Conforme se aproxima el verano de 2025, el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) enfrenta un desafío cada vez más evidente: garantizar la continuidad del suministro eléctrico en medio de condiciones operativas complejas.
Altas temperaturas que incrementan el consumo energético por el uso masivo de aires acondicionados y bajos márgenes de reserva en la generación configuran un panorama donde los cortes programados son un riesgo latente y los apagones generalizados amenazan en el horizonte.
Frente a esta realidad, una herramienta fundamental, aunque poco visibilizada, se encuentra ya contemplada en nuestra legislación: la Demanda Controlable.
La Demanda Controlable representa la capacidad de ciertos usuarios de reducir su consumo eléctrico, ya sea por decisión propia o bajo instrucción del operador del sistema, el CENACE.
Esta herramienta convierte al usuario en un actor activo que puede participar en el mercado eléctrico no solo consumiendo, sino también ayudando a equilibrar la oferta y la demanda. Estas reducciones pueden ofertarse en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), generando no solo beneficios para el sistema, sino también ingresos para quienes participan.
La muy reciente Ley del Sector Eléctrico (LESE) establece con claridad la función de la Demanda Controlable en la operación del SEN.
Este concepto se contempla desde la anterior Ley de la Industria Eléctrica de 2014, sin embargo, la regulación detallada que permitiría hacer uso de esta útil herramienta sigue sin ser publicada, por lo que la Demanda Controlable ha permanecido completamente inutilizada.
En los últimos años, México ha experimentado eventos donde la demanda ha sido tal que los niveles de reserva disponibles han llegado a niveles de emergencia, obligando al CENACE a activar medidas extraordinarias, como los cortes programados.
Ante esta situación algunas autoridades han optado por hacer “invitaciones” a grandes consumidores de energía eléctrica, en su mayoría industria pesada, exhortándolos a reducir fuertemente su consumo de energía en momento críticos.
Evidentemente esto tiene muchos paralelos con el concepto de Demanda Controlable, sin embargo, actualmente no se compensa económicamente a los usuarios por el servicio que están brindando al sistema ni por sus afectaciones tales como la pérdida de producción. Además, estas “invitaciones” se hacen fuera de todo protocolo, lo que deja en total incertidumbre a los usuarios de la obligatoriedad de acatar estas solicitudes o las posibles consecuencias de no hacerlo.
En este contexto, la Demanda Controlable podría marcar la diferencia entre mantener el suministro o tener que recurrir a apagones selectivos.
Al permitir una reducción temporal, voluntaria y compensada del consumo, se podría reducir la presión sobre la infraestructura sin afectar la estabilidad del sistema, sin recurrir a cortes abruptos y dejando claras las reglas de cumplimiento o incumplimiento para los usuarios que voluntariamente hayan optado por participar en este esquema.
Más allá de la coyuntura estacional, la Demanda Controlable representa una pieza clave para la transición hacia un sistema eléctrico más flexible, resiliente y sustentable. Su incorporación efectiva puede:
- Disminuir la necesidad de inversiones en generación de respaldo costosa.
- Acelerar la integración de fuentes renovables, que requieren mayor flexibilidad operativa.
- Mejorar la eficiencia del sistema y reducir costos para los usuarios.
La ley ya reconoció desde hace tiempo el valor estratégico de la Demanda Controlable. Sin embargo, el riesgo de un verano 2025 con apagones o cortes programados hace urgente llevar este concepto a la práctica.
Es momento de que las autoridades aceleren la puesta en marcha de estos esquemas, y de que los grandes usuarios del sistema entiendan que tienen un papel activo que desempeñar. No se trata solo de evitar apagones, sino de modernizar la forma en que entendemos y operamos nuestro sistema eléctrico.
En un país donde la demanda crece, el clima se vuelve más extremo y los recursos de generación están al límite, cada kilowatt que podamos dejar de demandar en el momento correcto, cuenta. La Demanda Controlable no es una opción futura, es una necesidad presente.