Monterrey

Caty Pérez: ¿Qué implica el verano en la economía de las mamás?

El verano tiene un impacto económico para quienes somos mamás, presenta retos según el grado escolar de nuestros hijos y aunque varía según nuestra posición socioeconómica si tenemos empleo o no y si contamos con quién nos apoye definitivamente el verano hace que aumenten nuestros gastos y nuestro estrés.

Los gastos aumentan porque al estar nuestros hijos en casa por vacaciones, muchas mamás tenemos que pagar por servicios de cuidado si queremos salir a trabajar o salir a hacer actividades personales.

Inscribir a los hijos en actividades extracurriculares para mantenerlos ocupados también cuesta dinero. Los campamentos que no son internados representan el doble reto de los altos costos y de los horarios limitados que aunado a que los debemos trasladar y recoger en ocasiones termina limitando la productividad de la mamá.

Según la última Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del Inegi, en los meses de verano el gasto trimestral de las familias asciende a 40 mil 906 pesos representando un incremento en los rubros de alimentación y esparcimiento.

Al estar más tiempo en casa los niños consumen más comida, electricidad, agua y entretenimiento, lo que aumenta los gastos del hogar.

El verano es el momento que combina vacaciones escolares con clima caluroso que hace que la mayoría de las familias aprovechen este tiempo para destinar parte de su presupuesto a vacaciones, salidas a parques, cines o paseos, lo que encarece la economía familiar.

Y sí, la mochila se tiene que renovar, los uniformes, el calzado y volver a inscribirlos en otro ciclo escolar cuesta. Las mamás que trabajan desde casa o tienen empleos flexibles pueden ver afectada su productividad al tener que cuidar a sus hijos al mismo tiempo.

Algunas podrían verse obligadas a tomar vacaciones, permisos sin goce de sueldo o reducir sus horas de trabajo.

Las mamás solemos priorizar el gasto en nuestros hijos. Les compramos su ropa, sus zapatos, productos de entretenimiento, juguetes y alimentos fáciles de preparar, los llevamos a cortarse el cabello y de paso por la nieve esas salidas en el verano se duplican y afecta al bolsillo.

Querer tener ingresos económicos, ser productivas, atender a la familia y estar pendiente del hogar puede tener efectos emocionales que también influyen en el estado de humor de una mamá y en las decisiones que pueda tomar.

El estrés económico se agrava en el verano por las altas temperaturas y por ende es más propenso el hogar a tener episodios de violencia familiar. Según el INEGI, México tiene un índice de estrés financiero de 59.5 puntos (en una escala de 0 a 100) con mayores valores entre las mujeres con un 62.5 en comparación con los hombres con 56 puntos.

En Monterrey, el costo promedio de un campamento de verano es de mil 800 pesos con alimentos puede llegar hasta 3 mil pesos, por ejemplo, un campamento de arte en un museo del centro de la ciudad cuesta mil 800 pesos a la semana por 4 semanas por un hijo asciende a 7 mil 200 pesos.

Las mamás podemos aprovechar el verano para ser creativas y enseñar a nuestros propios hijos a generar ingresos. También nosotras con las dos horas al día que nos quedan disponibles podemos ofrecernos a ayudar a una mujer profesionista a surtir la lista escolar, hacer etiquetas escolares, vender algún producto o servicio relacionado con la temporada y realizar en la medida de lo posible ejercicio para liberar el estrés.

Los retos siempre vienen acompañados de oportunidades y nuestra actitud y disposición hacia el trabajo puede hacernos más llevadero este largo verano.

La autora es Doctora en Desarrollo Económico por la UPAEP y tiene el Premio Mujer Tec en Conciliación.

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