Monterrey

Miguel Moreno Tripp: ¿Qué salió mal?

Por allá de mayo de 1998 se llevó a cabo la Operación Casa Blanca. Se puede argumentar que es el antecedente más remoto de la prevención de lavado de dinero (PLD). Desde entonces se ha desarrollado la prevención del lavado de dinero abarcando no solo el sistema financiero sino también otrasnactividades que pueden ser utilizadas para blanquear capitales.

Lo principal es por el lado del sistema financiero, en ese sentido, esta es una entrevista a Alejandro Lozano Curiel, un experto con más de 20 años de experiencia en el ejercicio de la evaluación de cumplimiento de PLD/FT.

¿Nos puedes comentar como ha evolucionado el tema de PLD en los últimos 25 años?

La prevención de lavado de dinero ha pasado de ser un enfoque reactivo y formalista a uno basado en riesgos y con mayor responsabilidad para las entidades. Hace 25 años, se centraba en reportes y listas; hoy exige identificar beneficiarios finales, monitorear operaciones inusuales y demostrar una cultura de cumplimiento.

La cooperación internacional, la tecnología y las evaluaciones nacionales de riesgo han redefinido las obligaciones. Ahora, no basta con cumplir: hay que anticiparse y demostrar efectividad. El regulador ya no solo pregunta “¿lo hiciste?”, sino “¿funciona lo que hiciste?”.

¿Que tanta coordinación existe entre las autoridades mexicanas y sus contrapartes americanas para el tema de PLD?

Existe una coordinación creciente y estratégica entre autoridades mexicanas y estadounidenses en la prevención de lavado de dinero.

A través de grupos como el GAFILAT, la Iniciativa Mérida y canales como el Grupo de Acción Financiera (GAFI), ambos países comparten inteligencia, realizan capacitaciones conjuntas y ejecutan operaciones coordinadas.

La UIF mexicana mantiene vínculos operativos con FinCEN para intercambiar información sobre transacciones sospechosas. Si bien aún hay retos en tiempos de respuesta y homologación de criterios, la colaboración ha sido clave para identificar redes transfronterizas. La presión internacional también ha obligado a México a reforzar esta cooperación como prioridad.

En tu opinión, ¿qué falto para que se hubieran detectado y prevenido los actos que condujeron a las acusaciones por parte de las autoridades americanas?

Lo que faltó, además de controles internos eficaces, fue confianza institucional para compartir información sensible que pudiera haber alertado a tiempo a las entidades financieras sobre los riesgos asociados a ciertos clientes o transacciones.

La falta de intercambio oportuno de inteligencia, tanto nacional como internacional, limitó la capacidad preventiva del sistema.

Asimismo, se evidenció un escrutinio insuficiente en las revisiones regulatorias: las inspecciones quizá priorizaron el cumplimiento documental sobre la detección de señales de riesgo reales.

El análisis de riesgo, por su parte, parece haber sido superficial o desalineado con los contextos geopolíticos y criminales en evolución. En conjunto, esto permitió que las instituciones fueran utilizadas como vehículos sin que se activaran los mecanismos de prevención adecuados. No se trata solo de cumplir con la norma, sino de entender el entorno y actuar con visión estratégica. Eso, claramente, faltó.

¿Que recomendaciones le harías a las instituciones mexicanas no involucradas para reforzar la prevención del lavado de dinero?

Les recomendaría fortalecer el análisis de riesgo con enfoque geopolítico, revisar la efectividad real de sus controles y no confiar en el simple cumplimiento normativo.

Es clave fomentar una cultura de cumplimiento transversal, donde las áreas de negocio entiendan su rol preventivo. También deben mejorar el monitoreo de operaciones inusuales y aplicar debida diligencia reforzada cuando el contexto lo exija.

Finalmente, promover la colaboración con autoridades nacionales e internacionales es vital: compartir información a tiempo puede evitar convertirse en vehículo de operaciones ilícitas. La reputación se protege anticipándose, no reaccionando.

Agradecemos la interesante entrevista.

Ps. Mi más sentido pésame a los familiares de quienes fallecieron por la creciente del rio en Texas, especialmente de las pequeñas. Descansen en paz.

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