las zonas urbanas, la metodología establece un consumo por persona de 1,717.68 gramos de alimentos DIARIOS (más de 1.7 kilos de comida al día por persona), y su diseño data de 2108 y se basó en el GASTO en alimentos de los hogares de la ENIGH 2016, cuando el gasto NO es indicador de consumo, (menos en gramos o en calorías) otra cosa más que el INEGI debe explicar, así como también la validez de como pasan de datos de HOGARES, a datos por PERSONA, y la representatividad que esto tiene, cuando las necesidades de alimentación son muy diferentes de acuerdo a la edad de la persona.
Mención aparte amerita el rubro de consumo de alimentos y bebidas “fuera de casa”, cuyo registro incluye hasta quienes están en el decil más pobre de la población, y que se explique como se “gramea” este consumo y como se determina su aporte nutricional, ah, pero heroicamente suponen que los precios de estos alimentos, para este decil, son del mismo monto que los alimentos dentro de casa, increíble, y los alimentos que consumen los ricos, del decil X, fuera de casa, solo cuestan como un 50% más, dato también increíble, pero bueno, esperemos que lo justifique y valide el INEGI.
Por otra parte, no pude encontrar la metodología con la que se definió la canasta de bienes y servicios “indispensables” para definir la línea de pobreza moderada por ingreso, y como se construyó a partir de los “gastos” en los hogares, la cual debe incluir, además de alimentos, otros bienes y servicios que es interesante analizar, ya que esta canasta tiene un valor a Julio de este año de $4,718.55 pesos por persona al mes, (sin diferenciar por edad) cantidad casi del doble de lo que cuesta la canasta alimentaria.
Este dato difiere del generalmente aceptado, de que en promedio, la gente gasta como el 35% de su ingreso en alimentos, (no el 50%) otra discrepancia más que el INEGI debe aclarar, pues si el diseño y la valuación de estas dos canastas están mal, los resultados también.
Adicionalmente, sería interesante ver si incluyen satisfactores para mujeres, niños, adolescentes y ancianos, ya que la metodología se determina para “hogares” (en base a su gasto en consumo) y no por persona, aunque al final del día, la línea de pobreza la determinan por persona, sin distinguir edad.
Otro aspecto que afecta a la medición de la pobreza, es el hecho de que por la caída en la cobertura de servicios de salud, las familias ahora gastan hasta más de $1,605 pesos en medicinas al trimestre, un aumento de casi $500 pesos con relación a 2018, lo que debe cambiar la estructura y el costo de la canasta elevando el umbral del ingreso para ser considerado “pobre”.
Por otro lado, para ser registrado como “pobre moderado”, o “pobre extremo”, por insuficiencia de ingresos monetarios, ADEMÁS, la persona debe tener AL MENOS UNA CARENCIA, si no, NO SE REGISTRA COMO POBRE, sino como VULNERABLE POR INGRESO, a pesar de que no tiene dinero para comer. Esta clasificación alcanzó el 5.8% de la población en 2024 y de que son pobres, son pobres.
Y ya que el INEGI va a aclarar dudas, sería interesante que informara y justifique como la población con carencia de agua potable se redujo en tan solo dos años, entre 2022 y 2024, de 6.9% a solo 3.3%, una reducción del 52%, y nos detalle las obras hidráulicas que hicieron esto posible.
Precisamente, este tipo de incongruencias e inconsistencias, son las que ponen en evidencia la poca confiabilidad de los resultados que arroja la ENIGH, y esto se explica porque los hogares entrevistados son diferentes en cada encuesta, por lo que las “mejoras” no necesariamente son reales, sino solamente un reflejo de la comparación de un grupo de hogares “X” en una encuesta, contra otro grupo de hogares “Y” de otra encuesta.
Si los hogares entrevistados cada dos años, siempre fueran los mismos, habría más confianza en los resultados, ya que así se compararían peras con peras, y manzanas y con manzana.
Reducido al absurdo, si el tamaño de muestra es de una vivienda, y hace dos años me entrevistan a mi, y ahora entrevistan al vecino más rico de la colonia, los mayores ingresos que van a encontrar, no reflejan dinámica “poblacional” alguna, ya que comparan peras con manzanas, por más que digan otra cosa los estadísticos.