En pleno desarrollo del Mundial de Clubes 2025 en Estados Unidos, más allá del espectáculo en la cancha, este evento deportivo está marcando nuevos paradigmas en materia de sostenibilidad. Su impacto social y ambiental se ha convertido en un eje crucial para el fútbol contemporáneo. Este torneo, sin duda, está sentando las bases para futuras ediciones, especialmente para la Copa Mundial de 2026, en la que el compromiso real del fútbol con la sostenibilidad será aún más visible.
Aunque no se trata de un tema menor, el compromiso de la FIFA y de los organizadores con la sostenibilidad ya se está materializando. ¿Sabías que seis de los doce estadios que albergan los partidos del Mundial de Clubes 2025 cuentan con sistemas de energía solar y han logrado importantes avances en materia ambiental?
Por ejemplo:
- Bank of America Stadium (Charlotte): Cuenta con más de 5,800 paneles solares que evitan la emisión de 610 toneladas de CO₂ al año.
- Lumen Field (Seattle): Hogar de uno de los partidos de Rayados, posee 3,750 paneles solares, lo que reduce un 20% en costos energéticos. Además, su techo está diseñado para disminuir la absorción de calor.
- Mercedes-Benz Stadium (Atlanta): Fue el primer estadio deportivo profesional en Norteamérica en obtener la certificación LEED Platino, el nivel más alto en eficiencia ambiental. Ha desviado más del 90% de sus residuos mediante reciclaje, compostaje y donaciones, y ha reducido su consumo de agua en un 47% gracias a sistemas eficientes.
- Audi Field (Washington D.C.): Sus medidas de eficiencia energética han permitido reducir emisiones de CO₂ en 820 toneladas por año, equivalente a retirar 173 automóviles de circulación.
- Hard Rock Stadium (Miami): Sede de partidos clave, incluida la inauguración, cuenta con certificación LEED Oro. Entre sus iniciativas destacan la conversión de aceite de cocina en biocombustible y la oferta de productos de granjas locales.
- MetLife Stadium (New Jersey): Escenario de la gran final, dispone de 1,350 paneles solares que abastecen la iluminación y los marcadores electrónicos. Desde 2021 forma parte del Marco de Acción Climática para el Deporte de la ONU, comprometiéndose con los objetivos globales de reducción de emisiones. Utiliza vehículos eléctricos e híbridos para sus operaciones, y fue parcialmente construido con acero y plástico reciclado, logrando una reducción de 1.68 millones de toneladas de CO₂ en su primer año de construcción y operación.
En definitiva, el Mundial de Clubes de la FIFA 2025 comienza a destacar por su enfoque en sostenibilidad. Aunque aún hay mucho por hacer, especialmente de cara a 2026 —donde Canadá, Estados Unidos y México compartirán la sede—, este torneo ofrece una visión de lo que podría lograrse si se adoptan medidas más ambiciosas y visibles.
Estados Unidos ya ha dado pasos firmes: varios de sus recintos deportivos han sido diseñados bajo criterios ecológicos, con sistemas de energía renovable, certificaciones ambientales y una gestión avanzada de residuos que se acerca al modelo de “cero desperdicios”. Sin embargo, aún es necesario que los otros países anfitriones y más estadios participantes se sumen con fuerza a esta transformación.
Sin duda, este Mundial no solo redefine el fútbol a nivel de clubes, sino que se ha convertido en un laboratorio viviente de sostenibilidad aplicada al deporte de élite y a la organización de eventos de gran escala.
Ha demostrado que es posible celebrar espectáculos masivos sin dejar una huella ambiental insostenible. La sostenibilidad ya no es opcional: el deporte más popular del mundo debe marcar un gol decisivo y ganar este partido.
Mientras los cánticos de los aficionados resuenan en los estadios, vale la pena recordar que este compromiso no es solo responsabilidad de los equipos o de los organizadores. Involucra a cada aficionado(a), marca y patrocinador. Es momento de que la afición futbolera se vuelva verde.
Y tú, ¿qué piensas?
¿Estaremos a la altura de este gol por la sostenibilidad?