Monterrey

Jaime Toussaint von Bertrab: Nuevo León: ¿Industria del futuro o maquila del pasado?

“No es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que mejor se adapta al cambio”.-Charles Darwin.

La relocalización de cadenas de suministro sigue en marcha, el posicionamiento de México como actor estratégico en la nueva configuración industrial de América del Norte sufre ajustes pero avanza.

En ese contexto, Nuevo León, por su cercanía con Estados Unidos, infraestructura logística y ecosistema manufacturero, tiene lo necesario para ser un jugador protagonista y capturar proactivamente las oportunidades, siempre y cuando acelere su transición hacia la Industria 4.0, integrando tecnología, talento y productividad en una sola agenda.

Una oportunidad que no podemos perder

La Industria 4.0 no es una moda: es una transformación estructural. A través de tecnologías como sensores inteligentes, big data, inteligencia artificial, robótica avanzada, manufactura aditiva e Internet Industrial de las Cosas (IIoT), las empresas pueden rediseñar cómo producen, gestionan y entregan valor. Esta revolución digital permite cadenas más ágiles, trazables y eficientes, el ABC de la selección de proveedores de cualquier multinacional.

En un entorno donde el “just in case” ha reemplazado al “just in time”, la resiliencia operativa y la sofisticación tecnológica pesan tanto como el costo de la mano de obra. México ha sido históricamente competitivo por sus salarios bajos, pero eso ya no basta: la productividad y la adopción tecnológica son los nuevos factores críticos de éxito.

La baja productividad: el gran freno

México sigue siendo un país de baja productividad laboral. Según el informe 2024 de la OCDE, el país registró un crecimiento anual negativo de -0.4 % en productividad laboral, medida como el valor generado por cada hora trabajada.

A pesar de no estar entre los países con peor desempeño absoluto, México sí se encuentra entre las naciones donde la brecha frente al promedio de la OCDE más se ha profundizado en los últimos 20 años, junto con Grecia, Israel y Japón. Esta falta de avance ha mantenido a México rezagado: mientras que el promedio en la OCDE supera los 67.5 dólares por hora trabajada, México apenas alcanza 24 dólares por hora, es decir, menos de un tercio del promedio.

Este bajo indicador impide que muchas empresas mexicanas escalen, innoven o se integren a cadenas de valor sofisticadas. Es decir, aunque tengamos la fábrica, no necesariamente tenemos la competitividad que buscan los compradores globales. La disrupción tecnológica solo agrava esta brecha si no se acompaña de inversión, capacitación y rediseño de procesos.

Inteligencia artificial: acelerador o barrera

El crecimiento acelerado de la inteligencia artificial generativa y predictiva es quizás el cambio más profundo en el panorama industrial global desde la llegada de Internet. En manufactura, la IA permite desde el diseño de nuevos productos hasta el mantenimiento autónomo de líneas de producción, pasando por el análisis predictivo de la demanda.

Para un estado como Nuevo León, esto representa una gran ventaja si se adopta a tiempo, pero también un riesgo si se queda rezagado. La IA no solo mejora la eficiencia: redefine quién puede competir.

Empresas en Asia del Este, como China y Corea del Sur, ya utilizan IA para reducir en un 30% los defectos en línea y en más de 20% el tiempo de ciclo, algo que difícilmente puede lograrse solo con máquinas modernas pero operadas por capital humano no especializado.

En otras palabras, la inteligencia artificial puede ser el motor que permita cerrar brechas de productividad… o la barrera que termine de consolidarlas.

Lo que Nuevo León ya está haciendo

Afortunadamente Nuevo León no parte de cero. La entidad concentra más del 10% de las exportaciones manufactureras del país, y cuenta con uno de los clústeres industriales más maduros de América Latina. La colaboración entre empresas, academia y gobierno ha sido clave.

Destacan iniciativas como Nuevo León 4.0, que impulsa la transformación digital industrial mediante tecnología, talento y colaboración entre sectores, así como el Centro de Innovación en Diseño y Tecnología (CIDyT) del Tecnológico de Monterrey y el Parque de Investigación e Innovación Tecnológica (PIIT) en Apodaca, que concentran centros de investigación, laboratorios y oficinas de multinacionales en un mismo espacio.

Empresas como Nemak y Ternium ya integran tecnologías avanzadas. Nemak ha desarrollado modelos de mantenimiento predictivo con inteligencia artificial; Ternium utiliza visión artificial para control de calidad en tiempo real. Además, clústeres como el Automotriz, de Herramentales y de Electrodomésticos impulsan activamente la modernización tecnológica de sus cadenas de valor.

Lo que falta por hacer

A pesar de estos avances, persisten retos clave:

  1. La brecha tecnológica entre grandes empresas y PYMEs sigue siendo enorme. Muchas PYMEs no cuentan con recursos ni capacidades para adoptar tecnologías 4.0, lo que limita su integración a cadenas globales.
  2. El talento especializado sigue siendo escaso. Aunque Nuevo León tiene una buena base de ingenieros, la demanda de habilidades en automatización, análisis de datos, IA y ciberseguridad supera con creces la oferta actual. Es indispensable acelerar programas de reconversión de programas universitarios y de formación continua.
  3. La infraestructura digital en muchos parques industriales aún es limitada. Para operar bajo estándares 4.0 se necesita conectividad robusta, acceso a la nube y plataformas colaborativas.
  4. Falta una estrategia estatal articulada y de largo plazo, que integre esfuerzos dispersos bajo una hoja de ruta con metas concretas, financiamiento y seguimiento, poniendo la política como medio de lograr lo necesario para todos.

El futuro industrial se construye hoy

El nearshoring representa una oportunidad histórica para reposicionar a México como una plataforma industrial avanzada. Pero el verdadero valor no estará en cuántas plantas lleguen, sino en qué tan sofisticado sea el ecosistema que las rodea. Las empresas no solo buscan costos bajos, sino productividad, trazabilidad, velocidad y flexibilidad, y eso solo se logra con tecnología y talento.

Nuevo León tiene la ventaja de contar con una base industrial, educativa y logística única en el país. Pero si quiere ser el verdadero hub manufacturero de América del Norte, debe acelerar su modernización productiva.

Industria 4.0 no es solo una tendencia, ni un lujo para grandes corporativos: es la única vía para que México sea competitivo en la era post global. Y la inteligencia artificial, si se toma en serio, puede ser el motor que nos lleve hasta ahí.

El autor es economista por el Tecnológico de Monterrey y consultor de transformación de negocios en Galera.

Linkedin: www.linkedin.com/in/jaime-toussaint-vb

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