El reciente hallazgo de la ENIGH 2024, divulgado por el INEGI el 30 de julio de 2025, revela que el estado de Nuevo León alcanzó un ingreso corriente promedio trimestral por hogar de 117 034 pesos, la cifra más alta del país, superando en 50.3 % la media nacional de 77 864 pesos
Este récord no solo reafirma la persistente fortaleza económica de la entidad, sino que también plantea la necesidad de analizar las razones que explican un desempeño tan destacado.
A continuación analizaremos cuatro potenciales causas detrás de este importante hallazgo: la recuperación post-pandemia, el efecto del nearshoring, la movilidad social intrastatal y la inversión en infraestructura pública.
En primer lugar, la ENIGH 2024 muestra un crecimiento real del 10.6 % en el ingreso corriente promedio nacional entre 2022 y 2024, recuperando la caída sufrida entre 2016 y 2020. Sin embargo, Nuevo León no solo se alinea con la media: sobresale en su desempeño.
El aumento en ingresos laborales, que representan 65.6 % del ingreso corriente total, ha sido particularmente fuerte en los deciles más bajos, donde el ingreso laboral creció hasta 13.8 %, mientras que en los estratos más altos creció solo 6.9 %. Para Nuevo León, dicha recuperación ha significado un impulso en empleos formales, mejor remunerados y protegidos.
El regreso de dinámicas normales del mercado laboral, tras las restricciones por COVID-19, se reflejó en hogares con múltiples perceptores, salarios nominales crecientes y mayor cobertura de seguridad social.
Además, la recuperación ha sido más homogénea y amplia en el norte del país, lo que explica parcialmente por qué Nuevo León se distancia del promedio nacional.
En segundo lugar, uno de los factores que con mayor claridad aporta al diferencial de Nuevo León es el fenómeno del nearshoring: la relocalización de empresas hacia México, especialmente al norte, vinculado al T‑MEC y la necesidad de cadenas de suministro más cercanas a Estados Unidos.
De acuerdo con analistas del IMEF y la Facultad de Economía de la UANL, Nuevo León fue uno de los estados más beneficiados por este proceso, experimentando un fuerte dinamismo en la creación de empleo formal, mejor pagado y con baja siniestralidad laboral.
La atracción sostenida de inversión manufacturera, automotriz, electrónica y siderúrgica se ha traducido en aumento del empleo subordinado, que representa la mayoría del ingreso laboral registrado por hogar. Este efecto impulsa tanto el ingreso promedio como la distribución hacia la formalidad y la ubicación de Nuevo León como un polo industrial competitivo.
Por otra parte, Nuevo León presenta indicadores que sugieren una mayor movilidad social estructural comparada con el resto del país. Esto se refleja en su coeficiente de ingreso per cápita más elevado, mayor proporción de empleo formal y una clase media consolidada en ascenso.
La encuesta muestra que el ingreso promedio por hogar en Nuevo León asciende a 39 011 pesos mensuales, muy por encima del promedio nacional, e incluso supera a Ciudad de México y Baja California Sur.
Esta movilidad no solo se debe a eventos recientes de inversión, sino a décadas de desarrollo educativo, empresarial, tecnológico y comercial que han habilitado trayectorias ascendentes para amplios grupos poblacionales.
En un entorno con instituciones relativamente sólidas y mejor acceso a servicios de calidad, las familias tienen mayores posibilidades de integrarse a empleos formales mejor remunerados y de acumular capital humano.
Finalmente, es de destacar que el gobierno estatal de Nuevo León ha impulsado desde hace años una estrategia económica integral, de combate a la pobreza extrema y con un enfoque cuyo eje central es la atracción de inversión, el fortalecimiento de las micro, pequeñas y medianas empresas, y la capacitación del talento local.
En el combate a la pobreza extrema destaca el programa Hambre Cero, cuyos resultados muestran avances significativos en erradicar la vulnerabilidad de los hogares en carencia alimentaria. Por otra parte, la coordinación entre inversiones públicas y privadas ha permitido mayores niveles de conectividad, transporte, servicios, parques industriales y vinculación educativa. Destacan en municipios como García, cercano a Monterrey, la expansión de corredores industriales (empresas como Kia, Ternium, etc.), infraestructura vial y crecimiento urbano sostenido, lo cual ha generado empleos, dinamismo comercial y mejores entornos de vida para trabajadores y sus familias.
Esta inversión pública en infraestructura y capital social es un multiplicador indirecto del ingreso familiar: genera empleos de calidad, integra zonas periurbanas y reduce costos logísticos y tiempo de transporte para miles de hogares.
El desempeño de Nuevo León en la ENIGH 2024, que lo posiciona como el estado con mayor ingreso promedio por hogar en México, no es producto de coincidencias coyunturales de corto plazo.
Ante todo, es el resultado de la interacción entre un ciclo de recuperación económica post-pandemia, un efecto catalizador del nearshoring, políticas públicas orientadas a infraestructura, talento y erradicación de la pobreza extrema, y una estructura social más dinámica que ha permitido que las mejoras lleguen a diversos segmentos poblacionales.
No obstante, debe reconocerse que persisten desafíos en materia de desigualdad, como lo muestra el hecho de que la brecha entre los hogares del decil más alto y los del más bajo sigue siendo significativa a nivel nacional, aunque ha disminuido ligeramente. Del mismo modo, la dependencia de inversión externa implica cierta vulnerabilidad ante shocks arancelarios o cambios en el entorno geoeconómico.
En suma, el crecimiento observado en Nuevo León entre 2022 y 2024 no solo representa un éxito cuantitativo: es el síntoma de una economía fortalecida que combina capacidad productiva, empleo formal, políticas públicas estratégicas y movilidad social.
El desafío de los próximos años será consolidar esta trayectoria, evitar retrocesos ante escenarios adversos y traducir ese ingreso en bienestar duradero para amplios segmentos de la sociedad.