En mayo del año pasado el director del Centro Nacional de Control de Energía (CENACE), Ricardo Octavio Mota Palomino informó que durante ese verano existía riesgo de presentarse apagones generalizados en el territorio mexicano e informó que las causas eran la operación de las centrales de generación renovable y el rezago que existe en el crecimiento de las líneas de transmisión. Se presentaron dichas interrupciones en el suministro de energía eléctrica. Este año se han presentado en mayor medida más apagones a lo largo de la república mexicana por diferentes factores, pero las altas temperaturas que se han registrado en todo el País han hecho que se acentúe este problema.
El CENACE sabe perfectamente que en el verano aumenta de la demanda de energía por el incremento en la temperatura que hace que se requiera mayor uso de los equipos de aire acondicionado y de refrigeración, por lo que el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) es más susceptible a fallas. Con base en esto, ¿cuáles son los factores que influyen en qué aumenten los apagones en esta época? ¿qué se está haciendo al respecto? ¿el próximo año habrá un mayor número de apagones, en más zonas y de mayor duración? En este artículo hablaremos de los factores principales, de lo que se ha dejado de hacer y lo que se ha hecho al respecto.
Apenas hace una semana, el 20 de junio, el CENACE declaró en Estado Operativo de Alerta el Sistema Interconectado Nacional (SIN), el cual está conformado por todo el territorio mexicano a excepción de las Baja Californias. Esto debido a que el margen de reserva operativa era menor al 6%. El Estado Operativo de Alerta se refiere a un estado en el que el SEN o en este caso el SIN, se encuentra en sus límites operativos y de presentarte una contingencia, el SIN puede seguir siendo estable o conducirnos a un Estado Operativo de Emergencia en el cual el sistema se encontraría en riesgos potenciales de inestabilidad. Según el Reporte de Confiabilidad del SEN 2021, el cuál es el más reciente y fue publicado apenas en enero de este año por la Comisión Reguladora de Energía (CRE), menciona que el 70.9 por ciento de los Estados Operativos de Alerta del SEN se dieron por falta de infraestructura en Transmisión, 24.7 por ciento en fallas en Distribución. Respecto a los Estados Operativos de Emergencia del SEN fueron provocados en un 60 por ciento por fallas en Transmisión, 35 por ciento por falla/degradación en centrales de generación. Es claro que el CENACE, la CRE, CFE, la Secretaría de Energía (SENER) y gobierno tienen claro cuales son las causas de la deficiencia en la operación del SEN en la época de calor y en todo el año, así como de las acciones que deberían estar realizando para ir reforzándolo y hacerlo menos susceptible a fallas. El problema es la falta de iniciativa para verdaderamente fortalecer al SEN en todos sus niveles (generación, transmisión, distribución, etc.) para contar con un suministro de energía eléctrica confiable y a un precio competitivo, ya que muchas decisiones que se han tomado se dice que van en este sentido y la realidad demuestra lo contrario.
Los factores técnicos que han mostrado la fragilidad del SEN principalmente son: la falta de inversión en infraestructura en transmisión, distribución y en su mantenimiento, y la falta de inversión en generación debido al paro por parte de la CRE en otorgar nuevos permisos de generación. Sin embargo, existen otros factores no técnicos que han afectado la operación del SEN, que son: las altas temperaturas que estamos viendo en todo el País y la eliminación del cambio del horario de verano. Debido al cambio climático que estamos viviendo y que la forma de vida del ser humano contribuye a que año con año las temperaturas sean mayores, se debe de prever que la capacidad de las líneas de transmisión y distribución deben de soportar el incremento de la demanda y por tiempos más prolongados durante la temporada de calor. Realmente no se puede hacer nada más al respecto, salvo que el sistema cuente con la generación disponible para atender toda la demanda y con las vías de transmisión de la energía, la cuales deben de tener la capacidad de llevarla a todos los usuarios.
Respecto a la eliminación del cambio de horario, esta fue una decisión tomada muy probablemente sin considerar las repercusiones que traerían al Sistema Eléctrico Nacional. Conociendo el estado del SEN, que ya vimos que las autoridades competentes tienen pleno conocimiento de esto, si no se cuenta con el presupuesto o se cuenta con el presupuesto, pero se les ha dado prioridad a otros proyectos o cualquier otro motivo por el cual no se ha invertido en transmisión y distribución, este tipo de iniciativas como la eliminación del horario de verano por lo menos deberían de recomendar y de urgir al poder legislativo rechazarlas. El objetivo del horario de verano es aprovechar una hora más de luz del sol por la tarde y con esto reducir el consumo de energía eléctrica en los horarios de mayor demanda del SEN en un día. Son las horas en las que la mayoría de las personas llegamos a nuestra casa, prendemos luces, televisión, aire acondicionado, etc. El horario de verano ayuda desestresar el SEN en sus momentos de mayor demanda diariamente. El Mercado de Balance Potencia muestra las 100 horas críticas del SEN, las cuáles corresponden a las horas en que se tuvo menor nivel de reservas de generación, es decir, las 100 horas del año en el que la demanda de energía estuvo más cerca de la generación disponible en el SEN. En el año pasado el 82 por ciento de las 100 horas críticas se presentaron a las 21, 22 y 23 horas, y el 69 por ciento durante el mes de mayo. Sin duda, debido a la eliminación del horario de verano y las altas temperaturas que hemos presenciado, veremos una afectación en el comportamiento de las 100 horas críticas de este año. Por otro lado, las demandas máximas del SEN de los últimos dos años se presentaron en junio a las 17 horas. En lo que va del año, la demanda máxima se presentó el pasado 20 de junio a las 19:48 horas llegando a 52,993 MW, cuando el año anterior la demanda máxima fue de 50,532 MW en el mismo mes.
La suma del impacto de la falta de inversión en infraestructura de transmisión, distribución y generación, así como las altas temperaturas y la eliminación del horario de verano, ocasionaron la tormenta perfecta para el SEN, derivando en todas las fallas y apagones que hemos venido presenciando a lo largo del territorio mexicano durante las últimas 2 semanas. Tomemos precauciones que el verano apenas comienza.
El reactivar el horario de verano sería una medida inmediata y sin costo, que ayudaría al Sistema Eléctrico Nacional a liberar capacidad y disminuir los apagones.