En mi columna pasada, les comenté que nos encontramos ante la transferencia generacional de patrimonio más grande de la historia. Y que hoy, la generación que creó y/o consolidó el patrimonio familiar enfrenta el reto y la responsabilidad de “heredar bien”. De heredar de manera que el patrimonio perdure y se nutra; el poder y la influencia se mantengan; y la familia fortalezca el control empresarial, la visión patrimonial, la unidad familiar y el espíritu emprendedor que la caracterizan.
En mi trayectoria como asesor de confianza de familias empresarias multi-generacionales, he comprobado que existen 5 aspectos clave que debemos asimilar y considerar en este esfuerzo:
1.- Heredar BIEN es un PROCESO.
Forjar las bases para crear o sostener una dinastía familiar-patrimonial conlleva tiempo y fe.
Tiempo: Porque pasar la estafeta patrimonial supone también educar a los miembros de siguiente generación en términos académicos y financieros, así como en valores y comportamientos (evitar la soberbia, arrogancia, prepotencia, terquedad, propiedad psicológica malentendida)—y eso, requiere años de dedicación y límites claros.
Fe: Porque aunque podamos “visualizar” (imaginar) qué pasará con el proyecto patrimonial que estamos forjando, la realidad es que no lo veremos en acción—a menos que donemos nuestro patrimonio en vida; y aún así, estará “matizado” por nuestra presencia... o mejor dicho, por alguna cláusula de reserva de derechos que establezcamos legalmente.
2.- Heredar BIEN requiere una Estrategia INTEGRAL de Sucesión.
La sucesión ejecutiva no es lo mismo que la sucesión patrimonial. Pensar que por el hecho de tener sucesor(a) en la dirección de la(s) empresa(s), las cosas están arregladas es ingenuo—en el mejor de los casos. Primero, porque nadie tiene la vida asegurada, y segundo, porque a veces, no se trata de quien lidera, sino de quien manda.
Tener la capacidad y el puesto para liderar empresarialmente es una cosa, poseer el poder legal para dictar directrices y cambiar directores, es otra. Justamente por eso, en las familias empresarias multi-generacionales, heredar bien entraña crear estructuras queGARANTICEN la gobernabilidad—ya sea en los negocios, en el family-office o incluso, en la familia empresaria (Consejo de Familia). Solo así se podrá pavimentar el camino hacia la unidad familiar y patrimonial futura.
3.- Heredar BIEN exige un Propósito Patrimonial INTERGENERACIONAL.
¿Por qué es importante para nosotros, como familia empresaria, mantener y crecer nuestra riqueza a través de las generaciones? ¿Qué lineamientos nos ayudarían a convivir mejor y a alcanzar este objetivo? ¿Qué futuro nos ilusiona que construyan nuestros hijos, nietos y bisnietos? Heredar bien envuelve la participación activa de la generación al mando para garantizar que los miembros de siguiente generación (NextGen) hagan suya la idea de forjar una dinastía familiar. La unidad intergeneracional no ocurre por arte de magia, demanda un esfuerzo consciente y continuo; y supone tener un propósito patrimonial intergeneracional.
En este punto, hay que estar conscientes de que las nuevas generaciones no ven la riqueza del mismo modo que nosotros. Muchos buscan mayor “calidad de vida” y ganancias “rápidas”. Hay que enseñarles que lo que se hereda hay que ganárselo antes de poder poseerlo; que las ganancias rápidas, pueden ser un fracaso a largo plazo —especialmente si se recurre a transas y corruptelas; y que la calidad de vida se gana, no se hereda.
Así pues, preparar a los potenciales dueños del patrimonio conlleva: 1) definir normas para convivir y salvaguardar el patrimonio (Constitución Familiar); 2) establecer objetivos familiares comunes; 3) crear un sentido de pertenencia e identidad que motive a la NextGen a unirse al proyecto familiar-patrimonial, 4) transmitir el verdadero propósito y la finalidad de la riqueza (el impacto, las oportunidades y la responsabilidad hacia la comunidad) y 5) aconsejarlos en torno a cómo equilibrar el ser, tener, poder y hacer con la ambición de crecer.
4.- Heredar BIEN involucra ASESORÍA Experta.
Sin una buena planificación, las fortunas familiares más longevas se acaban. Es indispensable explorar y consolidar estructuras legales, fiscales y de gobernanza familiar-empresarial y establecer herramientas complementarias en los países adecuados (i.e., fideicomisos; vehículos de inversión) que nos permitan “blindar” el patrimonio —incluso, contra una o dos generaciones que no le aporten valor.
Rodearse de un equipo de profesionales expertos en empresa familiar, protección patrimonial, cumplimiento legal, optimización fiscal (etc.) proporcionará una visión integral para organizar y proteger el patrimonio a futuro, … pero sobre todo, para mantener la unidad, la armonía y el nivel de vida de la familia empresaria a lo largo del tiempo.
5.- Heredar BIEN supone COMUNICAR.
La ignorancia y el silencio no garantizan la continuidad, aseguran el conflicto. Por ello, se sugiere compartir con los miembros de la familia las intenciones patrimoniales. En caso de no estar preparados para hacerlo, lo que sí debe ser comunicado y quedar claro es que:
a) la herencia no es una obligación, es un regalo;
b) la decisión de qué, a quién, cómo y por qué heredar es personal y nada tiene que ver con el amor filial;
c) es posible que no todos hereden por igual;
d) es probable que no se herede en vida, y
e) la NextGen debe esforzarse por crear su propio patrimonio y prepararse para convertirse, en un futuro, en líderes del legado familiar multi-generacional (en el sentido amplio).
En breve: Definir qué heredar, cómo, a quién y por qué, no es una decisión común; es una decisión estratégica que afectará el futuro de la empresa, la familia y el patrimonio. Y es que, no sólo se trata de preservar la riqueza; sino también, de construir una dinastía familiar que perdure UNIDA a lo largo del tiempo. ¿Así o más claro?
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