La junta de gobierno del Banco de México decidió recortar la tasa de interés objetivo en 50 puntos base en su última reunión. El comunicado de la decisión de política monetaria señaló que aún con el deterioro de las expectativas inflacionarias los miembros de la junta de gobierno decidieron recortar la tasa de interés.
El comunicado menciona que la inflación aumentó de 3.93 a 4.51 por ciento entre abril y la primera quincena de junio. Asimismo, las expectativas inflacionarias continuaron deteriorándose y ahora se espera que la inflación converja a su meta (3 por ciento) hasta el tercer trimestre de 2026.
En circunstancias normales un banco central optaría por mantener la tasa de interés la tasa de interés en territorio restrictivo, sin embargo, Banxico decidió disminuir la tasa. El argumento principal es que se espera que la desaceleración de la actividad económica provoque una caída de los precios al consumidor próximamente.
Asimismo, la junta de gobierno menciona el buen comportamiento del tipo de cambio como factor adicional para su decisión. Si bien es cierto que aún con el recorte de la tasa de interés en 50 puntos base, ubicándola en 8 por ciento anual, la política monetaria se mantiene en tono restrictivo (por encima de la tasa neutras) existen muchos riesgos al alza para la inflación.
Los factores que podrían deteriorar las expectativas inflacionarias de mediano plazo según Banxico incluyen una depreciación del tipo de cambio, disrupciones por conflictos geopolíticos o comerciales, persistencia de un nivel de precios subyacente elevado, presiones de costos e impacto del cambio climático. Es decir, existen muchos riesgos al alza que podrían provocar que Banxico revierta sus acciones de política monetaria.
Un factor adicional que podría perjudicar a los precios al consumidor en el futuro es un elevado déficit fiscal del gobierno federal.
Al gobierno federal se le acaban los ingresos y aunque está agresivamente recortando el gasto público, es probable que el proceso de consolidación fiscal este año, no sea el esperado. Esto podría provocar recortes a la calificación crediticia del país y depreciar al tipo de cambio contaminando a las expectativas inflacionarias.
Así, pareciera que la junta de gobierno del Banco de México, en su mayoría, está compuesta por miembros paloma. Recordemos que los economistas “paloma” privilegian al empleo y actividad económica sobre la inflación.
Lo opuesto ocurre con los economistas “halcón”. El problema es que, si se continúan deteriorando las expectativas inflacionarias y se materializan ciertos riesgos al alza, la junta de gobierno podría arrepentirse y tendría que revertir sus acciones de política monetaria.
El autor es director general de Soluciones Financieras GAMMA, CEO de Miri Capital LLC e investigador no residente de Baker Institute en la Universidad de Rice. Tiene un doctorado en Finanzas y maestría en Economía Financiera, ambas por la Universidad de Essex en el Reino Unido.