De acuerdo con José Buganza, director de Enegence, los apagones se realizan con el objetivo de no estresar la infraestructura eléctrica en zonas ya identificadas.
“Las consecuencias del retraso en las obras de expansión y reforzamiento de la RNT son que cada vez con mayor frecuencia la infraestructura está alcanzando sus límites operativos y por lo tanto la presencia de cortes ya sean programados o no”, apunta.
Adicionalmente, el retraso en la entrada de la capacidad de generación estresará aún más las centrales eléctricas que ya operan, ya que las condiciones climáticas durante la temporada de demanda máxima afectan el funcionamiento de éstas.
“En el caso de las empresas e industrias, no solo representa el no tener suministro eléctrico, sino el detener sus operaciones y por consiguiente se generan pérdidas económicas”.
Los cortes de carga pueden ser programados, debido a que el Cenace tiene conocimiento de los límites de operación, los pronósticos de demanda, la demanda y generación real y los esquemas de protección.
Una opción ante los apagones, sugirió, es la inversión por parte de las empresas en equipos de almacenamiento de energía o la generación en sitio.
Próximamente, advirtió, experimentaremos la denominada canícula (3 de julio al 11 de agosto) donde en gran parte del País se pueden presentar temperaturas mayores a los 45°c y los Estados de la República más afectados serán: Quintana Roo, Tabasco, Campeche, Yucatán, Veracruz, Estado de México, Puebla, Guanajuato y NL.
“Ahora, ¿todo esto cómo se traduce? Los cortes de carga o la falta de suministro eléctrico afectan a los hogares (usuarios básicos) ya que durante un periodo de tiempo no cuentan con la electricidad necesaria para realizar sus actividades”, advierte Buganza.