La llegada del Mundial de Futbol 2026 a Monterrey pondrá a prueba mucho más que su infraestructura deportiva, también dejará al descubierto los rezagos en su sistema de pagos, así lo advierte Fabrício Moreno, country manager para México de Adyen, plataforma global de tecnología de pagos.
“A pesar de que no es la primera vez que Monterrey es sede de un Mundial, el mundo ya cambió mucho y la infraestructura de pagos en México sigue siendo muy old school”, indicó Moreno en entrevista para El Financiero.
El directivo señaló que para los turistas internacionales —acostumbrados a pagar con Apple Pay, Google Pay o tarjetas “contactless”— la experiencia de compra en el país puede resultar frustrante.
“Los comercios no siempre cuentan con terminales modernas con tecnología NFC, muchas veces el pago se rechaza en el primer intento y eso genera fricción, en un momento así, es muy fácil que el consumidor abandone la tienda”, explicó.
Según una encuesta reciente de Adyen, solo 30 por ciento de los pagos en México se hacen mediante billeteras digitales, y el avance respecto al año anterior fue mínimo. Para Moreno, esto deja en evidencia que falta una preparación más decidida rumbo al Mundial.
“El ecosistema entero debe cambiar: los bancos deben emitir más tarjetas ‘contactless’, permitir su uso en billeteras digitales, y los comercios deben renovar sus terminales de pago. Incluso podrían implementar kioscos o checkouts móviles para evitar filas”, sugiere.
El problema, además, no es solo físico. En el entorno digital, el país también arrastra rezagos.
Adyen recalcó que apenas 28 por ciento de las empresas en México tienen una estrategia de comercio unificado, es decir, que permita comprar en línea y recoger en tienda, o viceversa.
Esto es clave cuando se sabe que el 77 por ciento de los consumidores buscan experiencias sin fricción.
De cara a la avalancha turística que traerá el Mundial, la advertencia es clara: México no puede recibir al mundo con un sistema de pagos del pasado, sostuvo el directivo.
La oportunidad es enorme, pero también el riesgo de perder ventas si no se actúa con anticipación.