Monterrey

Ichak Adizes: Empezando en un garaje

Historias como la de una startup nacida en un garaje muestran que la innovación abre el camino, pero es la cultura del equipo lo que sostiene el rumbo cuando llegan las crisis.

Una de las historias que más me inspiran es la de aquellos empresarios que comienzan desde un lugar modesto, sin recursos abundantes ni grandes oficinas, pero con una idea clara y la determinación de hacerla realidad.

Recuerdo a un cliente que inició su empresa literalmente en un garaje, con una visión tan poderosa como disruptiva: reducir los tiempos de desarrollo de piezas para motores en la industria automotriz y aeroespacial de varios meses a solo un par de semanas.

Su tecnología revolucionó la forma de crear prototipos. Antes, fabricar una pieza para pruebas podría tardar hasta siete meses y costar millones de dólares.

Con su método, ese proceso se redujo a dos semanas y media, generando ahorros inmensos y acelerando el desarrollo de nuevas soluciones. Sin embargo, y como suele ocurrir con muchas startups tecnológicas, el éxito en el producto no garantizó el éxito financiero. Pronto enfrentaron dificultades que los pusieron al borde de la quiebra.

Fue ahí cuando comenzamos a trabajar juntos. En nuestras sesiones, algo me llamó profundamente la atención: su equipo era pequeño, pero tenía una cultura de mutua confianza y respeto muy sólida. No había culpas ni excusas, sólo un sincero interés de cada miembro por sacar adelante a la empresa. Esa cohesión fue, en mi opinión, lo que los salvó.

En mi trayectoria he visto innovaciones brillantes que no sobreviven porque el equipo se fragmenta ante la primera crisis. Y también he visto empresas con tecnología menos avanzada que logran crecer, simplemente porque su cultura organizacional les permite resistir los tiempos difíciles y reinventarse.

Esta experiencia me reafirmó un principio fundamental: la innovación es necesaria, pero nunca suficiente. La confianza y el respeto mutuo son el verdadero capital de una empresa. No aparecen en el balance general, pero determinan si la organización será capaz de implementar sus ideas y mantener su rumbo cuando el entorno se vuelva adverso.

Hoy, esa empresa es líder en su sector. Su historia demuestra que no importa si empiezas en un garaje o en un gran corporativo; lo que define tu éxito es tu capacidad para cultivar un equipo con propósito, cohesión y la voluntad de resolver problemas juntos. Porque los grandes logros, en realidad, nunca son individuales: son siempre el fruto de la colaboración.

Y no es un caso aislado. En 2024 y 2025, hemos visto surgir startups que, desde espacios humildes, han logrado posicionarse como referentes globales. Por ejemplo, Keybotic, una empresa que desarrolla robots autónomos para inspecciones industriales comenzó como un proyecto universitario y hoy opera bajo un modelo Robot-as-a-Service (RaaS), revolucionando la eficiencia en sectores como la energía y la construcción.

Otro caso es Nantek, que transforma residuos plásticos en materias primas sostenibles. Su propuesta no solo es innovadora, sino que responde a una necesidad urgente del planeta. Lo interesante es que su éxito no se debe únicamente a la tecnología, sino a una cultura organizacional que fomenta la experimentación, la resiliencia y el compromiso con el impacto social.

Estos ejemplos nos recuerdan que el verdadero motor de una empresa no es solo su producto, sino su gente. En un mundo donde la inteligencia artificial, la automatización y la sostenibilidad están redefiniendo los negocios, las empresas que prosperan son aquellas que combinan innovación con una cultura sólida, inclusiva y orientada al propósito.

Porque al final, empezar en un garaje no es una desventaja. Es, muchas veces, el mejor lugar para construir algo grande desde lo esencial: la confianza, la visión compartida y la voluntad de transformar el mundo, un prototipo a la vez.

El autor es consultor de gestión global, como fundador y director ejecutivo del Instituto Adizes, ha dedicado su carrera para ayudar a organizaciones a mejorar su desempeño y efectividad a través de la Metodología Adizes.

Contacto: www.Adizes.com

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